Almería

¿Merendabas un Yoplait o un Danone?

  • Almería fue escenario, en los años 70 y 80, de una guerra comercial entre las dos marcas internacionales para captar clientes infantiles

¿Merendabas un Yoplait o un Danone?

¿Merendabas un Yoplait o un Danone? / D.A. (Almería)

La sección de yogures es la más complicada de los supermercados. Hay una variedad tan abrumadora de productos que te mareas. Con los “light”, “zero”, “sin gluten”, “bios”, “griegos”, con mango, “desnatados”, “sin lactosa” o “bífidus”, cuando sacas del carro un yogur natural, normal y corriente, te da la sensación de que el cajero te va a mirar mal por tu simpleza en el gusto.

Antes no era así. Los chiquillos de los años setenta y ochenta disfrutaron de los yogures en los postres y meriendas, pero la gama de sabores era reducida y casi siempre de las marcas Yoplait o Danone. Ambas protagonizaron una auténtica “guerra” comercial para obtener una mayor cuota de mercado en Almería; una provincia que de 1975 a 1979 alcanzó una natalidad de 19´92 nacimientos por cada mil habitantes. Si nacían niños, se venderían yogures. Así que estalló la batalla entre dos marcas internacionales, con los niños de la provincia en medio del tiroteo comercial.

Los primeros anuncios que vieron los almerienses de Yoplait se publicaron en junio de 1973. Bajo el slogan “La flor del yogur”, la marca hacía especial incidencia en su logo con seis pétalos y la imagen de una niña con trenzas que, comiéndose uno, decía. “Sí, ha nacido una nueva flor: Yoplait, el yogur que nace cada día puro y fresco como una flor”.

Torre de pasteurizados Torre de pasteurizados

Torre de pasteurizados / D.A. (Almería)

Pryca desplomó el precio de los lácteos, cuando abrió en 1988, para atraer público; pero Simago y Ecoprix los marcaron aún más baratos

En Almería, el primitivo almacén de distribución estaba en la Carretera del Mamí, donde los camioncillos de reparto cargaban la mercancía y salían a toda prisa hacia los comercios y ultramarinos de los pueblos. Luego, la sociedad –con el nombre “Elisa”- se trasladó al polígono “La Cepa”. En esas oficinas autorizaron que un equipo de fútbol alevín adoptara el nombre de la marca; en definitiva, eran niños de diez y once años los que jugaban: sus clientes potenciales.

Los Yoplait que más se vendieron en ese verano de hace 48 años fueron los naturales. Era casi un credo que las familias que los adquirían fuesen guardando las finas tapaderas del producto en un bote vacío de Cola-Cao. Si juntabas diez y la enviabas por carta a un apartado de Madrid participabas en sorteos en metálico y de un safari en África. Algunas madres almerienses, como Carmen López Criado o Ana Expósito Contreras, tuvieron suerte y ganaron un premio. También se sortearon bicicletas y dos de ellas fueron para Rodrigo Fernández y Cándida Díaz Martínez, ambos de Cuevas del Almanzora.

Cartel publicitario de “La Llave” de 1977 donde se anuncia un Danone por 10 pesetas Cartel publicitario de “La Llave” de 1977 donde se anuncia un Danone por 10 pesetas

Cartel publicitario de “La Llave” de 1977 donde se anuncia un Danone por 10 pesetas / D.A. (Almería)

La marca Yoplait creó en Huércal de Almería un equipo ciclista en el que corrió David Bisbal

Cuando “La Llave” abrió su “anexo” de la calle Marcos, con sus bolsas de plástico a rayas amarillas y blancas, empezaron a vender yogures naturales de Danone. En 1977 se podía adquirir uno por diez pesetas, aunque en “Contur” costaba ocho. Luego subieron una peseta y cuando aparecieron los de nuevos sabores se marcaron a 12. En “Ecoprix” si pagabas dos te podías llevar tres y en “Galerías Más” de la Rambla usaban el 4x3 para atraer a las amas de casa, sus principales clientes. Porque los niños se los comían, pero las madres eran quienes compraban.

En algunas ocasiones, Danone hacía promociones con la entrega de regalos. El afán de los críos al volver de la escuela en destapar el yogur y mirar desesperados la parte interior de la tapadera, por si venía con premio, superaba el hambre y las ganas de jugar a la pelota en la calle. Te podían tocar los “frutiñecos”, los “frutiservilleteros” o la “caja mágica de Disney”, que era como una repisa de doce huecos donde se colocaban las figuras de “Pluto”, “Donald” o “Bambi” de un plástico coloreado que olía a rayos y que también se regalaban. Luego venía la disputa materna para que te dejara colgarla en tu habitación.

Danone se promocionaba regalando los “frutiñecos”, los frutiservilleteros” o la “caja mágica de Disney”

La marca Danone aterrizó en Almería en los sesenta con yogures naturales, de fresa, vainilla, chocolate y caramelo. En 1967 se añadieron los de con trozos de “fresa española” y “piña hawaiana”. A finales de los setenta, “Ecoprix” en la Cuesta de los Callejones o “Galimén” en Aguadulce ya disponían de las dos marcas. En los “Contur” de la calle Juan Lirola y del Centro Comercial Altamira un Yoplait natural con azúcar costaba 13 pesetas, precio que fue subiendo a principios de los ochenta a 13,30, 13,50, 14, 10 ó 15 pesetas, pero eran más baratos que los yogures “Chamburcy” de sabores que valían siempre tres pesetas más, quizás porque llevaban el sello de Nestlé. Años después, las tiendas “Kampeón” –más tarde “Maxcoop”- de la calle Hermanos Machado los ofrecían en paquetes de 4 unidades a 87 pesetas; mucho más que los Clesa, que valían 68, pero tenían menos aceptación porque estaban más malos y tenían peor fama. Además de su feo vaso invertido, más estrecho arriba y más ancho abajo, el Clesa, como era barato, se lo daban de postre en el colegio a los niños que eran “mediopensionistas”. Después, en el patio, con el envase y una cuerda fabricaban “walkitalkis”.

El “Pryca”

LOGO YOPLAIT LOGO YOPLAIT

LOGO YOPLAIT / D.A. (Almería)

Luego llegaron los Yoplait con nuevos sabores; de caramelo, fresa ácida, limón, chocolate, vainilla… Aseguran los fanáticos del yogur que esa cremosidad no se ha vuelto a igualar por ningún otro, incluidos los propios “Yop” líquidos. Cuando en 1988 abrió, “Pryca” desplomó los precios de los lácteos y si un Yoplait costaba 31 pesetas en cualquier tienda, allí lo marcaron a 19. “Simago” respondió y los vendió a 18 pts y “Ecoprix” a 15. El yogur ya no era objeto de beneficio sino de atracción comercial: si lo ofrecías barato, el público iba a comprarlo… y de paso adquiría otros productos donde ahí sí se obtenía ganancia. Además, las marcas sabían del buen concepto del yogur en las familias ya que las generaciones anteriores se acostumbraron a comprarlos en farmacias y tiendas especializadas como un producto de calidad. De hecho, en la Almería de los años cincuenta se anunciaba como “un alimento y un medicamento”.

En 1977, un yogur costaba entre 8 y 10 pesetas

Los Yoplait también venían con regalos: “Airgan boys”, los “Cliks de Famobil”, los cochecillos “Pile” que abrían las puertas, los aviones de metal que movían las hélices si les soplabas o la vajilla octogonal completa con cubitera, tazas, vasos, cubiertos y platos con el borde rojo. Ésta aún se conserva en algunos hogares y en las webs “vintages” se ofrece por 300 euros… La vinculación de la marca con el ciclismo fue una constante; incluso dio nombre a un equipo en Huércal de Almería en el que se inscribió el cantante David Bisbal, apodado “Camarón” en esa época de jovencillo porque tarareaba “Soy gitano” o “Como el agua” mientras pedaleaba.

En definitiva, Danone y Yoplait libraron en las tiendas de Almería una feroz batalla por el consumidor en la que pusieron de parapeto a los niños y, al mismo tiempo, a sus madres. Por eso, era habitual la pregunta en los recreos: “¿Tú meriendas un Yoplait o un Danone?”.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios