Desde Nájera hasta Burgos
Los tres amigos solidarios recorrieron, en su tercera etapa del Camino de Santiago, 93 kilómetros y necesitaron un total de 7 horas y 49 minutos para llegar al destino de donde saldrán hoy
Después de un merecido descanso nos ponemos en marcha para afrontar una etapa del camino, bastante complicada, poder llegar a Burgos. Dejamos atrás así las tierra nobles de La Rioja, que tan bien nos ha tratado. Desde estas líneas agradecer a la Asociación Cultural de Amigos del Camino de Nájera y en especial a nuestro amigo Pedro y nuestra amiga Dina, que regenta el restaurante El Buen Yantar, donde siempre acuden los peregrinos que se alojan en el albergue de Nájera, donde Antonio que viene en este proyecto como decía anteriormente es hospitalero voluntario.
La salida de Nájera es dura ya que hay que afrontar una inclinada cuesta para superar las murallas de la ciudad. Luego nos introducimos en una serie de caminos parcelarios donde transcurrimos sin problemas, pasando por Azofra, y llegando a Santo Domingo de la Calzada, sin problemas y dificultades.
En Santo Domingo, pasamos a sellar nuestras credenciales, para continuar por unas zonas más difíciles, no por su desnivel, pero si por sus continuas zonas con trialeras, charcos y piedras bastante sueltas, que dificultan el transito de las bicis.
Tenemos que decir que hay muchos tramos del camino donde se ha reconstruido echando grava pero no suficientemente compacta, por lo que las bicis con el peso de las alforjas se quedan bastante hundidas, haciendo más duro el transito.
Llegamos al pueblo de Belorado donde reponemos fuerzas para afrontar lo más duro de hoy, la subida al Alto de la Pedraja. Una vez recuperado algo de fuerzas y tras un bocadillo, atacamos las primeras rampas del alto. La salida de Belorado es dura. Una gran cuesta de cerca del 20%, hace que tengamos que emplearnos a fondo. Incluso algunos de nosotros ponemos pie a tierra y empujamos. Un rosario de peregrinos sube por la escarpa, cuesta. Muchos de ellos agachados casi tocando el suelo con la cara. Los pasamos con muchas dificultades pero al fin arriba. Un ligero descanso pero muy corto, nos permite tomar aliento para afrontar el siguiente reto. Para que veáis la dificultad hablamos de una subida como la de Enix, por monte y con un supuesto camino, que no es así pues las últimas lluvias han deteriorado mucho el terreno. Cerca de 12 kilómetros de subida, coronan, en un monumento donde todos los peregrinos se par an a descansar y hacerse foto de rigor. Nosotros pasamos de largo y afrontamos un descenso precioso entre robles y pinos, pero muy técnico ya que el camino transcurre muy cerca de los arboles.
En San Juan de Ortega, es nuestra parada obligada después de la gran subida y bajada. San Juan de Ortega mando edificar el monasterio para los peregrinos de la época, ya que según cuenta, los Montes de Oca, que es como se denominan a los bosques donde se encuentra el Alto de la Pedraja, era visitados por lo bandidos y atracaban a los peregrinos. Por eso se decidió construir un refugio allí.
Desde allí por una buena pista cerca de diez kilómetros nos llevan a la entrada de Burgos. Trascurrimos por Burgos y llegamos en pleno centro al albergue municipal. Una maravilla de albergue que nos permite con el poco tiempo que tenemos acercarnos a dar una vuelta por el centro de la ciudad y admirar su catedral.
Cansados después de cerca de ocho horas de pedaleo, nos disponemos a descansar hasta mañana.
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