Jesús Pozo captura Madrid

El profesional ha trabajado en varios medios de comunicación y desde hace 20 años dirige su propia publicación que sale cada mes

"Galgos" del libro fotográfico; "Historias de mi calle".
"Galgos" del libro fotográfico; "Historias de mi calle".
María Palma Martos

05 de agosto 2016 - 01:00

Capturar momentos de una vida nunca fue tarea fácil, sin embargo, para el periodista Jesús Pozo fotografiar instantes es la mayor de sus pasiones. Sin apenas esfuerzo es capaz de ver lo que los demás no ven. Una característica propia de los profesionales de la cámara, dice, que sin embargo él no se ha visto capaz de sacar a la luz hasta hace aproximadamente un mes.

Natural de la capital aunque muchos datan su lugar de nacimiento en San José, la localidad almeriense que le ha visto crecer cada verano. Sus calles fueron el modelo de su objetivo desde que hiciera la comunión. "Me regalaron una 'Kodak Instamatic' y fue entonces cuando comenzó mi pasión por la fotografía", confiesa el profesional que el pasado mes de junio publicó el libro gráfico "Historias de mi calle", un repaso por los años y por las personas que han transitado por su calzada. Nadie podía imaginar en el momento en que se capturó la imagen que un especialista de la fotografía estaría escondido, cámara en mano, intentando capturar las metáforas que se escondían tras los adoquines.

No fue fácil conseguir que el trabajo de Jesús Pozo viera la luz, así lo asegura él, pues siempre mantuvo en secreto unas imágenes que algunos consideran obras de arte. "Para mí el arte significa muchísimo y siento pudor porque no creo que mi trabajo sea lo suficientemente bueno", confiesa Jesús Pozo que sí tiene claro que hay algo que le separar del resto de personas de la sociedad por la que se mueve, "la única diferencia que hay entre tú y yo es que yo veo cosas que tú no ves", dice tras confesar que cuando más se divierte es inmortalizando lo cotidiano. Es así como lo aparentemente normal puede convertirse en objeto de una exposición y hasta de un libro de imágenes.

Pero la carrera del almeriense tardó en ser reconocida en el mundo de la fotografía, y no por falta de trabajo o calidad sino por que antes dedicó parte de su vida al mundo del periodismo donde a día de hoy sigue dirigiendo una publicación única en España: "Somos los únicos que nos atrevemos a hablar de la muerte", confiesa. La revista Adiós fue la primera en hablar sobre fallecimientos en España, en sus páginas, cementerios y lápidas llevan viendo la luz desde hace más de veinte años.

Además, fue corresponsal en Andalucía del periódico Cambio 16, y colaborador de Interviú y director de dos periódicos "Diario 16 Valencia" y "Diario 16 Murcia". Recientemente, con la editorial "La esfera de los libros", el almeriense ha publicado dos obras; "De cuerpo presente" y "Aquella España Nuestra" y con Lunwerg Planeta participó con más de cien fotografías en un libro de gran formato sobre el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar escrito por Joaquín Araujo y Carlos Santos.

Aunque parezca mentira no es lo único a lo que se dedica el almeriense que también dirige la fundación "Inquietarte" junto a su compañera Nieves Concostrina con la que también ha participado en el proyecto provincial de Rodalquilarte.

La corporación lleva a cabo varios proyectos, entre los que se encuentran algunos dirigidos a personas que se encuentran en situación de exclusión social trabajando a través de la promoción, difusión e investigación de actividades que abarquen cualquier tiempo de creación artística.

Tras este profesional se esconde la provincia y su amor por la tierra que le vio nacer y crecer hasta que se marchó a estudiar a la vecina Granada. Aunque confiesa que vuelve siempre, no se plantea regresar a la provincia de forma definitiva. "Yo nunca me he ido de Almería", dice y continua: " de hecho, formo parte de la asociación de prensa de la provincia, pero no creo es que vuelva a trabajar en Almería. He intentado hacer cosas y nunca lo he conseguido".

No es lo único que añora Jesús Pozo, también echa de menos el periodismo que se hacía cuando él empezó. "Ojo, que no digo que el periodismo haya desaparecido", se justifica. "¿Qué haría falta para que volviera?" pregunta una servidora. Y comienza a hablar de las condiciones que caracterizan el oficio en la actualidad, entre las que se encuentra la precariedad. Jesús Pozo se marchó cuando tenía 26 años. Ahora, desde Madrid, sigue trabajando en un proyecto en la sierra de Jaén que espera llegue en octubre.

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