Las Mariposas: icono de Puerta Purchena

Aprimer golpe de vista la Puerta de Purchena ofrecía el aspecto festivo de las grandes ocasiones. Centenares de almerienses esperaban contemplar -igual de expectantes que los sevillanos encender la portada de su Feria de Abril- la nueva imagen externa del inmueble plurifamiliar que Bernardo y Ana Campos encargasen al arquitecto Trinidad Cuartara, sobre el solar de la vetusta Posada de los Álamos. En la noche del viernes 17 de diciembre de 2010, antesala de la Navidad, en el rompeolas de la provincia se citaron directivos y empleados de Cajamar; Mª Dolores Durán, descendiente de los hermanos Campos Sánchez; autores y hacedores del libro que ahora comentaré; arquitectos, personal facultativo, restauradoras y plantilla de las empresas Jarquil, Grupo Tejera y Rehabitec, responsables de todo el proceso constructivo; representantes autonómicos, provinciales y locales. Las "fuerzas vivas" casi al completo, con la notoria ausencia del alcalde de la capital -sufrió el retraso de un vuelo de Madrid- y "autoridades eclesiásticas y militares", salvo que estas vistiesen de paisano.

HÁGASE LA LUZ

En una maniobra perfectamente ensayada, docena y media de trabajadores retiraron la lona de 450 kilogramos y 820 metros que cubría por entero el conjunto monumental declarado Bien de Interés Cultural y, tras accionar el correspondiente botón, ¡hágase la luz! y la luz, blanca y cálida, se hizo merced a 93 puntos led de diodos luminosos. El sorprendido público prorrumpió en una prolongada ovación. La alegría se reflejó en el rostro de los presentes ante la recuperación de uno de los grandes iconos del que siglos atrás fue amplio anchurón trapezoidal extramuros. D. Nicolás Salmerón, anclado en su estatua de bronce parecía guiñar un ojo sonriente, él, tan serio, al humilde "cañillo" que sació la sed de sucesivas generaciones. Desde su resplandor ornamental, más modesto, aplaudían los edificios de El Río de la Plata y Farmacia Durbán, coetáneo y dos décadas posterior. No es casual que en el centro neurálgico capitalino estén representado nuestros tres más significados arquitectos de los siglos XIX y XX: Cuartara Cassinello, López Rull y Langle Rubio.

"La obra ya está hecha, ahora falta pagarla", fue una de las frases que desde la emoción contenida pronunciase en tono jovial Juan del Águila Molina -cofundador en 1963, junto a Jesús Durbán Remón, de la entidad matriz Caja Rural Provincial de Almería, Presidente de Honor de Cajamar y Fundación Cajamar, Medalla de Andalucía 2000… y cañaero ilustre, hijo de La Vega-. Luego, en tono solemne, afirmó con justificado orgullo que esta Casa era propiedad de la entidad de ahorro, sí, pero también de "la ciudad de Almería". En parecidos términos se expresó Antonio Pérez Lao, a la sazón presidente de Cajamar y hoy felizmente jubilado, o al menos retirado de la primera línea de responsabilidad. El igualmente Medalla de Andalucía (2012) añadía en un titular para este Diario: "Es un elemento tan almeriense como el cañillo". Ahora, cuando se cumple el primer aniversario de la feliz recuperación, restauración e inauguración, echamos en falta a uno de sus artífices: al arquitecto macaelense Luis Pastor Rodríguez, tristemente fallecido en julio del presente año.

FICHA TÉCNICA

Mientras tanto, desde meses atrás se elaboraba en silencio un libro antológico y necesario. El complemento ideal en la biblioteca de cada uno de nosotros. Un libro benéfico con el que colaborar en una noble causa. Manuel Gutiérrez Navas -director de Comunicación de Cajamar y partícipe en su redacción- sorprendió a los asistentes a la presentación de "La Casa de Las Mariposas. Memoria de un edificio singular almeriense", en el Aula de Cultura establecida en el sótano de nueva construcción del inmueble:

Cajamar tiene el gusto de regalarles a ustedes un ejemplar. A cambio solo le pedimos un donativo de 30 euros; cantidad que será entregada a la Asociación de Niños Oncológicos "Argar".

La oferta sigue en pie. Librería Picasso, distribuidor altruista desde el primer momento, dispone de ejemplares para quienes no lo posean, amén de constituir un regalo personificado perfecto en aras a dar a conocer más y mejor la ciudad. Estamos, sinceramente, ante una obra de calidad contrastada, difícil de hallar entre las hasta ahora dedicadas a temas almerienses.

Extraordinariamente maquetado por Nacho López Gay, consta de 395 páginas, incluidos distintos apéndices y casi mil fotografías de Miguel A. Sánchez Mesa, Pako Manzano, fondos de Luis Ruíz Marín y aportaciones particulares; mas una impagable memoria gráfica de Narciso Espinar Campra de 50 postales -blanco y negro y color- que, iniciada en 1901, recorre la geografía física de Puerta de Purchena así como de la construcción del inmueble. El material visual se completa con seis vistas aéreas de distintas épocas.

Tras la presentación de D. Juan del Águila, el primer capítulo -La casa de Las Mariposas como referencia visual simbólica- corresponde al coordinador de la obra Alfonso Ruíz García, quien asimismo firma: El proyecto de la Casa de Las Mariposas (Tradición, metrópoli y arquitectura burguesa); El arquitecto Trinidad Cuartara Cassinello (1847-1912) (Proyección de su obra en la Almería de la transición del siglo XIX al XX) y La vivienda almeriense en las transformaciones del siglo XIX (Evolución histórica y compositiva hasta los bloques plurifamiliares burgueses). Nadie mejor que María Dolores Durán Díaz, descendiente de los primeros propietarios, para abordar Los Campos, constructores de un sueño (Historia de la saga familiar que construyó la Casa de Las Mariposas). Le sigue Manuel León González con Una joya codiciada (La Casa de Las Mariposas, objeto de deseo por parte de grupos empresariales. De los vaivenes inmobiliarios al proyecto cultural); el también periodista Gutiérrez Navas recorre el devenir de esta: La propiedad actual: Cajamar (Historia y evolución de Cajamar Caja Rural a través de los inmuebles que han albergado sus sedes sociales e instituciones en Almería). El equipo (arquitectos, rehabilitadora, historiador) Luis Fernández Martínez, Luis Pastor Rodríguez (fallecido), Segundo Cañadas Espinar, Carmen Mellado Sáez y Alfonso Ruíz nos ilustra sobre la Rehabilitación y reparación de un edificio singular (Nuevo Centro Institucional y Cultural de Cajamar). Al arqueólogo Lorenzo Cara Barrionuevo corresponde Puerta de Purchena: Historia y memoria (Arqueología e historia de un espacio singular: entre el romanticismo y la investigación) y a los economistas Andrés Sánchez Picón y Bienvenido Mazo López, La Belle Époque (El breve repunte de una economía vulnerable). Por último, al firmante de esta crónica dominguera le cupo la satisfacción de compartir trabajo con un prestigioso grupo multidisciplinar: Puerta de Purchena: Centro vital de una ciudad (Visitantes, imágenes, recuerdos y negocios en el entorno de la Casa de Las Mariposas). A cada uno de sus epígrafes dedicaremos amplio espacio en sucesivas entregas.