Ayer hizo 150 años que Santa Teresa de Jornet fundó en Barbastro una orden religiosa que se dedicaría auxiliar a los ancianos sin familia, darles cobijo y crear en torno a ellos un amiente familiar. Se las llamó Hermanitas de los Ancianos Desamparados y desde 1873, año de su fundación, han abierto 198 casas en 21 países de los cinco continentes, siempre al servicio de los ancianos bien que no tienen familia o recursos para ser atendidos bien aquellos cuyos familiares no tienen posibilidad de atenderlos en sus propias casas normalmente por cuestiones laborales.

A Almería llegaron hace 145 años y tienen casa en Huércal Overa y en la capital, antaño un vetusto y sombrío caserón por el antiguo Matadero y hoy día en una bella y luminosa casa rodeada de jardines y una preciosa capilla. Las monjitas, que siempre visten su hábito negro y blanco, pasan el día entero cuidando de los ancianos que viven con ellas en la residencia ‘Santa Teresa de Jornet’, en la carretera que comunica Viator con El Alquián

La misa del 150º aniversario fue oficiada por el Obispo, Mons. Gómez Cantero, quien concelebró con el Cabildo Catedralicio y 16 sacerdotes. A la m isma asitieron la alcaldesa de Almería, Mª del Mar Vázquez, la vicepresidenta del Parlamento andaluz, Mª Mercedes Rodríguez, y los concejales Margarita Cobos y Carlos Sánchez, así como autoridades militares, frailes de la Casa de Nazaret y un buen número de ancianos allí residentes. Amenizó la Eucaristía el Coro Provincial de Almería.

La Catedral estuvo absolutamente llena.

Las lecturas y preces fueron realizadas por hermanas, voluntarias y trabajadores: sor Liliana, sor Vilma, Mariví y Francisco Cazorla. Al frente de las 13 monjitas asistentes, la madre Mª Manuela García Couto, superiora. Mons. Gómez Cantero destacó en su homilía “el desprendimiento y humildad de las monjitas que siguen rigurosamente sus votos de pobreza, castidad y obediencia, siempre al servicio de los ancianos desamparados por el abandono o la imposibidad de atención de sus familiares. Vuestra labor está inspirada en el Evangelio y os entregáis dando la vida día a día, minuto a minuto”.

Subrayó también: “Nadie mejor que vosotras conocéis a esta gente, pues formáis con ellos un hogar. El papa Pablo VI dijo: ‘el que no ama está muerto’. Vuestra entrega hace posible que estos ancianos tengan una familia los últimos años de su vida. Vuestra humildad os hace llamaros hermanitas y no hermanas”. Unas palabras de agradecimiento de ellas puso broche de oro a la misa.