Los Mellizos contra el olvido
José María Martínez recibió un encargo de su madre quien, antes de morir, le recordó que los restos de sus abuelos estaban enterrados en una aldea serrana · El almeriense busca rescatar esta ubicación
Un día alguien, o ese grillo que cohabita en las conciencias, le dio un toque para despertar la memoria y recordarle que sus abuelos descansaban para siempre, durmiendo el sueño eterno, en el municipio de Los Mellizos, situado a caballo entre Granada y Almería, recónditamente oculto y bañado por el frío de un riachuelo. Ese impulso, ola eléctrica por el cuerpo, fue lo que hizo a José María Martínez tomar la decisión de intentar salvar del olvido lo que empezaba a convertirse en una ruina. Ladrillos derruídos, que caían, uno sobre otro, dejando al descubierto retazos de la historia. Comenzaba así un trabajo que se convirtió, con el paso de los días, en un reto que le enganchó por completo.
Empezaron las visitas. El cementerio servía de corral para las ovejas. El mismo camposanto donde descansaban sus abuelos. Por eso, Martínez comenzó las pesquisas para salvar de la ruina esta pequeñísima población. El pastor, acostumbrado a la tranquilidad y el silencio, decidió trasladar su ganado hasta la ermita, también en ruinas. No se atreven a señalar a nadie, aunque ligeramente, el dedo acusador mueve ficha hacia las administraciones, "que lo han dejado abandonado".
En mitad de estas reflexiones, pensamientos que poco a poco van haciéndose realidad, el cementerio se salvaba "gracias al Ayuntamiento de Caniles por cuya intercesión hemos conseguido colocar una puerta", asegura el almeriense. Ahora comienza la tarea de identificar los restos allí depositados. Ya se han llevado algunas lápidas y han analizado las tumbas. "Lo hemos restaurado y, para empezar, ya está mejorada la entrada". Como aseguró Porthos en la trilogía de Dumas, es demasiado peso. Por eso piden la colaboración de las familias, de aquellos que pudieran tener en la zona propiedades que, con el paso del tiempo y la muerte de los dueños, han ido quedando en ese estado latente del que deberían salir, como recuerda Martínez.
Como muestra, la celebración cuarenta años más tarde, de la fiesta de San Antonio y aunque "no hemos contado con ningún cura que oficiara la misa y esas cosas, sí que organizamos una comida allí". El almeriense, vecino de Barrio Alto, cifró en cinco los años que "llevo peleando con la Junta de Andalucía y hasta que el Defensor del Pueblo no tomó cartas en el asunto, aquí no se ha resuelto nada". Y hasta aquí quiere contar, porque sus pesquisas comenzarón dos años antes. Hace siete ya estaba implicado en el rescate de la localidad. "La creación de una asociación en la localidad granadina de Baza fue posterior, pero perseguían lo mismo que nosotros, salvar Los Mellizos". Y a él, la fibra sensible le late al mismo ritmo que el corazón. Algo más acelerado cuando recuerda que fue su madre, antes de morir, quien le recordó que tenía una misión pendiente. Un quehacer basado en la memoria de aquellos que a ella le dieron la vida. "Yo lo hago por mis abuelos", matiza contundente, "y ahora lo que quiero es que se arregle la capilla a la que ya le han puesto una puerta, lo que mejora de manera ostensible el paso y la apariencia de la misma". A él no le sobra tiempo, pero cuando dispone de él es claro. "Siempre que puedo, carretera y manta, voy a echar una mano", dice.
Pocos lo conocen, pero Los Mellizos se encuentra en la cuenca alta del arroyo Bodurria, a poco más de 1.700 metros de altitud, cercano al límite con la provincia de Almería. Es una aldea de carácter serrano, donde corta el frío en invierno y el verano quema la hierba que florece al abrigo de las primeras lluvias. La cortijada cuenta con varias casas de piedra con tejado de pizarra y launa, llamadas también de tierra roja, que actualmente son las que se encuentran semiderruídas. Fue tal la fama de esta localidad que la misma aparece citada en el Catastro de Ensenada, que data de 1753. En esa época, allí intercambiaban mercancías.
Destacan las calles, empinadas, y la entrada a Los Mellizos, con la ermita de San Antonio, Patrón, a cuyos alrededores el pastor llevaba a las ovejas a pastar. La misma fue realizada en el año 1868, dedicada en sus tiempos a la devoción y los rezos al santo.
Para llegar a Los Mellizos, es posible accediendo por el margen derecho de la carretera de Caniles a Escúllar, a la altura del kilómetro 23, de donde parte un camino acondicionado, al lado del arroyo. Hay que tener en cuenta, para el que desee acceder, que el arroyo hay que continuarlo aguas abajo hata llegar en dos kilómetros a la aldea.
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