Medio millar de prostitutas asiste a un programa de atención sanitaria

La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía señala la crisis económica como una de las causas que lleva a la mujer a buscar soluciones de emergencia

Tres prostitutas en una calle esperan la llegada de clientes.
Tres prostitutas en una calle esperan la llegada de clientes.
Ricardo Alba / Mojácar

Levante, 03 de enero 2011 - 05:01

Cuando en el entonces de Umbral, Dios lo tenga en la Academia Celestial de la Lengua Española, se decía 'trabajas menos que las putas en Cuaresma'. Esto parece ser lo que ocurre con la prostitución heterosexual en el Levante almeriense, que no es ajena a la crisis económica, si bien, al no estar regularizada esta práctica en España todos los datos están sujetos a variables que escapan a cualquier control objetivo. Así pues, es inevitable basarse en testimonios que no quieren salir a la luz, más las estadísticas que usan ciertas instituciones, como el Instituto Andaluz de la Mujer o la Asociación Pro Derechos Humanos, entre otras. Si las cifras oficiales en el conjunto andaluz no coinciden en cuanto al número de mujeres que ejercen la prostitución, como tampoco lo hacen en lo referente al dinero que se mueve, es aún más complejo fijar censos ajustados a una comarca. No obstante, fuentes de Cuerpos de Seguridad del Estado se atreven oficiosamente a afirmar que en el Levante almeriense 'trabajan' más de trescientas prostitutas entre 'reconocidas' y 'ocasionales', es decir, aquellas mujeres que ejercen la prostitución de una manera voluntaria o forzada, y las que debido a la precaria situación económica se prostituyen esporádicamente sin que lo sepa nadie de su entorno familiar o social. De hecho, empresarios del sector se quejan del aumento de 'competencia desleal' ante la proliferación de lo que ellos llaman 'clandestinas'. Precisamente, una de las quejas de las 'profesionales' del sector es este ejercicio de prostitución 'oculta' que representa una merma económica en los ingresos de locales nocturnos, salones de masaje y prostitución callejera.

Sin embargo, una de las demandas más repetidas es la regularización de la prostitución, lo que se traduce en que sea considerado un trabajo con los derechos y obligaciones de cualquier otro. La modalidad de prostitución callejera es inapreciable en la comarca del Levante almeriense, apenas un breve tramo de la carretera entre Las Buganvillas y Vera es el lugar escogido ocasionalmente para esta práctica. Este tipo de prostitución es considerado como el que conlleva más riesgos para la prostituta, además del más expuesto al contagio de enfermedades de transmisión sexual para quienes la practican.

Ningún empresario de hostelería reconoce que en su establecimiento -seis reconocidos vox populi en la zona- se ejerza la prostitución, pese a la indudable rotulación luminosa que así lo publicita. Igualmente, en ningún momento es reconocida cualquier tipo de relación formal entre la prostituta y el local. En todo caso, "las chicas son huéspedes del hotel que pueden hacer en su habitación lo que les venga en gana". Al fin y al cabo, dicen, pagan religiosamente el hospedaje. Para 'las chicas', este tipo de convenio no firmado supone "que trabajamos más seguras", mientras que el bar del 'hotel' aumenta la clientela y el consumo de bebidas. Según expertos en el sector hostelero, en este género de establecimientos se suma la estrecha vigilancia de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, redadas policiales con el objeto de impedir la explotación sexual bajo coacciones, a la economía de los visitantes habituales. La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, APDHA, en Almería ha detectado un repunte del número de mujeres prostitutas en la provincia.

stats