Almería

LUBRÍN. Educar a un sinvergüenza

LUBRÍN. Educar a un sinvergüenza

LUBRÍN. Educar a un sinvergüenza

Aunque ahora prácticamente desconocido por sus paisanos provinciales, José Rubio Urrea forma parte de los anales históricos de Lubrín. Del chaval amable e inquieto nacido el 10 de septiembre de 1931 nadie podía augura que con el tiempo alcanzaría fama como galán de cine, teatro y televisión. Fallecido en Madrid el 15 de marzo de 2012, era el menor de los tres hijos de un minero empleado en los cotos de Bédar, quien al terminar la guerra emigró a Barcelona al igual que otros tantos miles de coprovincianos. Los años de su niñez los pasó en la escuela y correteando por las empedradas calles de su cuna natal. Mientras la madre sacaba adelante a la familia ayudándose con lo cosechado en la mínima huerta, él envidiaba a los mozos aspirantes a “pelotaris”, con la pared de la iglesia como frontón. Tras la marcha forzada, en escasas ocasiones regresó al terruño; la última acompañado del alcalde de Cuevas del Almanzora, de cuyas fiestas patronales fue pregonero. Al recorrerlo, Pepe Rubio evocaba vagamente la fiesta de los panes cuando en enero San Sebastián sale en procesión. Aunque ahora prácticamente desconocido por sus paisanos provinciales, José Rubio Urrea forma parte de los anales históricos de Lubrín. Del chaval amable e inquieto nacido el 10 de septiembre de 1931 nadie podía augura que con el tiempo alcanzaría fama como galán de cine, teatro y televisión. Fallecido en Madrid el 15 de marzo de 2012, era el menor de los tres hijos de un minero empleado en los cotos de Bédar, quien al terminar la guerra emigró a Barcelona al igual que otros tantos miles de coprovincianos. Los años de su niñez los pasó en la escuela y correteando por las empedradas calles de su cuna natal. Mientras la madre sacaba adelante a la familia ayudándose con lo cosechado en la mínima huerta, él envidiaba a los mozos aspirantes a “pelotaris”, con la pared de la iglesia como frontón. Tras la marcha forzada, en escasas ocasiones regresó al terruño; la última acompañado del alcalde de Cuevas del Almanzora, de cuyas fiestas patronales fue pregonero. Al recorrerlo, Pepe Rubio evocaba vagamente la fiesta de los panes cuando en enero San Sebastián sale en procesión. 

Pepe Rubio Pepe Rubio

Pepe Rubio

Muy pronto dejó el colegio en Cataluña para trabajar de aprendiz en una fábrica textil y de productos químicos. Dando muestras de interés por la cultura y las artes, por esas fechas frecuentó el Centro Católico de Hospitalet, donde intervino en En el divino impaciente con un novel elenco de aficionados. Trasladado a Madrid, su acceso como recadero en una productora cinematográfica le resultó providencial ya que ahí conoció al actor murciano Paco Rabal, quien le facilitó el ingresó en la compañía del Teatro Español y en la del Lope de Vega, dirigida por José Tamayo. Este le hizo debutar en 1962 con un papel secundario en Edipo, al que siguieron El diario de Ana Frank y El baile de los ladrones. No sin denodados esfuerzos, su carrera comenzaba a dar fruto. 

Sin embargo, Enseñar a un sinvergüenza, de Alfonso Paso (adaptada al cine en 1969, con Carmen Sevilla), fue su comedia más representativa y la que le encumbró en la escena nacional. Un caso singular en el Madrid teatral de la época: ¡17 temporadas! ininterrumpidas en cartel. Con distintas parejas femeninas (de Ana Torray a María Rey), diez millones de espectadores y doce mil representaciones por toda España. Su carácter extrovertido, físico “guaperas” y un tanto “sinvergüenza” terminaron por convertirlo en galán de moda. Al repertorio desenfadado le siguió un radical cambio de registro interpretativo, de mayor intensidad dramática: Seis personajes en busca de autor, La Celestina, Muerte de un viajante, La vida es sueño, Las brujas de Salem, Orfeo, Medea, etcétera.

El cine comercial y de evasión fue su segunda casa, bien de protagonista o como actor de reparto. A las órdenes de Rafael Gil, Pedro Lazaga o Sáenz de Heredia los éxitos se sucedieron: Los Guardiamarinas, La casa de Troya, Qué hacemos con los hijos, Don Erre que Erre o Escala Hi-Fi… Y TVE el “cuarto de estar”, con presencia habitual en Estudio 1: La casa de los Martínez o Música de Estrellas. En 2008 recibió el premio “Ercilla” en reconocimiento a su larga trayectoria profesional.

Zinedine Zidane

Zidenine y Veronique Zidane Zidenine y Veronique Zidane

Zidenine y Veronique Zidane

Como rendido y cansado

de cuidar tus almendrales,

duermes, Lubrín, recostado

sobre la blanca almohada

de tus altos peñascales

Entre almendrales y secanos cerealistas se extiende El Chive, uno de los 22 núcleos habitados del vasto término municipal que tiene su fuente de ingresos, además de en la ganadería intensiva. El fútbol mundial de élite está representado en la provincia almeriense vía consorte. De la pedanía partieron en precario rumbo a la emigración francesa el matrimonio Antonio Fernández y Ana Ramírez, padres de Verónique, nacida en 1970 en Rodez, departamento de Aveyron. Culta, bella, aspirante a profesora de ballet en París (merced a una beca) y esposa de Zinedine Zidane, jugador internacional de origen argelino y entrenador del Real Madrid. Curiosamente, uno de sus cuatro hijos, Enzo, militó profesionalmente en la UD Almería.

Todos los años la familia regresa a sus orígenes, en la que construyeron una segunda residencia. Zidane fue embajador de lujo en los Juegos Mediterráneos Almería 2005, celebrados del 24 de junio al 3 de julio, bajo la presidencia de los actuales reyes de España. Desfilando en la jornada inaugural con la mascota Indalete y artistas de reconocido caché: Joan Manuel Serrat (interpretando la canción-himno “Mediterráneo”), David Bisbal, Niño Josele o la cantaora Carmen Linares. Todos bajo la dirección escénica de la Fura dels Baus.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios