Tribunales

La delegada de Justicia asiste al Consejo mensual del CIMI El Molino donde representantes de los menores infractores proponen mejoras

Reunión del Consejo del CIMI El Molino.

Reunión del Consejo del CIMI El Molino.

La delegada territorial de la Consejería de Justicia, Administración Local y Función Pública de la Junta de Andalucía, Rebeca Gómez, ha asistido en el Centro de Internamiento de Menores Infractores (CIMI) El Molino, ubicado en Almería capital y dependiente de la citada Consejería, a la celebración de su Consejo de Centro.El CIMI El Molino, gestionado por ADIS Meridianos, realiza mensualmente este encuentro en el que participan la dirección y coordinación del mismo junto con todos los delegados y delegadas que previamente han sido elegidos por los menores. Se trata de un espacio donde las personas menores y jóvenes que cumplen medidas judiciales tienen la oportunidad de participar con propuestas de mejora para el centro.

El Consejo se creó a comienzos del año pasado con la idea principal de hacer protagonistas a los propios menores y jóvenes de su camino durante su internamiento. “Hacerlos partícipes y que se sientan partícipes les hace ser conscientes de su responsabilidad con el resto de menores con los que conviven”, ha señalado la delegada.

Gómez afirma que “el ejercicio de esta la responsabilidad, a su vez, les permite trabajar habilidades como el reconocimiento de la representación, el liderazgo participativo y ser correa de transmisión en distintos planos.”Desde el CIMI se trabaja de manera multidisciplinar con los menores para prepararlos para un futuro alejado del conflicto cuenda terminen de cumplir la medida impuesta por los jueces. Tan importante es formarlos en el área académica, ocupacional o inserción laboral, entre otras, como dotarlos de las habilidades necesarias para poner en práctica, de una manera adecuada, todos los conocimientos adquiridos.

Por ello, se realizan semanalmente asambleas en todos los hogares y las personas internas tienen la oportunidad de compartir sus inquietudes, establecer objetivos grupales y expresar propuestas de mejora para que el tiempo que permanezcan en el CIMI sea lo más enriquecedor posible.

Es una puesta en común donde se llegan a acuerdos, respetan la opinión de los compañeros y eligen al delegado o delegada que los va a representar en el Consejo de Centro. En este espacio las personas internas que asisten tienen la oportunidad de poner en común, junto al resto de compañeros de otros grupos, las necesidades que presentan en sus hogares, las propuestas de mejora y las diferentes alternativas a poner en práctica en las actividades.

Rebeca Gómez ha destacado que “es enriquecedor ver cómo se respetan, cogen ideas los unos de los otros y expresan de manera asertiva todo aquello que, a su entender, es susceptible de mejora”. Asimismo ha explicado que muchos de los aspectos planeados se llevan a cabo y los que no es posible se les explica para que entiendan por qué se toma esa decisión y no otra.El director del centro, Daniel Cuadra, señala que “en varias ocasiones son los propios delegados los que nos dotan de propuestas innovadoras que a posteriori hemos llevado a cabo, generando en ellos y ellas un sentimiento de responsabilidad y de sentirse escuchados que hace que lo trasmitan al resto de grupo, generando una dinámica positiva”.

Defiende que el hecho de que una persona interna sea referente “es fundamental, entre iguales se entienden y respetan. En esta línea ha incidido en la figura del Mentoring, que sirve de guía para todas aquellas personas que ingresan en el CIMI y se sienten inseguros y pedidos.

El equipo educativo está presente en todo el proceso de las personas internas, los guían y acompañan “pero que un compañero o compañera de internamiento tenga la posibilidad de compartir tiempo, explicar el funcionamiento del centro, actividades y su propia experiencia hace que los nuevos ingresos se sientan más cómodos”, ha afirmado Cuadra.

Incluso, en varias ocasiones, la figura del Mentoring media entre menores que han tenido algún conflicto o intentan guiarlos cuando están en un periodo continuado en el cual su comportamiento no es el adecuado.

“En definitiva – ha concluido Rebeca Gómez, lo que queremos conseguir con estas propuestas que ya se están llevando a cabo, Consejo de Centro y Mentoring, es que las personas internas sientan que son escuchadas, que pueden participar de manera activa en la gran mayoría de actividades que se llevan a cabo y que su implicación conlleva una dinámica positiva en el resto de compañeros y compañeras”.

El CIMI El Molino cuenta con 59 plazas: 41 para chicos y 18 para chicas (8 de ellas en unidades de internamiento terapéutico). Se caracteriza por integrar las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) en la intervención desarrollada con los menores infractores como una herramienta capaz de producir cambios significativos en su comportamiento.

La formación de los jóvenes y su preparación para el empleo es uno de los aspectos fundamentales del trabajo para la reinserción social realizado diariamente en El Molino y en el resto de CIMI de Andalucía, donde existen en total 13 centros con 701 plazas, donde los menores infractores cumplen medidas privativas de libertad.Por último, Gómez ha subrayado la apuesta del Gobierno andaluz por la reeducación de los menores infractores, y ha señalado que “el sistema de Justicia Juvenil de nuestra comunidad autónoma es referente a nivel nacional e internacional, con un presupuesto que supera en 2024 los 80,1 millones de euros”.

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