López Alemán recorre la saeta junto a la Soledad

Desde 1803, la Real Academia de la Lengua Española recoge el término saeta para definirlo como copla con sentido religioso de canto vinculado a la Iglesia, aunque ya en 1691 aparece por primera vez en un texto de Fray Antonio de Escaray, con un sentido musical en las procesiones de penitencia, hermandades del Perdón, Rosarios de la Aurora y Vía Crucis. Los Viernes de la Soledad fueron el espacio cultural que acogió una magnífica conferencia del flamencólogo José Antonio López Alemán con un recorrido histórico a través de este cante tan unido a la Semana Santa que "ésta sería impensable hoy sin saetas por seguidillas" y que contó con la voz y el sentimiento del cantaor Juan Gómez.

El pueblo canta y adopta lo que oye, lo hace suyo y lo va transmitiendo oralmente, manifestó López Alemán, lo que da lugar a la formación de estilos musicales, especialmente en el cante flamenco. "Las primeras entonaciones salmodiales no tienen nada que ver con las saetas actuales por carceleras, seguidillas, tonás o martinetes", afirmó, antes de establecer tres clasificaciones, narrativa, explicativa y afectiva o flamenca, para hablar de la evolución sufrida por la saeta a lo largo de su historia. En la actualidad y salvo excepciones, la saeta ha perdida espontaneidad, declaró López Alemán, mientras Juan Gómez afirmó que éste es uno de los cantes más duros porque se realiza sin ningún acompañamiento, y así lo puso de manifiesto en las sentidas interpretaciones que ofreció a continuación para poner un brillante punto final a los tradicionales Viernes de la Soledad, que también han contado en esta edición con una conferencia de Valeriano Sánchez sobre el Devocionario popular a la Virgen de los Dolores, en la que realizó una pedagógica exposición sobre los grandes artistas que han contribuido a ese fervor devocional. Luis Criado, hermano mayor de la cofradía decana, reiteró el valor de la recuperación de estos Viernes durante su mandato.