Sólo tres hombres fueron rescatados con vida el pasado 14 de mayo de una patera a unos 55,56 kilómetros de las islas Chafarinas por el patrullero ‘Infanta Elena’ de la Armada. Sin embargo, fueron once las personas que zarparon desde la playa de Mers El Hadjaj en Orán (Argelia), según manifestaron estos varones de origen magrebí a la Policía Nacional. Uno de ellos fue detenido y posteriormente quedó en libertad provisional, investigado por un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, gracias a la declaración como testigo protegido de uno de sus acompañantes.

Un testimonio al que ha tenido acceso este periódico y que permite conocer de primera mano cómo se inició y se desarrolló la fatídica travesía. La historia de dicha persona comienza sobre las cuatro de la tarde del 6 de mayo, cuando este hombre se dirigió a la citada playa porque “conocía que salían pateras para España” desde este punto. Allí contactó con un tal “Mohamed”, quien le pidió 40.000 dinares para realizar el viaje, reclamando 3.000 dinares como señal.

Abonó 40.000 dinares y dio una señal previa para poder montarse en la embarcación

Efectivamente, el testigo protegido le dio esta cantidad y se fue a la espera de que lo llamase “Mohamed”, quien contactó con él sobre la una y veinte de la madrugada del día siguiente para indicarle que tenía que ir a un bosque cercano a la playa de Mers El Hadjaj y aguardar allí a la señal para dirigirse a la orilla.

Efectivamente, poco después vio que utilizaban linternas para reclamar su presencia. Así pues, avanzó hasta la playa y le dio a “Mohamed” el resto del dinero, tras lo que éste lo acompañó a la embarcación, en la que ya había nueve personas dentro.

Tras zarpar con “Mohamed” al mando de esta lancha con un motor de 40 CV, pasadas unas cuatro horas éste dejó de funcionar. Manifestó que aún se veía la costa argelina y que, al disponer de cobertura, el tal “Mohamed” llamó para que les ayudarán, acudiendo dos personas unas horas más tarde, una de las cuales se unió como “un viajero más”.

Los supervivientes fueron trasladados al puerto de Almería.

“Mohamed” dijo que iba a buscar un motor pero no regresó, permaneciendo durante horas a la deriva. “Viendo que nadie llegaba, otro de los supervivientes - el investigado judicialmente- (…) intentó arreglar el motor, consiguiendo que arrancara (…) Una vez que logró arrancar (…) todos decidieron continuar el viaje conduciendo” el investigado, aseveró el testigo protegido, añadiendo que entonces ya ninguno tenía cobertura.

Sin embargo, un par de horas después volvió a romperse el motor sin que pudieran arreglarlo, quedando a la deriva. “Debido a la situación, algunos de los ocupantes se pusieron nerviosos y cinco de ellos se tiraron al agua, siendo uno de ellos el que se había incorporado el último”, añadió en su declaración.

Los supervivientes tuvieron que comer medusas y beber agua de mar para subsistir

Precisó que de los otros seis, una mujer se “puso muy nerviosa” y se lanzó al agua “pensando que podía salvarse”, mientras que la embarazada, la esposa del investigado, “murió abrazada a su marido”, mientras que otro hombre falleció en la embarcación. Confirmó que fueron “alimentándose de medusas y bebiendo agua de mar” hasta que el pasado 14 de mayo el patrullero ‘Infanta Elena’ de la Armada los rescató.

El testigo protegido inculpó al investigado asegurando que ni él ni su mujer habían pagado por ser amigos de “Mohamed”, pero los letrados de éste, Nabil El Meknassi Barnosi y Noelia Pérez Rodríguez, del despacho Meknassi Abogados sostienen que éste había abonado ya la cantidad exigida en un viaje previo que finalmente no pudo llevarse a cabo.

De hecho, el relato del testigo es prácticamente idéntico al del detenido, quien iba acompañado de su mujer, en avanzado estado de gestación, ya que en un mes habría dado a luz a una niña. La misma que, tal y como reconoció el testigo, murió en sus brazos, negándose durante tres días a arrojar el cuerpo al mar, tanto por ella como por su hija no nata.