Instituciones Penitenciarias

Labores de repostería entre los barrotes de la cárcel de El Acebuche

  • Los alumnos del curso de panadería reciben una lección magistral y elaboran bizcochos y magdalenas

Uno de los internos añade parte de los aderezos de los muffins elaborados en la panadería de El Acebuche. Uno de los internos añade parte de los aderezos de los muffins elaborados en la panadería de El Acebuche.

Uno de los internos añade parte de los aderezos de los muffins elaborados en la panadería de El Acebuche. / D.A. (Almería)

La panadería del centro penitenciario El Acebuche bulle de actividad a diario. Cada día, cinco internos panaderos elaboran entre las cuatro y las nueve y media de la mañana 2.400 bollos para abastecer a los casi 800 residentes de la prisión de Almería, a razón de tres piezas de 140 gramos por cabeza para el desayuno, el almuerzo y la cena. En estas instalaciones, totalmente renovadas hace escasos meses con una inversión de 199.950,00 euros, que ha dotado de nuevas máquinas y aparatos para la preparación y fabricación industrial de estos productos de primera necesidad, también se forman los alumnos del taller de panadería.

La panadería del centro penitenciario depende de la Entidad Estatal Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo (que se encarga de la promoción del trabajo productivo en los centros penitenciarios y de la formación profesional de los internos), adscrita al Ministerio del Interior a través de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. Esta entidad tiene por objeto la promoción, organización y control del trabajo productivo y la formación y orientación para el empleo de los reclusos de los centros penitenciarios. En Almería, el delegado de la misma es el propio director de El Acebuche, Miguel Ángel de la Cruz.

Cada día, del obrador salen 2.400 bollos de pan para surtir a los internos de la prisión

Manel García Escala comprueba el estado de los plum cakes. Manel García Escala comprueba el estado de los plum cakes.

Manel García Escala comprueba el estado de los plum cakes. / D.A. (Almería)

Con este taller (y otros, como el de cocina, economato, lavandería, mantenimiento, etc.) se proporciona al recluso un empleo retribuido, con los beneficios de la Seguridad Social, en los espacios productivos del centro penitenciario. Y ayer además sus 15 alumnos tuvieron la oportunidad de recibir una lección magistral a cargo de Manel García Escala, un técnico pastelero que llegó expresamente desde Barcelona para poder compartir con estos internos sus conocimientos. Profesor en cursos de FPde pastelería durante años, con un negocio propio “muy cosmopolita del día a día” que estuvo activo durante 12 años, García Escala trabaja en la actualidad para la multinacional Zeelandia, que distribuye en la provincia la empresa Dimoba.

Uno de los internos introduce los muffins en el horno. Uno de los internos introduce los muffins en el horno.

Uno de los internos introduce los muffins en el horno. / M.M. (Almería)

García Escala explicó ayer a este periódico que en la clase magistral se ha ofrecido una formación sobre varias de las referencias de Zeelandia para que “conozcan la realidad de todas las pastelerías”, con unos bizcochos de sabores y muffins, en una actividad que se prolongó a lo largo de unas tres horas. “Es una experiencia muy buena, muy positiva, cien por cien recomendable”, aseguró a Diario de Almería. Consideró que los alumnos tienen “bastantes conocimientos”gracias a la labor de su profesor, David Soriano, aunque “en pastelería están un poco más justitos”. No hay problema, porque de su mano supieron cómo preparar plum cakes de crema y chocolate, con mermelada, muffins y a cómo realizar un buen marmoleado.

Sobre Zeelandia, señaló que esta empresa fundada en los años 60 en Holanda elabora materias primas para panaderos y pasteleros, además de preparados de “máxima calidad”con una “garantía total”para llegar a dónde no pueda un artesano por “exceso de trabajo”, ofreciendo más de 2.000 referencias. Con estos productos fue con los que trabajaron este lunes los internos de El Acebuche.

David Soriano, profesor del taller, y Manel García Escala, técnico pastelero. David Soriano, profesor del taller, y Manel García Escala, técnico pastelero.

David Soriano, profesor del taller, y Manel García Escala, técnico pastelero. / D.A. (Almería)

Por su parte, David Soriano, el profesor del taller, revela que comenzó trabajando en un diario tras estudiar gráfica publicitaria den la Escuela de Artes. La crisis provocó el cierre de esta cabecera y que pasase por otros empleos, como el de camarero, hasta que se hizo panadero. Ocho años y medio después de iniciarse en este oficio, le llegó la posibilidad de formar a otros. “El 18 de julio empezó el curso y a final de año acabará. Es la primear vez que vengo y, con suerte, el año que viene repito”, trasladó a este periódico.

Los internos preparan los moldes con la masa de los muffins. Los internos preparan los moldes con la masa de los muffins.

Los internos preparan los moldes con la masa de los muffins. / D.A. (Almería)

Soriano subrayó que “lo primero”que tienen que aprender es cómo hacer un buen pan, ya que son el relevo natural para los internos que trabajan a diario en la panadería. “Ya tenemos a dos alumnos trabajando. Hacen el pan que se consume aquí dentro y el día de mañana van a tener una titulación. Estoy muy contento, es una clase bastante tranquila y muestran bastante interés. Alguno me dice que el día de mañana quiere montar algo así cuando salga”, apostilló.

Los suculentos muffins recién sacados del horno. Los suculentos muffins recién sacados del horno.

Los suculentos muffins recién sacados del horno. / D.A. (Almería)

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