Milagros, la primera gata de la calle con ‘papeles’ de Almería
Almería
Estrena el sistema de CER para el control de las colonias ferales y es la primera en ser reconocida legalmente como gato de la ciudad de Almería
Esta romanilla se llama Milagros y es la primera gata callejera en lograr los ‘papeles’ que la acreditan como felino de Almería, con sus derechos y sus obligaciones también, que asumen sus cuidadoras a través del nuevo sistema para el control de las colonias que, tras muchos años de dificultades, ha echado a andar ya con este primer animal en ser capturado, esterilizado y devuelto a su calle (CER), después de su chequeo, desparasitación, vacunación, microchipado y registro; acciones con las que refuerza el método CER en ese objetivo de posibilitar la beneficiosa presencia de gatos en las urbes en armonía vecinal.
Milagros tiene unos dos años, calcula aproximadamente su cuidadora, puesto que nació en la calle sin fecha conocida exacta. Siempre ha estado en su zona, que no se menciona en esta información por prudencia. Podrá parecer extraño, pero no son pocos los casos de envenenamientos que siguen acechando a las colonias ferales ni los insultos o enfrentamientos con vecinos molestos con las personas que se encargan de alimentar y de procurar asistencia veterinaria, costeando estos gastos en la mayoría de las ocasiones de su propios bolsillos.
Milagros no es una gata asustadiza pero es feral, lo que significa que no se acerca a las personas. “Nos costó mucho capturarla, lo hicimos de noche y la trasladamos en el transportín a oscuras, porque les tranquiliza”, comenta la cuidadora que ha estrenado el método CER en Almería, eligiendo a esta de entre sus felinos porque “ha tenido demasiadas camadas grandes y solo le sobrevivía, además, una de las crías”. La última vez fue inteligente y buscó refugio en una fábrica, donde la dejaron estar y cuidar a los cacharros durante los meses necesarios para el destete. Los trabajadores adoptaron a los gatillos que, en esta ocasión, salieron todos para adelante.
Pero no siempre va a ser así este destino afortunado, por lo que Milagros fue castrada hace unos días, recibiendo el resto de los tratamientos de manos de los profesionales clínicos que se han registrado como veterinarios voluntarios para llevar a cabo el CER almeriense. “Parece que lo sabe, se le ve más contenta. Cuando ve mi coche, que lo conoce, suele venir rápido a por su comida y me daba miedo de que desapareciera –muchos gatos lo hacen–, pero no ha sido así. Sigue viniendo y se le ve agradecida”.
No tendrá más celos, por lo que no contribuirá a un crecimiento descontrolado de las colonias, lo que puede provocar molestias a los vecinos, que contará con la ventaja de tener en sus calles unos buenos guerreros naturales contra plagas de insectos, como cucarachas, o contra la presencia de ratones y ratas, que sí pueden, a diferencia de los gatos callejeros, entrar a las casas.
Y es que el CER ha sido reconocido, mediante ordenanza, como el método más efectivo para conseguir ese equilibrio entre el bienestar animal y vecinal. Como Milagros, los gatos de todas las colonias del término municipal que lo soliciten serán castrados, favoreciendo su gestión controlada. La pasada semana ya había más de 70 cuidadoras a la espera del CER, registradas a través de ‘AgradeCER’, la web que ha puesto en marcha la Concejalía de Sostenibilidad Ambiental junto al Colegio Oficial de Veterinarios de Almería. Se espera superar la cifra de cien en breve.
Este registro les permite ser reconocidas por el Ayuntamiento de Almería como personas cuidadoras y salir, podría decirse, de la clandestinidad, consiguiendo también que los gatos ferales sean incluidos en la Red de Identificación Animal (RAIA). A Milagros le llegará su carnet en breve y, como apunta la presidenta del Colegio Oficial de Veterinarios de Almería, Yasmina Domínguez, “el nombre no puede ser el más apropiado, porque ha sido todo un milagro”.
Se refiere la decana al camino pedregoso que ha recorrido la implantación del CER en la capital almeriense. Para la hemeroteca quedan las reclamaciones de diez años atrás de las protectoras de animales a las que ponía rostro Fátima Estévenez, de Seven Lives, de todos los grupos políticos e incluso de concejales ‘separados’ de sus partidos como Mabel Hernández, quien llegó a condicionar su respaldo a los presupuestos municipales a la incorporación en la ordenanza de tenencia de animales del CER. Han sido varias Corporaciones las transcurridas hasta que la actual responsable, Margarita Cobos, ha aunado criterios entre las partes y logrado aprobar por unanimidad el texto normativo, que ha desembocado en la firma de convenios de colaboración.
Uno de ellos con el Colegio de Veterinarios, que se convierte en una pieza esencial en este engranaje. Ha habilitado un directorio de centros clínicos adscritos (55 por ahora), junto al citado registro de las colonias. Las cuidadoras tienen la posibilidad de elegir a qué clínica llevar a sus animales, pues suelen tener veterinarios de su confianza. “Algunas llevan muchísimos años castrando a sus gatos por lo que es lógico que quieran seguir acudiendo a la misma clínica, aunque tienen también la posibilidad de conocer al resto de los voluntarios”, explica la decana, quien comenta que han empezado a aplicar el CER a aquellas colonias en las que menos gatos ferales quedan por castrar para ir rodando el sistema, en el que los veterinarios asumen sin coste para las cuidadoras el tiempo de trabajo, mientras que el Ayuntamiento de Almería ha aportado en este convenio una cuantía de 24.000 euros para que el CER sea gratuito.
“Hay que preocuparse de quien le gusta los gatos y del que no”
“Hay que preocuparse no solo de las personas a quienes les gustan los gatos, sino también de aquellas a las que no les gustan”, comenta la decana del Colegio de Veterinarios, Yasmina Domínguez. Es una de las razones por las que se les requiere para su acreditación a las cuidadoras la realización de un curso obligatorio de capacitación sobre cómo gestionar de forma adecuada las colonias. “A quien no le gustan los gatos, comprobará los beneficios del CER. Verá que el espacio de la colonia está limpio, que no hay olores, que los gatos están cuidados y sanos”. Llegados a este punto será cuando, el se instalen los carteles con la identificación de colonia acreditada. También los veterinarios voluntarios tienen que realizar un curso de reciclaje para actualizar sus conocimientos acerca de la captura de gatos callejeros y su manejo en la clínica. “No son gatos de particulares, que te ronronean”.
También te puede interesar
Lo último