José Miguel Corral, un viaje desde Turre hasta el desierto del Sáhara

Cuando la mili, a algunos quintos les tocaba el Sáhara. Era, dicen, ir al calor, al viento, a picotear arena. Para el caso, era como ir al fin del mundo e, incluso, más lejos. Luego, después, se dejó o dejaron el Sáhara y lo siguiente fue dejar la mili en paz para alivio de los mozos, para las habladurías de los contrarios al cierre, según ellos, de la fábrica de hombres.

El Sáhara, sin asidero en Europa, se hizo más distante de España en el mapa. Sin embargo, jóvenes hombres sin mili y jóvenas mujeres sin Carmen Romero, se echaron en sus espaldas la labor de colaboración con unas gentes huérfanas de apoyo, hartas de abandono. Así, hoy en día y desde años atrás, los jóvenes marchan al Sáhara en plan voluntario a cooperar en programas humanitarios con el objetivo de cubrir necesidades básicas, de abrir puertas al mundo más allá del desierto. "Era mi sueño de hace mucho tiempo, el sueño de realizar una labor humanitaria. Desde siempre tuve claro que si me quedaba sin empleo me tomaría un año sabático y lo dedicaría a una tarea de este tipo. Por suerte nunca me ha faltado trabajo". Ni Dios quiera que le falte a José Miguel Corral, extraordinario informático, Coordinador General de Información y Comunicación Tecnológica, Dinamizador del Centro Guadalinfo en Turre. José Miguel, Josemi, miembro de FOCUS, Formación, Cultura y Solidaridad, se embarcó como técnico voluntario en el programa Software Libre para el Sahara Libre destinado al montaje e instalación de los ordenadores enviados a los Ministerios del Frente Polisario y co-organizado por el Centro Guadalinfo de Turre junto con el Centro Guadalinfo de Úgijar, Granada; la Asociación Iniciativa Focus y Protección Civil de Moclinejo, Málaga. El viaje ha sido la fase final de un proyecto que comenzó hace meses con la recolecta de equipos usados en entidades públicas, como la universidad Pablo Olavide de Sevilla y la de Málaga, también de particulares, y que técnicos voluntarios de Focus prepararon meticulosamente para condiciones como las del desierto del Sáhara. "Colocamos ordenadores en los Ministerios de Cooperación, de Cultura, de Transportes y Equipamiento, y dos máquinas que nos quedaban las llevamos al centro de educación de niños especiales en el campamento de Smara. El compromiso era colocar un ordenador en cada uno de los Ministerios e impartir un mini curso a la persona responsable; lo que más le llamaba la atención era la ausencia de virus con la solución del software libre".

Para proteger los ordenadores en el envío, en lugar de colocar corcho en las cajas de embalaje, los encajaron con ropa, material escolar, material sanitario, medicinas. Consiguieron de este modo que los ordenadores llegaran intactos y, además, llevar productos de primera necesidad. José Miguel Corral desea volver al Sáhara "me he traído mas de lo que llevé y he vuelto con lo puesto, porque allí dejas la toalla, las camisas, todo, pero hay compañeros en FOCUS que también quieren colaborar, compartir el conocimiento, por lo tanto no podría ir al menos en el próximo viaje que será a primeros de año". José Miguel se vacía en la narración de su experiencia, cuenta los innumerables detalles que han tenido los saharauis con ellos, el trato recibido, la enorme educación de los niños, "tras este viaje espero ser mejor persona, te das cuenta de que relativizas las cosas, de que no merece la pena enfadarse por asuntos que no tienen sentido, vengo distinto porque lo que allí ves te toca el corazón. Los niños parecen felices, me ha causado profundo impacto la sonrisa de los niños. Y otras de las cosas que me han conmocionado es mirar el cielo por la noche; yo creía que las estrellas que he visto allí sólo existían en los libros o en los planetarios, esa visión es espectacular, la Vía Láctea hasta donde se perdía la vista". Software Libre para el Sahara Libre, llevar a los más desfavorecidos las necesidades básicas, compartir el conocimiento mediante las nuevas tecnologías y el software libre. José Miguel Corral y tantos y tantas jóvenes solidarios con un país débil dejado de la mano de Alá y de la ONU.