Manuel 'el Dios', de profesión trovero

Desde pequeño, este vecino de Los Gallardos ha dedicado sus esfuerzos a la agricultura · Su sueño, declara, es poder comprarse algún día una televisión barata, con la pequeña pensión que tiene

Mauel recorre a lomos de su mulo las carreteras de Los Gallardos.
Mauel recorre a lomos de su mulo las carreteras de Los Gallardos.
Ricardo Alba / Los Gallardos

18 de agosto 2009 - 01:00

Es la hora de los jazmines en Los Gallardos. En la mañana del mismo día, para más señas el de la Patrona la Virgen del Carmen, la 'caló' alcanza el nivel amarillo tirando hasta cerca del rojo congestión. Manuel López Jódar, Manuel 'el dios' -apodo heredado de sus abuelos, aún más allá, de sus bisabuelos-, mira cómo en algunas mesas del hogar del Anciano se juegan la honrilla al 'subastao'.

"¿Usted es el que me retrató, no? Yo pensé que se había parado porque me había oído 'cantuseando'. Bueno, ¿qué es lo que busca usted?". Nada, Manuel, un ratito de charla. "Pero yo lo que quiero saber antes de empezar es si voy a prosperar o no, porque si vamos a estar perdiendo el tiempo, pues eso". A ver, Manuel, ¿cuánto quiere prosperar? "Cuánto más mejor". ¿Le apetece un refresco de naranja y luego hacemos el trato?

Manuel 'el dios', que ha dedicado casi todos los años de su larga vida a la agricultura, a trabajar en el campo, ahora anda ya con la jubilación a cuestas. Entretiene el tiempo con sus animales, con las faenas que genera la casa: pone la lavadora, cocina, y así, porque 'el dios' no está casado, ni tiene mujer, "no me decidí, tuve con quien pude hacerlo y ahora ya es tarde; bueno, vamos a dejar esto". Vale, Manuel, hablemos de troveros. "¿De estorberos?" De troveros, que usted hace trovos. "¡Ah, de troveros!, es que estoy medio teniente de este oído. Hombre, si me centro sí hago trovos, pero no tengo que ponerme nervioso ni nada de eso. Pero, ¿voy a prosperar o no?".

Manuel López Jódar salió de Los Gallardos para hacer la mili pero al final no la hizo: "la verdad es que estuve pero no le voy a equivocar. No la hice porque mi padre, que en Gloria esté, vino personalmente conmigo, que le pilló el movimiento, tres años sin saber de él, si estaba vivo o muerto, y en San Fernando un teniente coronel le dijo cuando pase los noventa días que jure bandera te lo mando para allá. El librarme fue por eso, así de claro". Esto fue allá mediados los años sesenta, por lo que según las cuentas Manuel 'el dios' tiene una edad que no es la que verdaderamente aparenta.

Él dice que sí, que parece mayor porque no tiene dientes "de lo vulgar que he sido, que aguantaba las cuerdas de las bestias con la boca. Con borricos y mulos transportando carbón que no había butano para llevarlo a los pueblos que hicieran de comer en las hornillas. Bueno, ¿quiere usted que le diga un trovo? Dice, canta compañero, canta, cantaremos a porfía, tú le cantas a tu novia, yo le canto a la mía. Canta compañero, canta, no le temas al que viene; si tu cuchillo no corta, el mío dos filos tiene".

De muy chico, cuenta Manuel López Jódar, tuvo que buscarse la vida: "de siete u ocho años tuve que trabajar mucho, toda España estaba en la ruina. Esparto he cogido poco, yo cargaba género de patatas para llevar a los pueblos de comer, porque había mucha hambre. ¿Quiere otro trovo? Dice, debe morir cuando niño el que ha de nacer pa pobre, por no tenerse que ver siendo juguete del rico y condenao a padecer".

A Manuel 'el dios' la música le pone la cabeza loca, prefiere irse a la cama a descansar. En el pueblo, en Los Gallardos, le tienen por buena gente, aunque él, a veces, tiene sus prontos "me astereo si me hacen la contra o me chinchan de cachondeo, pero no es de mal corazón". Al decir de Manuel 'el dios', lleva una vida fatal "tengo que hacérmelo todo, sin tener con quien hablar, las noches tan largas que hasta no tengo televisión porque, espere que le cuente, va para hacer dos años en mi calle había una palmera exagerá que un día de ventolera serraron los cables de electricidad y de teléfono. A mi se me fundió la televisión, vinieron para reclamar y ver si me daban algo y nada. Algún día podré comprar alguna televisión barata. Tal y como está la vida, lo que cobro de la ayuda no es una gran cosa pero me controlo yo y me arreglo. Pero si yo tuviera que ir a una patrona, tendría hambre, pasaría hambre, porque no llega a unos quinientos euros escasos. Y llevo pagando a la seguridad social más de treinta años".

Los de las cartas siguen a lo suyo, a Manuel López Jódar los naipes como que no le van mucho, él prefiere leer y seguir haciendo trovos: "dice, una carta le escribí a mi novia la Pontella, que si se acuerda de mí como yo me acuerdo de ella".

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