La ONCE en Plaza Marín (II)
TRAS el obligado paréntesis dedicado al concierto del guitarrista Víctor Monge "Serranito" en el marco del XII Festival Internacional de Guitarra Clásica "Julián Arcas", retomamos el relato sobre el antecedente (Los Iguales) e implantación de la ONCE en Almería.
El Ayuntamiento presidido por el alcalde Ramón Durbán Orozco no llegó siquiera a tratar en sesión plenaria la solicitud -noviembre, 1914- de veinte vecinos, padres de niños ciegos, de poner en marcha con ayuda municipal una escuela especial para estos. Aunque sospechamos que resultó efímera, tampoco nos consta el tiempo que se mantuvo abierta la instalada por el profesor invidente Joaquín Cravioto Vicente -exalumno del Colegio Nacional de Ciegos y Sordomudos de Madrid- en calle Las Tiendas nº 24 a comienzos de diciembre de aquel 1914, primera de las de su clase en Almería y con carácter gratuito a quienes certificasen su condición de pobreza.
AUXILIO SOCIAL
Cuando la propaganda del Régimen afirmaba grandilocuente que la ceguera ya no era un problema en España gracias a la flamante Organización Nacional de Ciegos, ocultaba la ímproba labor realizada por Asistencia Social durante la II República y el trienio bélico. En ese periodo la venta de los populares Iguales fue la principal fuente de ingresos de la institución establecida a finales de diciembre de 1931; sin ánimo de lucro y con el único objetivo de ayudar a los más necesitados, fuesen ciegos o no. La recaudación diaria ascendía a 1.200 pesetas: 600 destinadas a premios (diez pesetas al cupón y cien a la tira de una peseta); el 20% a comisiones de los vendedores y las 360 restantes a la tesorería de la Asociación para sufragar un ambicioso programa social y el salario de seis empleados fijos. Ni su presidente, Eusebio Elorrieta Artaza -director facultativo del Puerto- ni el resto de cargos directivos estaba remunerado. El primer sorteo tuvo lugar el 1º de febrero de 1932, recayendo el premio mayor en el número 155, Los Civiles.
CUARTEL DE BURGOS
Firmado por el general Franco en Burgos, el BOE de 16 de diciembre de 1938 publicó el Decreto fundacional de la Organización Nacional de Ciegos, dependiente del Ministerio de Interior regido por el "cuñadísimo" Serrano Súñer:
"Las circunstancias producidas con ocasión del Movimiento Nacional, aconsejaron dejar en suspenso el funcionamiento del Patronato Nacional de Protección de Ciegos (creado por la República el 6 de abril de 1934), puesto que su actuación no respondía a una acción (sic) informativa eficaz (…) Actualmente, a medida que se va restableciendo la normalidad en los diferentes y variados aspectos de la vida pública, el problema de los invidentes en España deber ser solucionado de una manera comprensiva, amplia y generosa, a la par, que responda a los fervientes y simpáticos anhelos sentidos por la población afectada.
Con las normas que ahora se establecen se tiende en primer término a que los ciegos españoles se rijan por sí mismos, dentro de una organización a base de Delegaciones provinciales y locales y con un sistema de agrupación obligatorio, que, bajo la dependencia inexcusable de la Autoridad, desarrolle iniciativas y resuelva sus problemas comunes, poniéndolos en condiciones de dar el rendimiento de trabajo que requiere en estos momentos la actividad nacional". El articulado se sustanciaba en ocho puntos de obligado cumplimiento.
En octubre de 1940, siendo gobernador Rodrigo Vivar Téllez, defenestraron definitivamente a la pionera Asociación Almeriense de Asistencia Social: "Esta entidad, al momento de ser liberada la capital de Almería, careció de finalidad alguna de existencia, porque el que inspiró su creación ha venido a atenderlo suficientemente la institución creada por FET y de las JONS con la denominación de Auxilio Social, dejando por ello de funcionar, sin manifestación posterior alguna". El acta suma tres folios, pero ningún apartado señala la incautación de sus pertenencias (estas pasaron en 1943 a propiedad del Ayuntamiento); singularmente la sede de c/. Santos Zárate, edificio racionalista diseñado por el arquitecto Langle Rubio, posterior Maternidad y hoy cuartel de la Policía Local. En los pasados años Cuarenta, el nuevo Auxilio Social continuó, sorpresivamente, la rifa de los Iguales paralelamente a la ONCE.
SUCESIVAS SEDES
En la reunión celebrada -teatro Cervantes- el 5 de junio de 1939 se constituyó la ONCE (al principio solo en la capital) bajo la presidencia del jefe Nacional, Gutiérrez del Tovar, de ascendencia almeriense. En el transcurso del acto, José del Castillo, procedente de Sevilla, fue nombrado delegado Provincial. Establecida la Delegación en Plaza Marín nº 6, el viernes 17 se efectuó el primer sorteo, correspondiendo el premio mayor al nº 561 (El Azúcar), dotado con 25 pesetas el cupón (tres cifras) y 2,50 las dos últimas. Durante bastante tiempo se vendieron al precio de 25 céntimos la unidad y 2,50 ptas. la tira de 10.
El más trascendente logro social de su etapa fundacional vino con la apertura (enero, 1944) de un colegio de niñas y otro para la formación de 100 lazarillos. Con horario de cinco a nueve de la noche, el de niños lo habilitaron en la propia sede (a cargo de D. Eustaquio López Soriano) y el de chicas en la calle Romero esquina a la de Antonio Vico, bajo la tutela de la Maestra Nacional Dª Antonia Amat Amat. Un lustro después prosigue la labor docente abriendo otra nocturna para asociados adultos: adaptada al sistema Braille, clase de música y moderno material pedagógico. Asimismo organizaron una rondalla de pulso y púa (guitarra, laúd, bandurria) compuesta de diez invidentes y dirigida por Antonio Almoguera Melgarejo, cuya presencia se hizo obligada en múltiples acontecimientos, incluido actuaciones en directo en Radio Almería y Juventud, siendo incluso premiada a nivel nacional.
En 1946 la Organización Nacional de Ciegos en Almería adquiere el edificio de la rambla Obispo Orberá nº 27 y a él se trasladan en el mes de octubre. Su inauguración y la procesión con la imagen de la patrona, Santa Lucía, desde la Plaza Marín estuvieron presididas por el citado Gutiérrez Tovar, el nuevo Delegado, Antonio Romero Soldán, y autoridades locales. El año anterior contabilizaban 221 vendedores autorizados. Con la vecindad del Teatro Apolo y de la Comisaría de Policía permanecieron cuatro décadas en el local donde diariamente se efectuaba la rifa cara al público. Lógicamente el valor del cupón va en aumento (5 pesetas en 1972) hasta el presente. En 1984 la ONCE suprime los sorteos provinciales pasando a ser de ámbito nacional, con cinco cifras y cien mil pesetas en premios; además de distintos especiales y extraordinarios.
El 11 de abril de 1985 fue de fiesta para la ONCE en la ciudad: Joaquín Salazar el vendedor ciego más antiguo cortó la cinta inaugural del flamante emplazamiento societario en la calle Reyes Católicos. Con el nuevo Delegado, Emilio García Perpiñán, el sorteo de ese día se celebró en la Plaza Vieja siendo agraciado con el primer premio el nº 0614, El Manicomio.
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