Listín Médico (VI) Dra. Elena Gómez Spencer

Título. El expediente académico hace justicia a su inteligencia: solo tres cursos, con brillantísimas notas, para obtener en Madrid la licenciatura en Medicina, la primera almeriense

Actual sede colegial en calle Gerona.
Actual sede colegial en calle Gerona.
Antonio Sevillano

08 de diciembre 2014 - 01:00

CON apuntes biográficos del Dr. Rafael Aráez Pacheco, ayer retomaba la serie "Listín de Médicos", aparcada desde 2011 e iniciada con las figuras del galeno morisco Abolafia, Juan de la Parra, Francisco Martínez de Luna y Pedro Ponce. En el artículo de hoy cobra protagonismo otro personaje no mejor singular, aunque más cercano a nuestros días: Elena Gómez Spencer, la primera mujer de la historia almeriense en alcanzar la licenciatura de Medicina y Cirugía, quien, por las razones que fuesen, no llegó a ejercer en su tierra natal.

Durante el gobierno liberal-turnista de Práxedes Mateo Sagasta, la reina Regente, María Cristina, firmó el R.D. elaborado por el ministro de Gobernación, Trinitario Ruíz, en el que, indistintamente y a la par, se dictaban los Estatutos para el Régimen de los Colegios Profesionales de Médicos y Farmacéuticos en España, publicado en la Gaceta de Madrid el 15 de abril de 1898 y complementario a la Ley de Sanidad. Con motivo del centenario del de Almería, Porfirio Marín elaboró una voluminosa monografía, imprescindible para el estudio de la Sanidad en la provincia. Desde su fundación en 1901, dieciocho presidentes se han sucedido: de Baldomero García Blanes (es además el colegiado núm. 1 en cuanto a antigüedad reconocida; independientemente de una carpeta heredado con un listado anterior de otros 184) al actual Francisco Martínez Amo. Y tres sedes científico-administrativas sucesoras de otras previas y provisionales:

-Conde Ofalia, nº 5. En 1925, compartida con el Colegio de Farmacéuticos.

-Dr. Gómez Ulla, nº 2. A partir de febrero de 1928 (junto al de Farmacéuticos y Veterinarios).

-Y desde abril de 1969 la actual de calle Gerona nº 11.

PIONERAS

En los inicios de la Medicina reglada resultaba de todo punto imposible hallar a una mujer en las aulas de las cuasi nonatas Universidades, como protomédicas o a la cabecera de un enfermo. Debieron pasar siglos para que la sociedad aceptara con normalidad que el ratio hombre-mujer se fuese equiparando sin discriminación por razones de género.

Hasta 1922 no se registra ninguna mujer en Colegios de Andalucía mientras que en España la primera titulada fue, presumiblemente, Helena Masseras (1879), y la también catalana Martina Castells la primera en doctorarse. En Almería tal distinción colegial recae en la paisana Consuelo Rodríguez Rienda: 20/06/1933, nº 252 de inscripción y 24 años de edad. Hermana del también médico Carmelo, con domicilio en calle Gerona y consulta privada en plaza de La Catedral y c/. Real, causó baja, por traslado, en septiembre de 1958. La segunda (diciembre, 1938) es Milagro Rivera Tovar, bilbaína que según su ficha ejerció de puericultora durante la guerra incivil en el Servicio de Higiene Infantil. En la actualidad, del total de 2333 profesionales registrados en la provincia, 1074 son mujeres. Un porcentaje que desde un lustro atrás aumenta exponencialmente a favor de las féminas en el segmento de menores de 35 años. Contrasta llamativamente esta cifra con las solo 10 dadas de alta antes de 1966: las citadas Consuelo Rodríguez y Milagros Rivera; Isabel Téllez, Elena Lázaro, Mª Ángeles Soler Planas, Sigelinda Soria, Isabel Iniesta, Francisca Crespo, Mª Ángeles Carretero y María Fernández. Mientras que la dirección de los cuatros hospitales de referencias del Servicio Andaluz de Salud exhibe presencia femenina positiva: Francisca Antón, Torrecárdenas; Pilar Espejo, Hospital de Poniente y CARE El Toyo; y Eva Mª Jiménez en La Inmaculada, de Huércal Overa, el órgano rector colegiado no equipara las designaciones: 8 hombres (incluido el presidente) y 4 mujeres, todas vocales.

NO COLEGIADA

Elena, Sofía, Gustava, Fernanda Gómez Spencer vino al mundo a la 3 ½ de la tarde del 30 de mayo de 1894 en el domicilio familiar de calle Gerona nº 10. Es fruto del matrimonio entre Bernabé Gómez Iribarne y María Spencer Rabell, su segunda esposa, ya que anteriormente estuvo casado con su hermana Elena. La diferencia de edad es considerable: él 49 años y ella 24. Gustavo (laureado jinete deportivo) era hermanastro y Alejandro (también militar y experimentado piloto de aviación) y Virginia (casada con el arquitecto Antonio Zorbarán), hermanos. El padre, ingeniero responsable de la Jefatura Provincial de Minas, fallece en diciembre de 1909 y los obituarios reiteran su intachable trayectoria, honestidad y amor a Almería, plasmado en distintas iniciativas. De la infancia y adolescencia desconocemos casi todo, solo que al quedar huérfana se traslada a Madrid, matriculándose en su Facultad de Medicina ya rebasada la veintena: "Marcha a Madrid sigilosa y oscuramente , en lucha homérica con el destino implacable que no respeta sexos… ", críptico párrafo leído que no alcanzamos a desentrañar.

Acompañada de su hija Elenita, reaparece en la capital durante el homenaje en el balneario Diana a un joven colega en junio de 1930. No obstante, es ella quien suscita la mayor atención al conocerse la obtención del título en Medicina y Cirugía con brillantes calificaciones y en tan solo ¡tres años de carrera! (1928-30). Es la primera almeriense en lograrlo y las muestras de admiración se suceden, momento en que el periodista Fernández Doris sugiere que el siguiente agasajo esté dedicado a su persona, aceptándolo la presidencia del Colegio. Tiene lugar en el Casino al mes siguiente y a él concurren autoridades y la práctica totalidad de los galenos capitalinos. Un concejal, Villegas, propone que se le dedique una vía céntrica de la ciudad y el Ayuntamiento -tras el informe del Cronista, Joaquín Santisteban- aprueba que sea la calle Estrella, en La Almedina. ABC y La Vanguardia se hicieron eco del acto así como distintos periódicos los locales. En agosto del antedicho año, Diario de Almería (no el que tiene usted en sus manos, claro) publica su (mala)fotografía y una breve pero sustanciosa entrevista. Ahí expresa su fuerte inclinación infantil por la lectura en la biblioteca paterna, aunque declinó estudiar Letras Clásicas; que hizo varios cursos en la Escuela Nacional de Puericultura matritense pero prefirió dedicarse a la Medicina Interna y que había asistido a la Clínica del Dr. Medinaveitia, profesor a quien, con D. Carlos Jiménez (con el que realizó prácticas de laboratorio) profesaba gran admiración, sus auténticos referentes. Por último, y tras citar a otra excelente aspirante a médico almeriense, Isabel Téllez, dudaba si abrir o no consulta en Madrid.

Militante del Partido Socialista, en junio de 1931 regresa a Almería y se presenta en la Casa de Pueblo (hoy Archivo Municipal), junto a nueve compañeros, como pre-candidata al Congreso. Finalmente no salió elegida; siendo Gabriel Pradal y Benigno Ferrer quienes tras las elecciones consiguieron el acta de diputados. En Madrid se casó con Luis Pardo de la Torre Ayllón y el 12 de diciembre de 1932 obtuvo el divorcio, quedándose con la custodia y potestad de su única hija. La biografía de Elena Gómez Spencer queda abierta a otros investigadores.

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