Münich, música lejos de las leyes de los hombres

Lejos de las leyes de los hombres, lejos de la industria imperante, lejos de las modas que siempre son pasajeras, lejos de la contradicción, y lejos de las infusiones, dos nombres de ciudad se fusionan en un cuarteto de músicos almerienses. Ahora que hacer rock probablemente sea menos trasgresor, pero más difícil que nunca, en vista de que los Mass Media y las turbulencias discográficas se han olvidado bastante de él, y de que su rebeldía ha sido digerida convenientemente por la sociedad en las rebajas de enero o julio, es un gustazo reencontrarse con la ilusión, la actitud, la aptitud y el encono que una nueva banda almeriense, Münich, ofrece. Cuatro jóvenes con nombre propio: Jonathan Baeza (voz), Jesús Navarro (bajo), Antonio Palenzuela (guitarra) y Samuel Suárez (batería); con un nombre como proyecto, que surge del frío alemán (como el espía de la novela de John Le Carré) y con el norte como punto de referencia musical. Sus canciones observan y aprenden, están ahora más que nunca en esa tesitura, de nombres muy enquistados en el Olimpo de los dioses junto a Apolo (U2, Pearl Jam, Muse, Coldplay, etc.) como para no andar con pies de plomo, mirada limpia, y respeto de alumnos adelantados, porque las comparaciones son odiosas, y las influencias se llevan a gala mejor con dignidad y conocimiento, que pretendiendo esconderlas (quien esté libre de ellas es un marciano). Tiempo hay, todo el tiempo futuro del mundo, para ir eliminando ropajes y construir un traje propio, un sentir más propio. Tienen todo por delante, y nada que perder. De momento han grabado cinco canciones en un EP, Premiere, carta de presentación y tarjeta de visita para quedarse aquí, hayan sido o no invitados a la efervescencia que el ajetreo musical andaluz conlleva y aseguro que saltarán a otros ruedos no tan familiares como Almería.