Médicos del Mundo alerta de "graves riesgos" en las zonas de invernaderos del Poniente

La organización acerca la salud a más de 300 prostitutas con una caravana de control e información

M. J. Uroz / Almería

05 de febrero 2011 - 01:00

Mujer, inmigrante, de Europa del Este o de África, que ejerce la prostitución en zonas de invernaderos o cortijadas, es la radiografía de la situación que Médicos del Mundo ha hecho de la comarca del Poniente almeriense, donde los colectivos más vulnerables viven a diario en situaciones de riesgo difíciles de visualizar. Son, en muchas de las ocasiones, redes ilegales que obligan a las mujeres a ejercer la actividad del sexo a cambio una mísera cuantía económica y que además ejercen bajo amenazas y presiones", según avanzaron desde la sede provincial de Médicos del Mundo.

La ONG desarrolla desde hace tres años una importante campaña de difusión de buenos hábitos y control de la salud a través de una caravana móvil que visita cada semana distintas partes de la provincia. En apenas un año, los voluntarios han atendido a más de 300 personas, la mayoría inmigrantes. Analíticas de sangre, programas de vacunación, reparto de material preservativo y lubricantes, así como charlas sobre prevención de enfermedades de transmisión sexual, son algunas de las actividades que médicos, enfermeros, psicólogos y voluntarios realizan a bordo de la unidad móvil y que incluso llegan hasta los clubes de alterne.

El presidente de Médicos del Mundo en Andalucía, Carlos Artunda, alerta del incremento de "violencia y agresiones contra las mujeres prostitutas", sobre todo en colectivos de inmigrantes que en la mayoría de las ocasiones están bajo el mando de mafias y son trasladadas de un lugar a otro sin que ni siquiera ellas mismas sepan dónde están. Sus agresores son tanto clientes como sus propias parejas. Robos, golpes e incluso intentos de estrangulamiento son algunos de los episodios que han de soportar.

El problema, según Artunda, "radica en que no denuncian por miedo a ser expulsadas del país porque no tienen documentación, pero también, en ocasiones, porque están secuestradas y amenazadas de muerte si hablan".

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