Manchas viscosas y marrones frenan el baño en todo el litoral

A cualquier observador no le pasan desapercibidos tres peculiaridades que se advierten a simple vista en el litoral del Levante almeriense en estos últimos días. Una de ellas, es la franja de color marrón rojizo que desde Terreros hasta Carboneras rompe el azul del mar a escasos metros de la orilla. Otra singularidad es que apenas se ven gaviotas. Y la tercera, es que las playas están llenas de personas que toman el sol pero que no se bañan. María Luisa, granadina que con cuatro amigas pasa el fin de semana en la playa de Vera, relata que "no nos volvemos a meter en el agua porque nos da asco. Hemos salido hace poco y teníamos la piel de color marrón, parecía como si tuviéramos grasa o aceite encima. Nos ha costado mucho quitarnos el marrón". No quieren meterse de nuevo ni para la foto. Igual que Jesús y su grupo de amigos gaditanos "estamos que da asco. Si te metes en el agua del mar se te pega algo de color marrón que nos hemos tenido que duchar dos veces para que se quite. Incluso en los bañadores quedan manchas". Los testimonios son inacabables y coincidentes.

¿Qué es lo que se ha instalado en la orilla del mar? La Delegación Territorial de Medio Ambiente de Almería explica que desde que tuvo conocimiento de la gran mancha en el litoral a través de los Ayuntamientos de Vera y Cuevas del Almanzora, "se recogen muestras de la mancha observada entre Villaricos y la desembocadura del río Almanzora, así como otra muestra de la laguna de la desembocadura del río, con el fin de determinar si hay presencia de contaminantes que pudieran influir en la formación de estas manchas. En estas muestras no se detecta que haya relación alguna con vertidos, por lo que todo hace pensar que la presencia de estas manchas se deba a un fenómeno natural, climatológico y ambiental. En cualquier caso, se remiten dichas muestras para su análisis al laboratorio de Palmones, Cádiz, de la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente. En la muestra de agua de mar se detecta un nivel elevado de dinoflagelados, de lo que se informa a la Delegación Territorial de Salud y Bienestar Social". Por su parte la Delegación Territorial de Salud, con competencias en la vigilancia de la calidad de las aguas de baño, señala "que se ha analizado muestras de la mancha y aparecen niveles altos de un tipo de microalga tipo dinoflagelados". Añade el servicio de Salud Pública que "para que estas microalgas puedan tener alguna incidencia en la salud, además de una presencia significativa de las mismas, es necesario que se den unas determinadas condiciones en el mar, como por ejemplo un fuerte oleaje, que provoque la formación de aerosoles o pequeñas gotas, que puedan ser absorbidas por las vías respiratorias".

Según Salud Pública, no se han detectado ningún caso de reacciones que estén relacionadas con estas microalgas, y que los análisis realizados hasta la fecha no han revelado que exista ningún problema que desaconseje el baño en la zona. Sin embargo, el ciudadano de a pie y más si es vecino o residente en la zona del Levante almeriense, es del parecer que "no meto a mi hijo en el agua por nada del mundo". Lo dice un turrero que prefiere el anonimato. "Mire usted, lo de las algas está muy bien pero aquí sabemos lo que pasa". Si me lo cuenta, se lo agradeceré. "Pasa que en verano se junta mucha gente y las depuradoras no dan abasto, eso donde las hay porque en Antas, por ejemplo, la caca va directamente al mar. Y la de Vera está cómo está, y los emisarios o están rotos o descargan a 50 metros de la orilla como mucho. Y esto se veía venir". Un estudiante de primero de biología sabe, no digamos si el biólogo que lo explica es catedrático de Universidad en vacaciones, que las algas no surgen por generación espontánea, que se reproducen y se agrupan, por decirlo en términos sencillos, donde hay nutrientes orgánicos, o sea. Los ciudadanos de a pie piden cosas sencillas: depuradoras y emisarios en condiciones, y sin demora.