Maletas de idiomas para este verano
Incrementa el número de alumnos de las academias almerienses por la necesidad del dominio de una lengua extranjera Al tradicional inglés se suman alemán, francés y chino
A la sombrilla y toalla se suman estas vacaciones los libros en lengua extranjera. El dominio de un segundo o incluso un tercer idioma se ha convertido en una gran necesidad, sobre todo para los jóvenes, que ven cómo su futuro está más cerca cuanto más lejos.
"Aquí en Almería no se ha tenido la visión de idiomas como en otras ciudades", reconoce Jesús Lozano, director de la escuela de idiomas Easy Way. Esta academia inició su andadura el año pasado, pero ha notado el incremento de alumnos en poco más de doce meses. Ofrecen cursos de verano intensivos, algo que antes muchos estudiantes veían impensable por la concepción de estos meses como descanso, pero que ahora se ha convertido en la herramienta más útil para salir al exterior, como explica Jesús Lozano "los intensivos tienen éxito, bien para alcanzar el nivel deseado o para completar el aprendizaje de invierno".
El perfil del alumno de Easy Way es el del estudiante universitario joven con perspectivas, desde hace un tiempo y cada vez más, de irse fuera del país. También se puede encontrar un nuevo grupo en auge, el de adultos que han perdido el empleo y se apunta ahora para retomar y mejorar otras lenguas diferentes a la materna. En cuanto a la demanda de idiomas, el inglés sigue siendo el más solicitado, pero el francés, el alemán y el chino recortan distancias. En Easy Way han notado cómo los almerienses exigen estas lenguas: "A alemán se apunta gente muy preparada, como ingenieros y arquitectos, que buscan irse", explica Noelia Clavero, que también trabaja en la academia. Quien estudia inglés suele acudir bien por motivos de trabajo en el interior del país o en el exterior, "pero el 100% que viene a estudiar otros idiomas, como alemán, es porque se va fuera", añade Jesús Lozano.
"El alumno acude buscando experiencia y mejorar su idioma, aunque alguno ha reconocido que tiene intención de mudarse al extranjero", afirma Janet Short, profesora británica que desde hace un año imparte clase en Easy Way.
Es la una del mediodía y los jóvenes han terminado su jornada intensiva. Moisés López, informático de 33 años está cursando el nivel B1 de inglés para "mejorar mi puesto de trabajo, es algo precario y no descartaría irme fuera". Sonia Jiménez, de 22 años, lo tiene algo más claro, "según está la situación aquí y como la he visto allí este año, veo más claro que el trabajo está fuera", se sincera la joven, que acaba de llegar de Erasmus y ha terminado sus estudios de Económicas.
Y de una escuela novata a otraque lleva décadas impartiendo inglés. Desde 1973 ST. Patrick's College tiene sus puertas abiertas a todo aquel que se sienta atraído por el idioma de Shakespeare. Generaciones de familias han pasado por suss aulas, incluso "la mayoría de profesores son antiguos alumnos", asegura orgulloso Emilio Segura, director de esta academia de la capital. Orgullo que contrasta con la nostalgia al referirse a esos alumnos que hacen la maleta y se marchan fuera, "es grande la pena de ver, que una vez formados, nuestros estudiantes se van", admite este veterano director y profesor. Inmaculada Rueda le acompaña desde hace muchos años en ST. Patrick´s, y también reconoce que las cosas han cambiado mucho, "ahora tenemos muchos profesores, más que universitarios", explica la docente. Emilio Segura busca la cara positiva de la situación en el hecho de que los jóvenes, menores de 18, se toman cada vez más en serio el idioma y son conscientes de algo que él mismo predica mucho, "los idiomas hay que conservarlos practicando".
Por su parte, Angus McGinty, director de la academia que lleva su nombre, analiza el perfil de sus alumnos. "Tenemos profesores que quieren el diplona, universitarios a los que exigen títulos y adolescentes de cara a la selectividad", reconoce el británico. Definitivamente, este verano toca ponerse con los idomas.
También te puede interesar