La casa de Los Molinos puede de nuevo abrir sus siete ventanas
Almería
El Ayuntamiento poda los árboles que impendían desde hace tres años a su propietario disfrutar de luz natural y ventilar
A José Fernández López se le antoja estar viviendo un sueño, uno tan sencillo como el de poder abrir las ventanas de su casa para ventilar y disfrutar de la iluminación natural. Y es que, después de tres años de quejas, los jardineros de la empresa concesionaria del servicio municipal de mantenimiento de las zonas verdes de la ciudad han podado el excesivo ramaje de los árboles que, en la calle Rosa Chacel de Los Molinos, cegaba su fachada.
El número 26 ha recobrado la normalidad de una, como la definía su propietario, “casa muy alegre”, que al disponer de siete ventanas le proporcionaba a la vivienda ese plus siempre buscado de la luminosidad, pero que desapareció a golpe de rama. Explicaba a este periódico hace unos diez días aproximadamente el rápido crecimiento de los ficus y el sinfín de problemas derivados, como la imposibilidad de abrir las cristaleras sin que las ramas entraran en las habitaciones, los insectos y hasta la advertencia de las estudiantes inquilinas de abandonar este alquiler al no disponer de ventilación cuando la temperatura de los termómetros empezó a elevarse y ni apenas luz natural con las que mejorar su rendimiento.
De las peticiones al Ayuntamiento, Fernández López saltó a las redes sociales lamentándose de esta situación y, de ahí, a la prensa y, después, la televisión. Las instrucciones de poda llegaron de forma inmediata por parte de la concejal de Sostenibilidad Ambiental, Margarita Cobos, reclamando personalmente esta actuación a la empresa concesionaria.
José Fernández López
"Tenemos luz, se puede ventilar y las ‘niñas’ se quedan, pero seguimos sin poder ver la calle”
Según el propietario, los jardineros efectuaron una primera poda que, en su opinión fue insuficiente. Una “chapuza”, empleando sus palabras, ya que el recorte de ramas le permitía la entrada de luz en tres ventanas superiores, si bien las copas seguían teniendo dimensiones suficientes como para seguir cegando las otras cuatro.
Los operarios de la concesionaria volvieron en la mañana de ayer a la calle Rosa Chacel de Los Molinos, llevando a cabo unas tareas a las que dedicaron buena parte de la jornada. “Han cortado las ramas que daban al edificio, ahora tenemos luz y podemos abrir las ventanas y las ‘niñas’ se quedan”, comenta el propietario al que le gustaría, no obstante, una poda mayor porque “seguimos sin poder ver la calle”.
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