Almería

CUANDO LORCA ESCRIBÍA MAL. La letra buena y la buena letra.

  • Enseñar al genio. Dos profesores, padre e hijo, de Almería y Granada, enseñaron al joven Lorca Aritmética y Caligrafía

CUANDO LORCA ESCRIBÍA MAL. La letra buena y la buena letra.

CUANDO LORCA ESCRIBÍA MAL. La letra buena y la buena letra. / D.A.

Jesús de Perceval y su mujer Trina de la Cámara se conocían desde los cinco años; vecinos de la calle de Eduardo Pérez, sabían de las bondades de sus familias pero también de sus pequeñas miserias... por eso cuando entraban en roce saltaba la chispa y él se arrancaba con la ironía puñetera que tan bien sabía usar: ¡Qué ojo tenía tu gente para la literatura! Y ella se enfadaba: ¡Anda que la tuya con tu pariente el de la cruz! Una dialéctica del "y tú más" que ya vendría de los tiempos niños de las sentadas de tranco; en absoluto disputa sino pelea en broma de Valderrama y Abril, de pelillos a la mar, pues evidente era que se querían.

La primera vez que presencié aquel rifirrafe me produjo desazón, pero también una gran curiosidad pronto satisfecha por la confianza: "el de la cruz" era, según ella, un antepasado de Jesús que un atardecer salió medio desnudo del cortijo de Rioja con una a cuestas y se perdió en la vega, un nazareno valiente, que hay que serlo, y mucho, para ir así por el bancal de la amargura entre alambradas parraleras. Me quedé con las ganas de conocer su identidad… pero contento de ver a aquel hombre y su extravagancia pía en el anonimato protector del que no gozaron los del "buen ojo para la literatura", los que al decir de Perceval suspendieron a Lorca niño, larva de poeta, que no eran otros que el abuelo y el padre de Trina.

Don Salvador de la Cámara Don Salvador de la Cámara

Don Salvador de la Cámara / D.A. (Almería)

Don Salvador de la Cámara Arrivillaga procedía de una familia de la comarca logroñesa de Cameros que anduvo más de un siglo, desde finales del XVIII, entre Granada y esta ciudad de Almería en la que moró, calle Eduardo Pérez con Conde Xiquena, una preciosa vivienda de la que no voy a decir que "salió" para casar, sino que "salieron", pues al joven Cámara no se le ocurrió otra cosa que elegir para esposa a su hermanastra doña Rafaela Giménez de Góngora, pareja a la que tuve el gusto de "conocer" en la sala de mis suegros, jóvenes guapos y muy bien pintados por Esquivel en 1851.

Concluida en Madrid su carrera de Ciencias, licenciado en Filosofía, listo e inquieto dedica tiempo y dinero a los inventos, entre los que destacan una escalera de incendios laureada en Lyon en 1873, fue catedrático de Aritmética y director del Instituto almeriense para el que creó un gabinete pedagógico cuyos restos aún navegan, gracias a la sensibilidad de algunos profesores, en el Celia Viñas… Aunque los siete hijos de la pareja parecieran avalar una relación sólida, el matrimonio va a pique y ella se queda en Almería al cuidado de hijos y hacienda y él pasa en 1883 al instituto de Granada en el que desempeñará cátedra y dirección y en casa, inventos y proyectos y la atención del servicio que en 1900 se reduce a Brígida, treinta y ocho años lozanos, con la que, perdido el viejo el diente que no la simiente, ocurre lo previsible que a él se le antoja Milagro y así le pone a la niña.

Don Alfonso de la Cámara Don Alfonso de la Cámara

Don Alfonso de la Cámara / D.A. (Almería)

Su hijo primogénito don Alfonso de la Cámara Giménez, nacido en Almería en I864, licenciado en Matemáticas, es director de la Academia Cívico Militar por la que pasa media Granada, con un buen profesorado y la colaboración de su esposa y prima doña Carmen Montilla Arrivillaga quien, por cierto, guió allí al célebre López Mezquita en sus primerísimos pasos en la pintura; además de catedrático de la Normal, comparte con su padre claustro en el instituto.

Así es como se los encuentra el pequeño Federico cuando, aprobado el ingreso de bachiller en Almería en 1908 entra ese mismo año a formar parte del alumnado del instituto de Granada: don Salvador catedrático de Aritmética que lo suspende en 30 de junio de 1909 y don Alfonso profesor de Caligrafía ente el que lo imagino en septiembre de 1910, agobiado, soplándose el rizo del flequillo, peleando nervioso con trazados y perfiles, haciendo un mal examen al que torna pasable las presiones y el profesor, que no es de meter letra con sangre, accede a consignar el aprobado en el acta. Lo de Jesús a Trina era pues una verdad a medias: lo cateó el abuelo pero su padre aprobó al joven Lorca la primera vez que en dos cursos se le presentó a exámen decido al fin a dar la cara a su limitación caligráfica, cierta y confirmada hasta por la madre que lo parió.

Grafismos de García Lorca Grafismos de García Lorca

Grafismos de García Lorca / D.A.

Ni Aritmética ni Caligrafía eran lo suyo. Usó de la primera algunos números, eso sí, poéticos: los "tres golpes de sangre" con los que El Camborio se hizo moneda, "las cinco llagas de Cristo cortadas en Almería", "el cinco" en el reloj fatídico de Sánchez Mejías … de la Caligrafía, nada de nada; como aquellos que convierten sus limitaciones en virtudes, los defectos de sus cuerpos en adornos, así hace Lorca con la buena letra: sabedor de que no puede dominarla se la lleva a su terreno, al del arte, y la transforma en una hibridada con el dibujo: la letra de cuello estirado, la que quisiera ser tan alta como la luna, o rizo de parra o tallo de campanilla, un alfabeto, apenas iniciado, con el que caligrafía su firma. No había nacido él para la buena letra. Y a Dios gracias. Asusta imaginarlo calígrafo intachable escribiendo en exquisita letra los sentimientos de otro o un Romancero Gitano perfecto de caligrafía pero falto de corazón.

En 1915 don Alfonso muere en Granada adelantándose a su padre, don Salvador quien se fue de esta vida a la tumba de la Novia, la de sus primos los Mirasol y la más bonita de Granada, en 1917; por meses no llegó a ver el instituto en la sede nueva de la Gran Vía por la que luchó tanto; pero tuvo la satisfacción de ver a su niña tapada Milagro Almenara, a la que había educado con esmero -tan lista ella: 27 matrículas de honor de 30 asignaturas- ya encaminada a ser la primera farmacéutica de Granada… y se ahorró el trance de verla "Boticaria Roja", y "feminista", primera farmacéutica fusilada de la guerra civil, caída el 2 de noviembre de 1936 entre Víznar y Alfacar, en el mismo camino en que un mes antes se encontró con la muerte Lorca, el poeta de la letra buena al que ni con sangre le hubiera entrado nunca la buena letra.

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