Un patrimonio perdido

La Junta del tesoro artístico

  • ALMERIA 1936-1939. La Junta de Almería tenía dentro del término de la provincia las mismas atribuciones de la Junta Central, tras el Decreto del 5 de abril de 1937

La Junta del tesoro artístico.

La Junta del tesoro artístico.

Desde el comienzo de la Guerra Civil, el 18 de julio de 1936, el Gobierno Republicano mostró una gran preocupación por la oleada de incautaciones que se realizaban por aquellos días. La ocupación de los distintos palacios que encerraban riqueza artística e histórica y la quema de iglesias, dio lugar al traslado de obras de arte a lugares dotados de condiciones adecuadas para su conservación.

El 23 de julio de 1936, se constituyó la Junta de “Incautación y Protección del Patrimonio Artístico”. La Junta se encargaba de la incautación y conservación de todas las obras, muebles e inmuebles de interés artístico, histórico o bibliográfico que presentasen peligro de ruina, pérdida o deterioro.

Nuestro Tesoro Artístico Nacional, se encontraba controlado por organismos, entidades y centros distintos. Por lo que se pretendía que todos los objetos estuviesen bajo la responsabilidad y dirección de un órgano adecuado. Se consideró que el organismo adecuado para ordenar y ejecutar todo lo relacionado con la incautación, defensa y custodia de todos los elementos y objetos de valor artístico de la Nación, era Instrucción Pública y Bellas Artes.

Los objetos de interés artístico fueron el destino de robos y saqueos

Por ello, el 16 de febrero de 1937, se crea, dependiente de la Dirección General de Bellas Artes, un Consejo Central de Archivos, Bibliotecas y Tesoro Artístico, siendo su misión coordinar la labor de todos los establecimientos y servicios que estuvieran en relación con los Archivos, Bibliotecas y Tesoro Artístico. El 5 de abril de 1937, se creó la Junta Central del Tesoro Artístico dependiente del Consejo Central de Archivos, Bibliotecas y Tesoro Artístico.

Dicha Junta, tendría a su cargo la incautación y conservación de las obras, muebles o inmuebles de interés artístico, histórico y bibliográfico, que ofrecieran peligro de ruina y deterioro, tanto del Patrimonio de la República y de las que pertenecieran al Estado, así como de todas aquellas que pertenecieran a las provincias, municipios o particulares. La Junta Central asimismo se encargaría de reorganizar las Juntas delegadas que existían en aquellos momentos, y de la creación de nuevas Juntas en las provincias donde todavía no existían, así como de la creación de subjuntas de carácter especial en algunas localidades.

Imagen de la Catedral de Almería. Imagen de la Catedral de Almería.

Imagen de la Catedral de Almería.

Tras varios intentos de creación de la Junta del Tesoro Artístico en Almería, el 1 de septiembre de 1937, se nombró en nuestra capital y provincia una Junta Delegada de Incautación y Protección del Tesoro Artístico.La Junta de Almería estaba formada por el consejero provincial de Cultura, como presidente; por D. Eugenio Serralbo Aguareles, del cuerpo de archivos; D. Guillermo Langle Rubio, arquitecto municipal; D. José Moncada Calvache, pintor, y por D. Luis Querol Roso, catedrático del Instituto de Segunda Enseñanza de dicha capital, como vocales. La Junta de Almería tenía dentro del término de la provincia las mismas atribuciones de la Junta Central, tras el Decreto del 5 de abril de 1937.

Desde los primeros momentos de la guerra en Almería, los objetos de interés artístico fueron el destino de robos y saqueos. El arquitecto municipal D. Guillermo Langle Rubio y D. Pedro Segado, recogieron del convento de las religiosas Puras y de la Catedral, todo cuanto había de interés artístico, guardándolo primero en habitaciones del Ayuntamiento y más tarde en el convento. Lograron igualmente esconder numerosos objetos en la pared y el cementerio, tabicando la entrada de éste. De esta forma, se consiguió salvar el retablo del altar mayor, desmontándose y escondiendo la mayor parte de las piezas en lugares adecuados.

El 5 de abril de 1937, se creó la Junta Central del Tesoro Artístico

La Junta no contaba con medios económicos para actuar y, fuera de la capital, su labor de recogida de objetos fue muy escasa. Al poco tiempo, pasó a ser presidente de la Junta el Gobernador Civil. Tras ser reconocida oficialmente, su labor fue más eficaz, entrando sus miembros en la Catedral, que estaba destinada a ser depósito de víveres. Las fotografías que mostramos en este artículo, referidas a la Catedral, como podrá observar el lector, son impactantes y fiel reflejo de lo ocurrido.

En la Catedral se pudieron recoger en unas cajas vacías las cabezas de los Evangelistas en alabastro, que pertenecían al tabernáculo del altar mayor, e igualmente, se recogieron otras tallas de mármol del mismo tabernáculo, un trozo suelto de la sillería del coro, representando a San Pedro e infinidad de piezas sueltas, hallándose, entre ellas, el perro de mármol que había sobre la tumba del obispo Fernández de Villalán, fundador de la Catedral.

Interior de la Catedral. Interior de la Catedral.

Interior de la Catedral.

Entre los objetivos de la Junta, era prioritario conseguir que fuese desalojada la Catedral. Se encontraban destrozados sus altares, conservándose únicamente intacto el trascoro, con sus tres imágenes en mármol, y la sillería del coro, con la excepción de la tabla de San Pedro.

La labor de los miembros de la Junta se centró principalmente en la preocupación por el embalaje de cuadros de valor que serían enviados a Valencia para después venderlos al extranjero, queriendo evitar esta circunstancia algunos miembros técnicos de la Junta. Finalmente, no se llevó a cabo el envío de cuadros, a pesar de que había alguno de interés artístico como una Purísima de Murillo.

El 5 de octubre de 1938, hubo un intento de reorganizar La Junta, propuesta que finalmente no fue aceptada. Aunque los miembros de la Junta cesaron oficialmente, continuaron colaborando en las tareas y cuidando las obras de arte que se habían salvado, las cuales se encontraban en la sacristía de la Catedral y otras estancias del templo, al igual que en el convento de las Puras. El Presidente de la República, en una de sus intervenciones, hizo referencia a la labor de las Juntas: “Es más interesante salvar el Tesoro Artístico de la propia República; ésta, si se perdiese, puede siempre ser restaurada, pero aquél ya no podría jamás recuperarse en caso de perderse”.

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