Almería

PULPÍ. Sacerdote, misionero, benefactor

Sacerdote, misionero, benefactor

Sacerdote, misionero, benefactor / D.A.

En los confines de la Andalucía oriental, la agrícola villa se retroalimenta de la vecina Región de Murcia. Más concretamente con el municipio de Águilas y Campo de Cartagena. Un Pulpí que tiene en su geoda de cristales gigantes -descubierta en Mina Rica y habilitada para visitas públicas- su más preciado bien geológico, junto a las monumentales de Isla de Terreros e Isla Negra. Término municipal en el que nacieron nuestros dos protagonistasCon la dificultad propia de un hombre de avanzada edad, Jesús Peregrin Mula (nacido el 25 de julio de 1926) subió este mismo año escenario del auditorio municipal de Roquetas de Mar, rigurosamente protocolizado frente a la terrible epidemia vírica. El sacerdote-misionero, fundador y alma mater de la Fundación que lleva su nombre, recogió emocionado una de las estatuillas con las que anualmente Diario de Almería premia a personajes, instituciones o colectivos sobresalientes, en este caso en su IX edición. Con voz inusitadamente firme se dirigió al no-público para agradecer tal distinción (sin olvidar a sus colaboradores, “las frondosas ramas del proyecto”) y hacer una llamada en favor de la altruista entidad que preside: Fundación Jesús Peregrin para la Cooperación y Desarrollo de los Pueblos.

Jesús Peregrín Familia Jesús Peregrín Familia

Jesús Peregrín Familia

En los años sesenta fundó el movimiento ECAS (Equipos de Cristo Amor Sembrarás) y posteriormente (2003) la Delegación de Misiones de la Diócesis de Almería, “llevando desde Almería esperanza, ayuda y medios naturales a miles de personas necesitadas por el mundo”, tal como afirma su biógrafo Francisco Luis Aguilar Díaz. Entre 1995 y 2020, Peregrin Mula y sus colaboradores “emprendieron alrededor de una treintena de viajes, que le ha llevado a compartir el trabajo de numerosas comunidades misioneras en África, Asia y Latinoamérica”. Una treintena de países y el doble de localidades y de kilómetros con el único objetivo paliar miserias humanas tal como señalan los principios fundacionales.

En enero de 2021 el Ayuntamiento de la capital le impuso el escudo de oro <por su permanente esfuerzo por lograr un mundo más igualitario, libre y en paz>. En febrero le fue concedida una Bandera de Andalucía por sus <Valores Humanos> y cuando las circunstancias lo permitan recogerá, presencialmente, la distinción de Hijo Predilecto de Pulpí. Actualmente reside en la Casa Sacerdotal “San Juan de Ávila”. En enero de 2021 el Ayuntamiento de la capital le impuso el Escudo de Oro de la Ciudad <por su permanente esfuerzo por lograr un mundo más igualitario, libre y en paz>.

Jesús Peregrin Jesús Peregrin

Jesús Peregrin

El pastorcico de Pulpí

De humildísima condición, el pulpileño alcanzó notable posición en la Villa y Corte. Entre las aportaciones a su biografía, Tapia Garrido (“Almería, hombre a hombre”) se detiene en Emilio Zurano Muñoz “El pastorcico de Pulpí”, con citas de Gregorio Belmonte Jiménez. La transcribo con matices:

“Hijo de modestos labradores, nació en Benzal, anejo de Pulpí, el 11 de agosto de 1857. Con ocho años comenzó a pastorear cabras y ovejas, único oficio a su alcance en las circunstancias que le rodeaban: pobreza y alejamiento de núcleos urbanos. Autodidacta, cumplidos los 23 años, tuvo la suerte de que Manuel María de Galdo y López, benefactor con estatua en Cuevas del Almanzor y director del Instituto “Cardenal Cisneros”, de Madrid, leyese algunos trabajos suyos sobre El Quijote (antes había firmado “El niño del campo” en El Horizonte, periódico de Huércal Overa), queda admirado de su talento y se lo lleva a la capital, encargándose de su instrucción, realizada en el colegio de San Isidro. Once años después, en 1891, se doctoró en Derecho; aunque debió trabajar duramente en la fábrica de chocolates “Matías López” para costearse la carrera.

Durante doce años dirigió el Círculo Mercantil e Industrial de Madrid. Aceptó la Gran Cruz de Alfonso XII, rechazó la Legión de Honor e ingresó en 1910 como socio de número en la Sociedad de Estudios Almerienses (antecedente del actual IEA), donde en su revista rubricaba intermitentes colaboraciones. Desde su fallecimiento en 1943, sus restos mortales descansaban en el cementerio murciano de Torre Pacheco, hasta que el ayuntamiento pulpileño acordó trasladarlo a un panteón del camposanto local en diciembre de 1976”.

En 1910 editó en Madrid <Higiene y educación de la voluntad>, al año siguiente <Consideraciones comerciales sobre España y Marruecos>. En el programa “Almería en Fiestas” de 1927 publicó un Canto a Almería; artículo en el que manifiesta y desea para la provincia “que la educación y la cultura sean para todos sus hijos, pues la pobreza no está en el suelo sino en el alma. Que Almería haga de la escuela un altar, y del maestro un sacerdote”. A su ayuntamiento natal donó terrenos y casas para edificar una escuela pública en su barriada de Benzal y fundó la sociedad “Amigos de la Escuela de Pulpí”, lo que le valió en junio de 1928 el nombramiento de Hijo Predilecto. 

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