accidente nuclear

El 'caso Palomares' puede acabar en el Tribunal de Derechos Humanos "por experimentar con sus habitantes"

  • "Están utilizando a los habitantes de Palomares, a la fauna y la flora y al medio ambiente en general para experimentos científicos", explican los ecologistas

Una delegación de técnicos de EEUU, junto con representantes del Centro de Investigaciones Energéticas Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT)

Una delegación de técnicos de EEUU, junto con representantes del Centro de Investigaciones Energéticas Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT)

Ecologistas en Acción ha denunciado que se sigue sin “hacer nada” por descontaminar la pedanía de Palomares, en Cuevas del Almanzora (Almería), en la que el 17 de enero de 1966 cayeron cuatro bombas nucleares, de las que “dos reventaron y esparcieron por la zona los nueve kilos de plutonio que contenían”.

“Se cumplen 56 años del accidente y desde entonces se están investigando las consecuencias de la radiactividad pero sin adoptar ninguna medida paliativa”, ha lamentado en un comunicado el colectivo ecologistas en el 56 aniversario del accidente nuclear y a la espera de que el Tribunal Supremo resuelva un recurso contra la última sentencia de la Audiencia Nacional.

“Si el Tribunal Supremo no obliga al CSN (Consejo de Seguridad Nacional) a ordenar la limpieza de Palomares, Ecologistas en Acción acudirá al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, con la finalidad de que se obligue desde las instancias europeas a hacer dicha limpieza”, ha advertido la organización ecologista.

Este colectivo ha presentado un recurso de casación ante el TS para revocar el fallo de la AN que dictaminó que el CSN no tenía competencias para ordenar dicha limpieza y mantienen que “el doctor Langham y los norteamericanos, muy interesados en estudiar las consecuencias de la radiactividad sobre los seres vivos, decidieron aprovechar el accidente para experimentar los efectos de los materiales fisionables en los seres vivos, incluidos los humanos”.

En esta línea, indica que con este fin firmaron el 25 de febrero de 1966 el acuerdo Otero-Hall y que, para poder realizar sus investigaciones, “engañaron a la opinión” pública diciendo que los terrenos estaban limpios cuando ”la realidad es que únicamente se llevaron a Savannah River unos 270 gramos de plutonio”.

“El resto de los nueve kilos los dejaron esparcidos por Palomares, incluso construyeron dos fosas de 3.000 y 1.000 m3 donde enterraron material radiactivo. En la actualidad las fosas continúan en la misma situación en que estaban en 1966”, asegura Ecologistas.

Recuerda que en el fallo de la AN, dos de los magistrados indican que el CSN afirma que en Palomares “no se lleva a cabo únicamente un programa de vigilancia radiológica, sino que es un laboratorio a cielo abierto para estudiar el comportamiento de materiales fisionables liberados en el medio natural”.

“Es decir, están utilizando a los habitantes de Palomares, a la fauna y la flora y al medio ambiente en general para experimentos científicos, sin su consentimiento lo que es contrario al artículo 6 de la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos de la Unesco", según ha denunciado Ecologistas en Acción ante el Tribunal Supremo.

Asimismo, sostiene que el peligro actual es la transformación del plutonio en americio, ya que el primero emite radiaciones alfa que no atraviesan la piel mientras que el segundo presenta “radiaciones gamma, que si atraviesan el cuerpo humano”.

“Ahora es peligroso acercarse a la valla de los terrenos contaminados porque la radiación del americio alcanza a los transeúntes que se aproximen”

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