Mata a su mujer a puñaladas en una chabola de la corona norte

El presunto asesino se dio a la fuga y la Policía Nacional sigue el rastro hasta Barcelona La Junta se hace cargo de los dos hijos La familia es de nacionalidad rumana

Sin ningún precinto ni rastro del crimen, la chabola en la que se produjo el asesinato de madrugada amanecía en aparente calma sin nadie en su interior.
Iván Gómez Almería

01 de junio 2014 - 01:00

En el asentamiento chabolista de la corona norte de Almería, a unos metros de la A-7, dónde acaba y empieza la ciudad, malvivía con su familia María Muresanu, una mujer rumana de 32 años, hasta que en la madrugada de ayer su marido decidió acabar con su vida a puñaladas por causas que aún se desconocen. Horas antes de que amaneciera, en torno a las cinco y cuarto de la mañana, el hermano del presunto agresor llamaba a los Servicios de Emergencias del 112 Andalucía informando de que su hermano había acabado a base de puñaladas con la vida de su mujer en las afueras de la calle Ceuta del barrio de El Quemadero. En sólo unos minutos se personaron en el poblado de la corona norte tanto los efectivos de la Policía Nacional como los servicios sanitarios que no pudieron hacer nada más que certificar el fallecimiento de esta madre de dos hijos, de 8 y 11 años de edad, que fueron trasladados al hospital de Torrecárdenas antes de ser acogidos provisionalmente por la Junta de Andalucía, según ha confirmado la coordinadora del Instituto Andaluz de la Mujer, Francisca Serrano. En ese mismo momento se puso en marcha un dispositivo policial que abarcó las inmediaciones del asentamiento marginal y los accesos y salidas de la ciudad. La Policía Nacional en su despliegue también abarcó el Puerto, Aeropuerto y la Estación Intermodal en un firme intento de frenar una posible huida del joven criminal hacia su país de origen. De hecho, a medida que avanzó la jornada amplió el perímetro hacia el arco mediterráneo barajando la hipótesis de que el asesino de su mujer quería coger un vuelo hacia Rumanía desde las ciudades de Barcelona o Valencia. Al cierre de esta edición seguía la búsqueda en nuestro país, e incluso se hizo un llamamiento a la colaboración ciudadana en redes sociales, pero también fue emitida una orden de detención internacional por si el presunto agresor lograba salir de España. Además del 091, el Grupo de Homicidios de la Policía activó un número de teléfono móvil, el 618741904, para que cualquier testigo pudiera contactar con los agentes de la investigación. A las diez de la mañana ya no quedaba nadie. Ni rastro del crimen, ni tan siquiera un precinto. Estuvieron toda la madrugada buscando las pruebas y hablaron con familiares y vecinos para identificar, incluso consiguiendo una fotografía, al presunto asesino.

Entre mobiliario abandonado, solares inundados de basuras y casetas de madera y metal que se cubren con plásticos para evitar las inclemencias del tiempo, los residentes en el asentamiento de chabolas trataban de evitar los focos de las cámaras que ayer se acercaron a primera hora hasta el lugar de los hechos. "Por favor, no preguntar, no sabe nada", era lo único que repetía una mujer que caminaba con su hija desde una de las barracas cercanas a la del asesinato. Todos señalaban a la caseta vacía, sin rastro de vida, pero ninguno quería decir nada. El poblado de la corona norte ha proliferado en la ilegalidad, con enganches de luz clandestinos, y querían esquivar a toda costa su presencia en los medios. Pero no iba a ser fácil. María Muresnau es la primera víctima de violencia de género de la provincia, en un año que había arrancado bien en la lucha contra el machismo y que ayer sufría un duro revés con el asesinato en las afueras de la ciudad. La directora general de Violencia de Género y Asistencia a Víctimas de la Junta de Andalucía, Encarnación Aguilar, tras condenar "enérgicamente" este último episodio, recordó que el nuevo caso de violencia machista es el quinto en lo que va de año en Andalucía. "En lo que va de año ya son un total de 26 mujeres asesinadas, si bien hay un número importante de mujeres que conviven con personas violentas que son sus agresores", advirtió Encarnación Aguilar, incidiendo además en que "la crisis está siendo un factor desencadenante de muchas conductas violentas".

La coordinadora provincial del Instituto Andaluz de la Mujer, Francisca Serrano, explicó que la víctima no había presentado denuncia alguna con anterioridad ni había hecho uso de los servicios establecidos por la administración regional para las mujeres víctimas de violencia de género. En este sentido, volvió a animar a las víctimas y a su entorno familiar a denunciar porque "no están solas, hay salida, y pueden pedir ayuda con solo una llamada con la que se activa toda una red de servicios de apoyo y protección, atención jurídica y psicológica y centros de acogida que les ayudarán a recuperar la vida que se merecen, libre de violencia". En un alarde de ventajismo político, la secretaria general de Igualdad del PSOE, Purificación Causapié, denunció los recortes del Gobierno en la lucha contra la violencia machista.

Los vecinos de El Quemadero, de las viviendas de los alrededores del poblado, hartos de denunciar la marginalidad y conflictividad del asentamiento, aseguran que con anterioridad no habían detectado problemas en la convivencia de las familias de la zona. La Unidad de Valoración Integral de Violencia de Género de la Junta de Andalucía realizó el pasado año en consultas programadas y a requerimiento de órganos judiciales, 129 reconocimientos a víctimas de malos tratos en Almería, (122 mujeres, 7 menores y 12 agresores). En el mismo periodo los médicos forenses de guardia atendieron 565 casos, 512 correspondientes a mujeres víctimas y 53 a presuntos maltratadores. Un total de 641 víctimas que ponen de manifiesto que todavía queda mucho camino por recorrer.

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