Almería

Lecciones de ópera bajo la influencia de Rigoletto

  • El alcalde de la ciudad de Almería fue una de las 'víctimas' de la compañía Yllana en 'The Opera Locos'

El público iba a vivir lo que actualmente se denomina como una masterclass pero en esta ocasión no iba ser un género nada fácil, una ópera. El Auditorio Maestro Padilla se convirtió en un aula magna del canto lírico y la compañía Yllana, como acostumbra, volvió a sorprender y divertir a los asistentes.

The Opera Locos se estrenó a nivel nacional en la última edición del Festival de Teatro de El Ejido y volvió a la provincia para celebrar la gala de Diario de Almería y sus once años de existencia. No es la primera vez que la compañía toca el género clásico, Paganini, con Ara Malikian, fue una de sus grandes apuestas y éxitos. Pero si por algo los artistas llegan al público es por esa capacidad que tienen de traspasar la cuarta parte y hacer partícipe a los asistentes de la representación.

En la obra escasearon los diálogos, pero el lenguage gestual es su forma de comunicaciónEl público dio clases de vocalización y de prueba de voz con uno de los artistas

Esta producción de Yllana y Rami Eldar fue el colofón de fiesta de la gala de Diario de Almería. Es una obra donde escasean los diálogos, pero el lenguaje gestual se convierte en su forma de comunicación más habitual junto a los toques de comicidad que ofrecen en la medida justa para ir introduciendo al público en su forma de hacer teatro. Grandes voces líricas inundaron el Auditorio para interpretar algunos de los clásicos más conocidos del repertorio operístico de todos los tiempos.

Los cinco solistas que dieron voz y humor a The opera locos fueron: María Rey Joly, Mayca Ceba, Toni Comas, Enrique Sánchez Ramos y Jesús García Gallera.

El repertorio que interpretaron, junto a otros temas más pop, fueron Va pensiero..., Nabucco, de G. Verdi; Habanera, Carmen, de G. Bizet; Vivi Tiranno!, Rodelinda, de Händel; O mío babbino, caro..., Giani schicchi, de G. Puccini; Quando me'n vo, La Boheme, de G. Puccini; Vesti la giubba, l Pagliacci, de R. Leoncavallo; Sous le dôme épais, Lakmé, de L. Delibes; Toreador, Carmen, de G. Bizet; Barcarolla, Les contes d'Hoffmann, de J. Offenbach; Mon coeur, Samson et Dalila, de C. Saint-Saëns; Der Hölle Rache, Die zauberflöte, de W. A. Mozart; y Nessun dorma, Turandot, de G. Puccini.

La obra contó con varios momentos donde el público pudo cantar varias notas. La primera fue una prueba de voz, donde el tenor se paseó por el Auditorio con un micrófono interpretando un tema bastante y esperando réplica de cualquier víctima a la que le tocara terminar la canción con tono operístico, como fue el caso de José María Martín, recientemente nombrado delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía.

La vocalización fue una de las clases más complicadas, pero a la vez más divertidas de la noche. Uno de los personajes a adoctrinar a los asistentes. Con piezas más difíciles conforme avanzaba, rozando el trabalenguas, el público repetía sus estrofas. Lo que no sabía este tenor que muchos de los asistentes estaban preparados para responder de una forma bastante decente en cada réplica.

Pero Yllana no solo vivió de interactuar con el público, aunque no fue sus últimas conexiones, quedaría la sorpresa final. Sus sketches estuvieron hilados por varias historias, donde el amor fue su principal nexo de unión.

Las historias se ramificaron en tres vertientes. Un tenor venido a menos, donde sus éxitos pasados lo atormentaban y la bebida era su refugio. Estaba cortejado por una soprano con una gran voz que lo admiraba y sentía amor por él. Por otra parte, los otros dos protagonistas, un maestro y su aprendiz (que se inclinaba por temas pop y con voz de contratenor). Se crearon varias situaciones de gran comicidad entre ambos donde se interpretaron canciones como el tema principal de la banda sonora de Titanic, interpretado por Celine Dion, Mi heart will go on; y una de las canciones con más ritmo, el éxito de Mika, Grace Kelly. Yllana también quiso visibilizar con esta historia la homosexualidad en su espectáculo. Otra de las protagonistas, al quedarse compuesta y sin novio, escogió precisamente al alcalde de la ciudad de Almería, Ramón Fernández-Pacheco, y después de cantarle I will always love you, de Whitney Houston. Lo subió al escenario para terminar acompañada, al igual que el resto del público. Fue uno de los momentos donde las risas fueron más desternillantes, y no importaba el partido político. Todos se divirtieron con el máximo responsable del Ayuntamiento de la capital e incluso él mismo demostró buen sentido del humor y se prestó a colaborar con la compañía.

Durante una hora y media aproximadamente, los artistas consiguieron que el público se metiera en su historia completamente. Conocer sus anhelos y sus pasiones más ocultas fue el ejercicio de los asistentes que acudieron al Auditorio.

Antes de comenzar la función se avisó a los espectadores que las voces fueron en vivo, y era para avisarlo, porque demostraron una gran capacidad vocal y una muy buena interpretación. Todo el público en pie ante un verdadero ejercicio de talento y virtuosismo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios