La anterior procesión Magna de cofradías penitenciales tuvo unos matices bien diferenciadores de la que se va a celebrar este año de gracia 2022 con motivo del 75 aniversario fundacional de la Agrupación de Hermandades y Cofradías. Hubo un primer intento en 1997 con motivo del L aniversario fundacional de la Agrupación, pero por circunstancias motivadas de carácter eclesial no llegó a implementarse la decisión corporativa.

La organización de la procesión Magna celebrada el día 25 de marzo de 2005, Viernes Santo, día de la Encarnación, fue ante todo un cortejo procesional que se ajustaba en su organización a un Magno Santo Entierro, resultando con ello el momento culmen del paso de Jesús por el mundo al entregar su propia vida por la redención del género humano, la cual se cumplió pastoralmente con la resurrección del Hijo de Dios el Domingo de Resurrección con la imagen de Jesús Resucitado del escultor Coullat Valera tras la celebración de la Misa Pontifical en la Catedral de la Encarnación y su regreso a la Iglesia de Santiago Apóstol. En estos momentos fuera del concierto cofrade.

Se escogió este momento procesional del 2005, un año después de ser reconocida esta fiesta religiosa como de interés turístico cultural y coincidir con un acontecimiento de gran interés deportivo, los Juegos de Verano del Mediterráneo, y basándose a nivel pastoral en la proclamación de los 150 años del Dogma de la Inmaculada Concepción, desfilando el cortejo procesional unificado desde la Plaza Emilio Pérez – Plaza Circular- y Paseo de Almería, 11 pasos sin acompañamiento musical durante su tránsito por la Carrera Oficial, absoluto silencio, ante el hecho histórico real y vivo de la muerte del divino Redentor.

Once pasos en las calles

Once pasos salieron a la calle desde sus lugares de origen, después de haberlo hecho días anteriores durante la Semana Santa: Borriquita, Santa Cena, Oración en el Huerto, Prendimiento, Cautivo, Sentencia, Coronación de Espinas, Nazareno, Nuestro Padre Jesús de Salud y Pasión, Cristo de la Buena Muerte, Virgen de las Angustias, cerrando el cortejo procesional con gran austeridad y sobriedad el Santo Entierro, procesión oficial.

El hecho de no haber llevado acompañamiento musical desde el primer momento era el elevado precio a abonar los emolumentos en un día tan señalado para el concierto cofrade en toda España, en la que era dificultoso encontrar libres bandas de música o agrupaciones musicales para un Viernes Santo, cuestión que se resolvió por parte de algunas hermandades contratando con bandas de música que acompañaron exclusivamente en el regreso de los pasos a sus diferentes sedes canónicas cuando abandonaron la carrera Oficial por la Calle Ricardos o Navarro Rodrigo. Asimismo, el esfuerzo a nivel de costaleros fue muy loable y plausible, ya que tuvieron que volver a salir con sus pasos tras haberlo hecho horas antes con los horarios e itinerarios convencionales.

Procesión del Santo Entierro en Almería.

Otro hecho curioso de este Santo Entierro Magno, es que tras este cortejo procesional, procesionó penitencialmente la Cofradía de la Soledad, lo que dio lugar a que las miles de personas que se acercaron esa tarde noche, finalizarán en la madrugada del Viernes Santo ante las puertas de la Iglesia parroquial de Santiago Apóstol, acompañando el regreso entre absoluto silencio de esta Sacramental cofradía, solo roto por el llanto de las saetas, ante la devocional imagen mariana de la Virgen de los Dolores, La Soledad.

En la plaza Circular, antes del comienzo de la magna procesión, intervino el Obispo, Monseñor Adolfo González Montes, con la presencia del cabildo de canónigos y clero parroquial que acompañó a los pasos, y la presidencia de la Agrupación de Hermandades y Cofradías, presidida por Manuel Martínez Ramírez, asistido de los expresidentes de esta corporación agrupacionista.

Fue momento de gran impronta pastoral, al recordar el Prelado mitrado González Montes, revestido con el capisayo de la Orden del Santo Sepulcro, la importancia del catolicismo popular en las vivencias de las miles de personas que se aglutinaron para escuchar el sermón de gran calado teológico, que justificaba espiritualmente este hecho histórico procesionista en la ciudad de Almería, finalizando con la impartición de la bendición episcopal a todos los presentes, muchos de los participantes poniéndose con unción de rodillas.

Año 1954, Año Mariano

Finalmente, no quisiera dejar de recordar, por un lado, que en 1954, en Almería se celebró otro Magna procesión de carácter mariano como broche al Año Mariano que se había celebrado, procesionando la Virgen del Carmen de las Huertas de Almería, Virgen del Saliente de Albox, Virgen de la Cabeza de Monteagud, Virgen de la Cabeza de Cuevas del Almanzora, Virgen del Rosario de Enix, Virgen de Monte Sión de Lucainena, Corazón de María de Rodalquilar, la Purísima de Níjar, Virgen de la Consolación de Tices, Virgen del Carmen de Purchena, Virgen de los Remedios de Serón, Virgen de los Dolores de Somontín, Virgen de las Angustias de Sorbas, Virgen del Socorro de Tíjola, la Purísima de Vélez Rubio, Virgen de las Angustias de Vera, Virgen de las Angustias de Viator y la Virgen del Mar de Almería.

Asimismo, no podemos obviar, que cuando la Real, Ilustre y Franciscana Cofradía del Silencio llegó a procesionar durante bastantes años con cinco o seis pasos procesionales, era todo un magno acontecimiento en la religiosidad popular almeriense de cada Jueves Santo: Jesús en la Oración en el Huerto, Jesús atado a la Columna, Jesús con la Cruz acuestas, Cristo de la Agonía, el Descendimiento del Santísimo Cristo de la Redención y María Santísima del Consuelo bajo palio.

En la plaza Circular nos queda un monolito en recuerdo de este hecho histórico de la procesión magna del año 2005, que fue inaugurado por el Alcalde Luis Rogelio Rodríguez Comendador y el Presidente de la Agrupación de Cofradías José Antonio Sánchez Santander. Finalmente, este tipo de cortejos no sería posible sin la ayuda material, como ha sido en este caso actual, del Ayuntamiento de Almería y la Diputación Provincial, debido al elevado coste que supone su organización en infraestructuras y equipamientos.