Crónicas desde la Ciudad

Un Leopardo muy artista

  • Mariano Leopardo de Anchóriz Fustel destacó en distintas disciplinas artísticas: actor cinematográfico, pintor, muralista y escenógrafo teatral. El próximo miércoles se cumplen 23 años de su fallecimiento

EN su biografía de Celia Viñas Olivella, Francisco Galera (IEA, 1991), tras revisar el archivo personal de la catedrática de Literatura por deferencia de su esposo Arturo Medina, cuenta que ésta llevaba un bloc de anotaciones con el perfil de sus aplicados alumnos (Tadea Fuentes, Gabriel Espinar, García Ferré, Araceli Gómez, María Moltó, Eugenio de Bustos, Dionisio Godoy, López Cuadra), refiriéndose cariñosamente a Leo Anchóriz de esta guisa: nerviosísimo, enredón, muy inteligente, con faltas de asistencia, etc. Y avanzaba una reflexión premonitoria: Quizá interese más la prometedora personalidad… que su acuarela anunciada o lograda… Pero no olvides, Anchóriz, que para ver las nubes de cerca hay que desdoblar las piernas, abandonar los borriquillos por más Platerotes que sean y trabajar mucho, como lo hacen los tontos y los ambiciosos. Si me dais una ambición para este muchacho, yo os prometo un pintor. De los de veras.

No es de extrañar que Viñas Olivella (la señorita Celia, fallecida en junio de 1954), como estímulo y premio de su autoestima y creatividad, le encargase los decorados de sus obras teatrales estudiantiles y la portada de los poemarios Canción tonta en el Sur o Trigo del Corazón. En este sentido José María Molina (administrador y mecenas de la Tertulia Indaliana, tristemente postergado hasta por los propios indalianos) le confesaba a Jesús Esteban Ruíz en "Conversaciones en Almería": "Y hablando de nostalgia… hace día que nos dejó Leo Anchóriz… con él y con Celia Viñas, cuando yo tenía la casa en La Almedina, en una habitación sin muebles, desparramados por el suelo, montábamos los bocetos, los figurines, todo lo que sería luego el montaje de las escenografías de los pasos, comedias, las obras que Celia hacía realizar a sus alumnos del Instituto".

Cerramos el vínculo vital de Leo con la leridana más almeriense que el cañillo de la Puerta de Purchena, manifestando su integración paulatina en la urdidumbre social y cultural de los años Cuarenta. Paco Alcaraz, uno de los escasos pintores indalianos supervivientes, a quien en el Café Gijón de Madrid homenajeaban -siempre fuera, nunca en su tierra, por ignorancia, desidia o pasividad de los presumiblemente responsables culturales- al cumplir los bien aprovechados 84 años, en una cariñosa carta dirigida a Manuel del Águila recordaba:

"… Aparecía y desaparecía con Celia Viñas (se refiere a Manolo). Como los ojos del Guadiana, como otro gran amigo común, Leo Anchóriz, desaparecido, y gran dibujante, actor y mejor decorador".

Nacimiento

Acompañado de su esposa Josefina y dos hijos de corta edad (Carola y Román), Román de Anchóriz Andrés, marino, natural de Zaragoza, se estableció en Almería en los pasados años Veinte para ocupar la plaza titular de Práctico Marítimo, siendo presidente y director de la Junta de Obras del Puerto José Sánchez Entrena y Eusebio Elorrieta Artaza. Y el 22 de septiembre de 1929 vino al mundo Leopardo de Anchóriz Fustel en el nº 28 de Marqués de Heredia, 28 -colindante a donde hoy se encuentra Diario de Almería-; aunque Anchóriz, más respetuoso y menos vulgar, la evocaba como plaza de los Coches (de caballos) y no de los Burros. En cambio, a semejanza de Carmen de Burgos, por coquetería, también se restó tres años (en su ficha personal figura erróneamente 1932 como el de su natalicio). De niño asistió a la escuela y sufrió la guerra en la calle La Reina, desde donde, al terminar el conflicto se desplazaba a la Escuela de Artes (entonces Instituto) para cursar el bachillerato. Al concluir marchó a Madrid a estudiar Bellas Artes en la Real Academia de San Fernando, introduciéndose prontamente en el mundo de la farándula artística de la mano del director de cine Pedro Lazaga, tras conocer previamente a la actriz Conchita Montes.

Sin embargo, no abandonó la pintura en la que había apuntado magníficas cualidades, elaborando para los teatros madrileños diversos decorados y, especialmente, una colección de carteles de la Feria de Almería, con los que logró el primer premio en la convocatoria municipal de 1948 (en colaboración con el virgitano Miguel Salmerón Pellón), 1949, 1951 y 1972, siendo después de Pérez Siquier, Salmerón y Robles Cabrera, el cartelista más laureado. Fue asimismo autor del mural anunciador de las Fiestas de San Isidro de Madrid-1973.

Matrimonio

Con 36 años y consolidada su carrera cinematográfica, la tarde del domingo 12 de enero de 1965 Leo Anchóriz contrajo matrimonio en la iglesia de San Antonio de Ciudad Jardín con María Callejón MacDonald, 9 años menor, nacida en Londres y biznieta de Ventura Callejón Bosomba, un singular personaje daliense: militar liberal, diplomático, cónsul, parralero, exportador uvero y propietario de una espléndida casa solariega en Dalías, en la que la novia pasó largas temporadas. En Ciudad Jardín vivía su hermana Carola y su cuñado Pedro, mientras que su otro hermano, Román, ya se había casado con una hija del general franquista Andrés Saliquet Zumeta.

Dada la fama y consideración social de los contrayentes, la boda fue todo una atracción ciudadana en aquella década, a la que asistieron autoridades locales y distintos personajes famosos, amigos de ambos y de sus respectivas familias: "… El acontecimiento congregó en nuestra capital a numerosos elementos del mundo cinematográfico y artístico, entre los que se encontraban el matador de toros Antonio Bienvenida, el productor cinematográfico José María Forqué, el escritor Jaime Luis de Armiñán, quienes junto al alcalde de la ciudad, don Antonio Cuesta Moyano y el general don Luis de Bardaxi (gobernador Militar), firmaron el acta matrimonial". Al concluir la ceremonia los invitados fueron obsequiados en el Club de Mar, saliendo la pareja de viaje de novios para Francia e Inglaterra. Aquejado de una dolencia cardiaca, Leo Anchóriz falleció en Madrid el 17 de febrero de 1987. María Callejón MacDonald quedó viuda y, que yo sepa, sin descendencia

Cinematografía

De protagonista o actor de reparto participó en 37 películas de variada temática, predominando los spaghetti western, con papeles de "duro" u hombre de acción. Debutó con un pequeño papel en Las muchachas de azul, dirigida por José Mª Forqué, a la que le siguió El inquilino, El tigre de Chamberí y Milagro a los cobardes, con la que consiguió el premio al Actor Revelación en el Festival Internacional de San Sebastián. En Almería rodó 9 títulos. El primero (1959) Duelo en la cañada, a los que siguieron: Marcha o muere, El dedo en el gatillo, Siete pistolas para los Mac Gregor, Llego, veo y disparo; Mátalos y vuelve, Los desesperados, ¡Qué nos importa la revolución! y (1975) Los locos del oro negro.

En una segunda etapa, como co-guionista filmó otras cinco y dos de director artístico. Incluso, aunque no figure en los créditos, colaboró con su amiga Pilar Miró en el rodaje de Gary Cooper que estás en los cielos y fue escenógrafo de comedias musicales, entre ellas La princesa alegre, opereta protagonizada por Marujita Díaz y representada en el teatro Cervantes de Almería en marzo de 1960.

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