Estar privado de libertad por una condena judicial no significa que no se pueda celebrar la Navidad. El centro penitenciario ‘El Acebuche’ es un ejemplo de la labor de reinserción y recuperación de aquellos hombres y mujeres que, en un momento dado, dieron un mal paso en sus vidas. Y dentro de esa misión que tiene encomendada la institución de forma general, en la cárcel de la capital almeriense tienen bien claro que la única forma de lograrlo es que los internos e internas puedan disfrutar de las mismas oportunidades que aquellos que se encuentran en el exterior, aunque sea con las lógicas limitaciones que conllevan los distintos grados de tratamiento asignados a cada penado.

Por ello, cuando llega esta época del año, los módulos y departamentos de la prisión se engalanan y se tiñen de colores y adornos navideños. Algo que se suma a un intenso programa que lleva el espíritu de confraternidad de estas fechas hasta el último rincón de ‘El Acebuche’. Por ejemplo, según explica a Diario de Almería el director del centro penitenciario, Miguel Ángel de la Cruz, los internos del Programa Marco de Atención Integral a Enfermos Mentales en Centros Penitenciarios (PAIEM) de Instituciones Penitenciarias están ofreciendo recitales de villancicos, en los que interpretan estos tradicionales temas en todos los módulos de la prisión.

Una chocolatada, acompañada por bizcocho y mantecados, en la UTE de ‘El Acebuche’.

Además, cada módulo cuenta con su propio belén, que han montado los internos o internas intentando superar al resto, ya que se celebra un concurso para elegir el mejor. Aunque este año, el belén general de la prisión, en cuyo montaje participaban numerosos presos y que en años anteriores ha logrado diferentes premios en el Concurso de Belenes de Almería que organiza anualmente el Ayuntamiento de la capital, no ha sido instalado junto a la Unidad Terapéutica y Educativa (UTE).

Con todo, una visita rápida por sus pasillos y módulos hacen evidente que también aquí se vive la Navidad. Guirnaldas, árboles ricamente decorados, postales, renos... Se unen para que no falte la ornamentación que uno podría esperar en cualquier hogar durante estos días.

Asimismo, el martes 20 de diciembre se celebró en la UTE un “mini festival” tras la asamblea general que sirvió también para despedir a ‘Doña Tola’, la maestra Victoria Lucio Alonso, que se jubila tras 35 años de profesión. Una celebración que comenzó con una chocolatada acompañada por bizcocho y los mantecados y dulces como hojaldrinas, turrones, etc. Todo ello acompañado por los cantos de dos internas que fusionaron los sones navideños y los flamencos, para alegría de sus compañeros.

Uno de los belenes instalados en los módulos de la prisión de la capital almeriense.

A este “mini festival’ han seguido sendos festivales de mayor entidad en el salón de actos para todos los penados. Ocasiones en las que de nuevo se daban cita la música, el compañerismo y la confraternización entre los presos de ‘El Acebuche’.

Este viernes, 23 de diciembre, el obispo de Almería, Antonio Gómez Cantero, acudirá a ‘El Acebuche’ para oficiar a las once de la mañana una anticipada Misa del Gallo, que se celebra generalmente antes de la medianoche de la Nochebuena, en conmemoración del nacimiento de Jesús de Nazaret.

Como todos los años, los días de Nochebuena, Navidad y Fin de Año y Año Nuevo, se da una comida especial a los internos, que la legislación penitenciaria contempla que para esos días, junto con el día de la celebración de la patrona de nuestra señora de la Merced, se duplica la dotación que se da a los internos para comida. “Se cambia un poquito el contenido de este menú. Lo que pasa en cualquier familia española. Algún langostino, dulces de Navidad... es una comida modesta pero que intenta adaptarse a estas señaladas fiestas”, asegura Miguel Ángel de la Cruz.