Un sí de la Junta permitiría 64 nuevas hectáreas de invernaderos
El Consistorio espera que el gobierno regional apruebe la suspensión de su protección
Una de las características del sector agrícola de Adra es, según afirma Francisco López, concejal de agricultura del Ayuntamiento abderitano; es que la superficie de terreno que puede ser explotada ya lo está siendo, con lo que apenas hay suelo agrícola en el que emprender una nueva aventura productiva. Y es que "estamos limitados por la montaña al norte y por el mar al sur. Así que hay muchos vecinos que han optado por ir a producir en invernaderos que han construido o comprado en municipios vecinos, como son El Ejido y Berja".
Una de las circunstancias que han provocado este 'colapso' es la crisis económica, ya que "cuando la construcción estaba en auge, en Adra había muchos terrenos agrícolas sin explotar. Pero ahora mucha gente ha decidido hacerse agricultor ante la falta de otras salidas laborales, y ya no quedan terrenos agrícolas sin explotar. Y el número de fincas dadas a renta también ha crecido mucho, puesto que si una persona no puede afrontar la inversión que supone comprar un invernadero, pues lo alquila y con lo que saca a final de campaña va tirando".
Esta imposibilidad de seguir creciendo en número de hectáreas de invernaderos también se ha producido porque "en el año 2002 la Junta determina que hay suelo agrícola de Adra que no puede ser explotado, con el objetivo de proteger la especie de matorral de la Sierra de Gádor. Ante las continúas peticiones de vecinos, este equipo de gobierno ha solicitado al gobierno regional que nos permita contar con más suelo agrícola y hemos arrancado el compromiso de que extarán exentas de esta protección aquellas parcelas rotuladas antes de 2002, que no tengan un desnivel de más de un diez por ciento, y que dispongan de suministro de riego para poder ponerlas en producción. A día de hoy tenemos solicitudes de propietarios de terrenos que suman 64 hectáreas de suelo agrícola y estamos a la espera de la decisión de la Junta para reflejar esa situación en nuestro plan general de ordenación urbana, que está ahora mismo en fase de revisión".
Esta situación ha provocado que agricultores de Adra hayan tenido que irse a los municipios vecinos para montar su explotación, pero ahora "vemos que a nosotros, que estamos junto al mar, no se nos permite montar un invernadero por tener matorral de la Sierra de Gádor; mientras que junto a la sierra vemos cómo crece el número de invernaderos. Es una situación que no tenía ninguna lógica y esperemos que se solucione a corto plazo. Nosotros queremos que en el otoño del año que viene se puedan otorgar licencias para construir invernaderos en esa parcela".
Otra de las características de la agricultura abderitana es que los productores apenas pasan de una hectárea de invernaderos de media, ya que "para juntar esa superficie suelen comprar varias fincas pequeñas. Aquí no hay grandes explotaciones de más de dos hectáreas de terreno. En esta zona la parcela media no supera los 5.000 metros cuadrados. Así que, o el agricultor ha ido comprando las parcelas que tenía alrededor para acabar conformando una finca más grande; o bien ha vendido lo que aquí tenía y se ha ido a instalar sus invernaderos a Berja o a El Ejido". Prueba de esta particularidad es que todavía se habla en Adra de majales como la unidad de medida de referencia en el campo, equivaliendo a 528 metros cuadrados. Así, un agricultor medio puede llegar a tener entre diez y veinte majales repartidos en varias zonas.
Por último, el concejal de agricultura destaca uno de los déficits que tiene el municipio, la calidad del agua de riego, motivado porque "cuando se construyó el Pantano de Benínar hubo un compromiso por el que Adra recibiría cada año tres hectómetros cúbicos del agua embalsada para mezclarla con el agua de aquí y mejorar la calidad del agua de riego. Sin embargo, después de tres décadas, aún no hemos recibido ni una gota de ese agua".
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