Juanito Gimeno, In Memoria
Crónicas desde la ciudad
Organizada por el Foro Cultural 3 Taurinos 3, y tras recibir un considerable número de visitas, la pasada semana el IEA clausuraba una exposición dedicada al torero almeriense Juan Gimeno Valdivia
Adiferencia de en sus inicios de becerrista y novillero de éxito donde las menciones en prensa son diarias y generosas, en su segunda etapa profesional el interés mediático disminuye drásticamente. Las largas temporadas alejado de Almería o consecuencia de su controvertida personalidad, vaya usted a saber, hace que la atención prestada al otrora ídolo de la afición almeriense sea ahora testimonial. No obstante, en agosto de 1975 el periódico sucesor de Yugo edita una interesante entrevista firmada por García Molina. Así daba inicio:
Vengo de una dinastía que, si no famosa, sí que ha llevado el toro en la sangre. Mi abuelo paterno, siendo novillero, murió en una corrida en la plaza de Valencia. Mi hermano Antonio, también de novillero, recibió otra cornada en los sanfermines y decidió dejar la profesión y luego mi hermano Virgilio, que igualmente fue novillero…
La referencia al abuelo, inédita y no citada en sus escasas semblanzas biográficas, me hizo investigar en ella, sin resultado: en los anuarios del coso valenciano (antiguo o moderno) no se registra el percance mortal de Manuel Gimeno (en documentos se lee indistintamente Manuel o Marcos). Pese a vagos rumores escuchados en casa, la familia no tiene conocimiento fidedigno del lance, inclinándose a pensar que se debe a la fantasía de Juan. Ítem más: su hermano Antonio, guiado por la afición, sufrió revolcones por esos ruedos de dios, pero no es rigurosamente cierto que se "retirase tras recibir una cornada en los sanfermines".
VALENCIA
La historia comienza mediado los pasados años Veinte cuando Antonio Gimeno Montserrat (1894-1971) arriba a Almería procedente del Grao valenciano. Conviene detenerse en el parentesco ya que forjará el carácter del futuro hombre y torero. En busca del porvenir económico que su tierra le negaba, conoce a una joven de apellido Moreno, originaria de Yegen (Granada), y se casan, posiblemente en el pueblo alpujarreño. A los pocos meses de nacer su único vástago, Antonio, ella fallece. En la capital rehace su vida unido a Josefa Valdivia Salmerón, de 25 años (ocho menos que él) y natural de Berja. De estas segundas nupcias tienen otros cuatro hijos: María, Virgilio, José Antonio y Juan José: el 1º de febrero de 1944 (no de 1947 como reiteran erróneamente) en el nº 52 (patio de vecinos) de la Cta. de Granada.
Gimeno Montserrat está obligado a ganarse el jornal con el que sacar adelante a la prole en años de posguerra preñados de estrecheces, empleándose de retratista ambulante, blanqueador, en la venta-cambio de novelas y tebeos, fabricando jaulas para canarios y marcos de fotografías o en cuantas chapuzas se le pongan por delante. En ese clima doméstico crece el David del toreo, así bautizado por el crítico "Volapie. Como corolario a la filiación civil, digamos que Juan se casó muy joven en Madrid pero el vínculo no prosperó. La mujer desapareció literalmente de su vida, imposibilitando la anulación o separación para así poder contraer matrimonio legal (1969) con la que sería su esposa de hecho, Mª de las Nieves Aguacil, y de cuyo enlace nació María del Mar, única descendiente.
BECERRISTA
Dado los antecedentes familiares (sus hermanos, especialmente Virgilio, intentaron la gloria y le sirvieron de mentores y confidentes en los primeros compases) y la proximidad al coso de Vílches, su vocación, al igual que muchos chiquillos del barrio, estaba cantada en el chaval de piel atezada, corta estatura y corazón grande. De becerrista alentó fundadas expectativas y de novillero arrastró pasiones en los tendidos. Se convirtió en la figura que Almería ansiaba tras un largo periodo de barbecho.
Su trayectoria profesional estuvo plagada de triunfos, aunque la afición (la de antes y la de ahora) parece interesarse más por vidas y milagros ajenos que por los propios, olvidando al paisano que fue firme puntal del escalafón novilleril en la década de los Sesenta. "Lo que ocurre con los toreros de Almería es un caso trágico. Creo que existe un poco de mafia taurina en nuestra tierra, una especie de mano negra… La Empresa de la plaza no nos da ni las sustituciones… ", manifestaba en la entrevista aludida. Por no tener, no tiene ni una calle a su nombre en la tierra que le vio nacer.
Y ello pese a firmar más novilladas que ningún otro en toda la tauromaquia local, incluido el mismísimo Relampaguito, desde que debutó -sin caballos y de corto- el 23 de agosto de 1960 en un concurso de noveles organizada por Radio Juventud: ¡36 corridas en la temporada 1961 y 46 en la del 63! (Almería capital: 20 en total). Hasta ser apoderado por el exmatador granadino Rafael Mariscal, fue de la mano de Miguel Canet, Juan Carreño y Juan Aguilera. Aguilera, a quien pertenece la mayoría del material expuesto en el Instituto de Estudios Almerienses, fundó un Club a su nombre con sede en la Rambla de Alfareros. En marzo de 1963 debutó con picadores en Fuengirola; continuando su racha triunfal por media España y Francia: Granada, Zaragoza, Valencia, Madrid, Barcelona o Málaga (en La Malagueta recibió su bautizo de sangre). En Almería fueron épicas las protagonizadas formando pareja con Rafaelín Valencia.
ALTERNATIVAS Y OCASO
Uno de sus mayores errores fue romper el apoderamiento con Mariscal. Este consideraba prematuro que tomase la alternativa, pero lo desoyó e hizo el paseíllo en Berja el 12 de septiembre de 1965 con Miguel Mateo "Miguelín" (oficiante del doctorado) y El Jerezano (testigo), ante reses de Quesada Contreras. Gimeno recibió aplausos en el de la ceremonia (Abulito) y cortó las dos orejas y rabo al segundo, Buscaíto. Tarde que pasó a los anales por, además, el sainete (y cinco mil pesetas de multa del gobernador tras ser arrestado por la Guardia Civil) protagonizado por Miguelín al negarse a matar uno de los toros.
Su estrella declinó y ante la falta de contratos renunció a la alternativa, volviendo al escalafón novilleril con el nombre de Juan José Almería. En esa tesitura, Paco Flores, antiguo compañero y amigo, le preparó su vuelta a la categoría superior en nuestra ciudad el 28 de junio de 1975 (festejo nocturno): Enrique Vera, Ricardo de Fabra y Juanito Gimeno ("el fenómeno torero de Almería que viene dispuesto a refrendar sus éxitos conseguidos de novillero en esta Plaza"). Lamentablemente, el mal juego del ganado de Bernardino Jiménez deslució por completo la reentrada. El intento de relanzar su carrera tampoco funcionó y definitivamente se retiró de los ruedos. Siguió ligado al planeta taurino como apoderado de El Marqués y de su sobrino Gimeno Mora, además de empresario con plaza portátil en Cataluña. Una faceta inédita más: en mayo de 1978 salió elegido secretario General en Almería del Sindicato de Toreros de UGT (en la ejecutiva figuraban su hermano Virgilio, Carmelo Salmerón, Juan Granados y Juan Sánchez). Juan Gimeno Valdivia dejó de existir el 10 de mayo de 1986 víctima de un accidente de automóvil en la provincia de Gerona. Sus hermanos Antonio y Virgilio trasladaron el cadáver para ser enterrado en el nicho nº 7, serie 128 del cementerio de San José, junto a su madre, Josefa Valdivia.
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