Nuevo mercadillo del viernes, cuesta arriba

Los vendedores ambulantes acuden a Barrio Araceli, pero más de la mitad decidió desmontar el puesto Aceptan ya la zona pero no la calle ni la distribución

Puestos desmontados en la avenida Imperio Argentina, mientras que al fondo los vendedores atendían a sus primeros clientes de Barrio Araceli.
Puestos desmontados en la avenida Imperio Argentina, mientras que al fondo los vendedores atendían a sus primeros clientes de Barrio Araceli.
María Victoria Revilla

13 de abril 2013 - 01:00

El nuevo mercadillo del Barrio Araceli no ha terminado de despegar. Si bien a medio gas, lo cierto es que al menos el Ayuntamiento de Almería y los vendedores ambulantes parecen haber enterrado el hacha de guerra con una tregua que se tradujo en la mañana de ayer en el estreno del emplazamiento habilitado en la avenida Imperio Argentina. Pese a esta predisposición, más de la mitad de los comerciantes decidió desmontar su puesto dos horas después en desacuerdo por la distribución de espacios y por la calle escogida en sí. Tan cuesta arriba, como al Ayuntamiento le está costando sofocar en su totalidad el conflicto con este sector.

La avenida Imperio Argentina tiene una pendiente difícil de recorrer sobre todo para personas mayores o con dificultad de movilidad. Es una de las pegas que exponían los vendedores, en especial los adjudicatarios de los puestos ubicados en el tramo final. "Aceptamos el Barrio Araceli, siempre y cuando podamos retornar a la Plaza de Toros una vez acabadas las obras, que comprendemos que tienen que efectuarse para la mejora de la ciudad, pero los vendedores entienden que no es la calle adecuada. Es una cuesta empinada y no tenemos espacio suficiente, además, para montar nuestros puestos", trasladaba a los medios de comunicación el presidente de la Federación del Comercio Ambulante de Almería (Fecoam), que lanzaba un guante al concejal de Salud y Consumo para retomar la mesa de diálogo.

Carlos Sánchez explicaba por su parte las dificultades que ha tenido el Ayuntamiento a la hora de buscar un lugar donde poder trasladar el mercadillo de los viernes. "Es el segundo más grande de la ciudad y la avenida escogida es un vial amplio que reúne las medidas de seguridad necesarias y donde el aparcamiento es fácil. No tiene vados, no tiene colegios o una calle sin salida. Y está en un barrio, además, que acepta el mercadillo y que tiene poco comercio. Me han comentado que ha sido un día muy bueno de ventas en el mercadillo". Para los que se quedaron, la mitad, según el responsable municipal, pendiente ayer de cotejar los datos con la Policía Local.

Esa mitad correspondía a los puestos ubicados a la entrada del mercadillo, que se quedaba vacío a partir de las diez de la mañana al otro lado de la calle. Las protestas comenzaron a escucharse, no obstante, con anterioridad, cuando comprobaron "la falta de espacio, no nos caben los puestos", un inconveniente que fue solventado por el Ayuntamiento permitiendo que las furgonetas ocuparan la acera libre de viviendas. La medida fue entendida por los vendedores como una solución puntual "de un día", por lo que la Fecoam invitó a los ambulantes que quisieran a abandonar el emplazamiento como medida de presión al Ayuntamiento en busca de mejoras, también para el mercadillo de los sábados, ahora en la avenida Adolfo Suárez.

De momento, ayer el responsable de Salud y Consumo aseguraba que el permiso dado para aparcar las furgonetas sobre la acera exenta de viviendas se mantendrá, con el pago de desperfectos mediante el seguro de responsabilidad civil, y suavizaba incluso la postura municipal frente al regreso a la Plaza de Toros, una vez terminadas las obras de remodelación. "Es una situación de futuro. Cuando acaben todas las fases en las que se ha dividido el proyecto, habrá otra Corporación y será la que tenga que analizar y decidir, en su momento oportuno, qué se va a hacer."

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