Miles de ciudadanos despiden en el Congreso al artífice de la Transición
Colas de varios kilómetros se forman bajo la lluvia para dar el último adiós al ex presidente
Miles de personas esperaron ayer hoy durante horas guardando una cola de varios kilómetros en el Congreso de los Diputados para rendir un sentido homenaje en su capilla ardiente a Suárez. Pese a la fina lluvia que caía sobre Madrid, un goteo incesante de ciudadanos se acercó hasta el Palacio de la Carrera de San Jerónimo, escenario de algunos de los episodios más relevantes de la vida política del ex presidente. El féretro quedó depositado a escasos metros del hemiciclo, lugar en el que Suárez se enfrentó el 23-F a los golpistas de Tejero.
Cada ciudadano que, después de la larga espera, accedió al Salón de los Pasos Perdidos le rindió homenaje a su manera, siempre en un ambiente de respetuoso silencio. Unos se paraban ante el féretro y se santiguaban, la mayoría inclinaba la cabeza como muestra de respeto, también hubo quien le lanzó besos con la mano, o quien llevó un ramo de flores, que se sumó a las decenas de coronas fúnebres enviadas por todas las instituciones del Estado.
"Vamos a reconocerle ahora, después de muerto, lo que no se le ha querido reconocer en vida", comentó Macario, madrileño de 74 años, que aguantó la espera junto a su amigo Octavio que, como muchos otros, acudió a homenajear a alguien por quien siempre tuvo "mucha admiración y simpatía". Como Isidoro, que destacó que Suárez "ha sido una persona entrañable" al que todos los españoles deberían agradecerle su trabajo.
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