Sucesos

Joaquín Reyes, el héroe que salvó la vida de Marina, una niña de Garrucha

  • El agente de la Guardia Civil cuenta cómo reanimó a una pequeña de apenas tres años que estaba en parada cardíaca en plena calle

Joaquín Reyes, el héroe que salvó la vida de una niña en Garrucha

Joaquín Reyes lleva casi 20 años como agente de la Guardia Civil de Garrucha. Sin embargo, nunca se había tenido que enfrentar a una situación como la que se dio este miércoles por la mañana a escasos metros del cuartel. Angustiada, una madre pedía ayuda a gritos. Su hija, que apenas tiene tres años, había caído al suelo, entre convulsiones.

"Estaba haciendo servicio de seguridad y control en el acuertelamiento cuando empecé a escuchar voces y gritos pidiendo auxilio. Rápidamente me asomé a la puerta y vi que a unos 50 metros había una mujer chillando, tirada en el suelo con una niña pequeña", cuenta el agente de la Benemérita. Será difícil que alguna vez pueda olvidar esos gritos: "Mi hija, mi hija, que se me muere". 

Rodeando a la niña ya había varios curiosos sin saber qué hacer. El padre salió corriendo hacia el centro de salud, situado a escasos 100 metros. Joaquín, no lo dudó ni un instante y cogió a la pequeña. "La tumbé en el suelo, me puse de rodillas y noté que estaba convulsionando. Rápidamente se quedó como muerta, la toqué y vi que no tenía pulso y comencé a hacerle la reanimación cardiopulmonar", explica el agente. Esa rápida actuación fue la que salvó la vida de la niña.

Tras las primeras dos insuflaciones y el masaje cardíaco "la niña dio una bocanada y comenzó de nuevo a convulsionar y volvió a respirar". El corazón comenzó a latir de nuevo y se le movieron los ojos. Entonces llegó Paco Vilar, un guardiacivil jubilado que ahora trabaja en la notaría que está al lado de donde sucedieron los hechos. "Cuando oí los gritos dejé lo que estaba haciendo y salí corriendo y vi a la niña en el suelo y a Joaquín haciéndole la RCP". Paco cogió las piernas de la menor y las levantó mientras Joaquín seguía reanimando a la niña. 

Este jueves, en Garrucha todo el mundo comentaba lo sucedido. "Si esto llega a pasar en otro sitio que no estuviera tan cerca del cuartel de la Guardia Civil, seguramente habría tenido un final mucho peor", coinciden la mayoría. Por suerte para la niña, Joaquín estaba a escasos metros, con los conocimientos y la decisión para salvarle la vida. "Nos dan cursos de RCP básicos que con muy poco hacen mucho, porque puedes salvar la vida de cualquier persona cuando menos lo esperas; gracias a tener esa formación le he salvado la vida a una niña pequeña", asegura el agente.

El padre de la niña muestra su agradecimiento

Desde que sucedieron los hechos, sobre las 11.15 de este miércoles, Joaquín Reyes no ha parado de recibir felicitaciones y agradecimientos. "Al principio no me di cuenta de la trascendencia que iba a tener", cuenta, quitándole importancia a su actuación. Pero con el paso de las horas, cuando la noticia fue corriendo por el pueblo, empezaron a llegarle cientos de mensajes de agradecimiento y muestras de cariño. 

El padre de la niña, Fabrizio Rossi, pasaba este jueves por la mañana por el cuartel de Garrucha para darle las gracias a Joaquín. Visiblemente emocionado, conversaba con Joaquín: “Le ha salvado la vida a mi hija Marina”. La niña aún no tiene ni tres años, los cumplirá en marzo. Lleva un tiempo con problemas de salud, como le explicaba a Nicolás García, el brigada del cuartel de la Guardia Civil de Garrucha, que desde el primer momento ha estado atento a la evolución de la peque. “Aún no sabemos qué tiene la niña, le están haciendo analíticas y pruebas de todo tipo en el Hospital de la Inmaculada; creen que puede ser una bacteria en la garganta”, cuenta a Diario de Almería. “La hemos llevado varias veces al médico e incluso a otro de pago en Vera, pero no dan con lo que puede ser”.

El miércoles por la mañana tenía fiebre alta y acudió al centro de salud de Garrucha. “En urgencias ni la miraron, porque tenía cita para más tarde, y en al poco de salir del centro médico, a unos cien metros, empezó a convulsionar”. Fabrizio se queja de que en el centro de salud es habitual la falta de pediatras: “Estoy muy agradecido a la Guardia Civil, pero no puedo decir lo mismo del centro de salud, que no la atendieron hasta que estaba casi muerta”.

Como dicen muchos de los vecinos, Joaquín Reyes fue el ángel de la guarda de una niña que "aún no ha cumplido los tres años", según indica su padre. Y aunque parezca increíble, este agente de la Benemérita ya tiene experiencia salvando la vida de niños. "Cuando mi hijo era pequeño se tragó una canica y logré sacársela con la maniobra de Heimlich", cuenta.

Este miércoles por la noche, Joaquín no tuvo fácil conciliar el sueño. "En la cama empecé a darle vueltas a todo, pensando que si no hubiera actuado de forma rápida quizás la niña no hubiera sobrevivido", confiesa. Él tiene una hija de quince años, por lo que se pone en la piel de los padres de la pequeña.

En apenas un día han sido cientos los mensajes, llamadas y peticiones de entrevistas que ha recibido Joaquín. Sin quererlo, se ha convertido en un héroe. Entre esas numerosas muestras de cariño, nos muestra la carta que le han entregado unos vecinos, junto a un décimo de lotería de Navidad: "Un regalo de tus vecinos por lo que has hecho esta mañana. Estamos orgullosos de ti y del cuerpo de la Guardia Civil. ¡Gracias!". 

Todo es poco ante la heroica actuación de un agente de la Benemérita que ha cumplido con creces su misión de garantizar la protección de los ciudadanos. Como ya decía el Talmud hace casi dos milenios, "quien salva una vida, salva al mundo entero". 

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