Pepi Pérez, levantadora de pesas: "Hice historia con ese diploma olímpico"

Protagonista

Pepi Pérez fue la primera halterófila española en conseguir un diploma en unos Juegos Olímpicos

La deportista almeriense recuerda aquel momento con emoción

Entrevista a Juan García Wic, fundador de la escuela de skate de Almería

Pepi Pérez, levantadora de pesas olímpica
Pepi Pérez, levantadora de pesas olímpica / Rubén García Felices
Rubén García Felices

16 de junio 2024 - 08:00

Almería/Entre los nombres que destacan en la halterofilia femenina española, podemos mencionar a Josefa (Pepi) Pérez Carmona (Almería, 05/01/1977), con cinco medallas europeas absolutas en su haber, es considerada la mejor halterófila andaluza de todos los tiempos. La deportista estuvo presente en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, donde logró un diploma. Es diez veces campeona nacional absoluta, Premio Andalucía de los Deportes 2000, bronce doble en los Juegos Mediterráneos de Túnez 2001, 2º puesto en el Campeonato del Mundo de Halterofilia Máster de Heinsheim 2016 y Campeona Universal (con récord mundial en arrancada incluido) en el Campeonato del Mundo de Halterofilia Máster de Barcelona 2018, entre otros logros. En esta entrevista nos cuenta cómo llegó a ser una deportista de élite y qué implica ser mujer en el mundo de la halterofilia.

R. G. F.: Cuéntame un poco sobre ti, ¿cómo fue tu infancia y cómo recuerdas esa época de tu vida?

Pepi: Me he criado en una familia humilde. Mis padres siempre estaban trabajando, ya que se dedicaban a la hostelería y tenían un negocio. Tengo 4 hermanos y recuerdo que pasábamos juntos los fines de semana visitando pueblos, donde aprovechábamos para ir a comer. Debido a la situación de mis padres, quien estaba muy pendiente de nosotros era mi hermana Conchi. Yo era una niña muy tímida en todos los aspectos, así que no me relacionaba mucho con los demás niños. Siempre salía a la calle a jugar con mi hermano Diego, que era quien me cuidaba. Hemos vivido una infancia muy normal.

R. G. F.: ¿Casada, hijos?

Pepi: Estoy felizmente soltera y no se me ha dado la situación apropiada para tener hijos. Para mí, es una responsabilidad que me he tomado muy en serio y no a la ligera. Tengo ocho sobrinos y no he sentido ese vacío, ya que comparto muchos momentos con ellos.

R. G. F.: Háblame sobre tus inicios. ¿Cómo llegaste a la halterofilia y por qué elegiste este deporte en específico?

Pepi: Aunque practicaba varios deportes como el voleibol, fútbol y balonmano, llegó el día en que, jugando en la calle con mi vecina Eva, sentimos unos ruidos que nos llamaron mucho la atención. Nos acercamos para ver de dónde venían y vimos que era una cochera donde en la fachada ponía "Club de Pesca y Halterofilia". El ruido eran los golpes de las pesas al caer al suelo. Nos asomamos y el entrenador Rafael nos llamó la atención y nos explicó lo que era. A mi amiga le interesó y me convenció para que nos apuntáramos. Así fue como comenzamos a practicarlo con un palo de fregona durante 7 meses. Luego comenzamos a meter casi nada de peso, realizando varios ejercicios para fortalecernos. La decisión por la halterofilia entre otros deportes fue porque llevaba más tiempo practicándolo. También influyó en mí Cecilio Leal, un almeriense que participó en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 y que entrenaba en el club cuando estaba de vacaciones. Para mí, era un referente y quería llegar tan lejos como él.

R. G. F.: ¿Fue difícil insertarse en el mundo de la halterofilia, considerando que siempre se ha visto como un deporte de hombres?

Pepi: Para mí no fue difícil introducirme en este deporte a nivel social. No me importaba la opinión de los demás; estaba motivada y me gustaba lo que estaba haciendo. Ya que existían campeonatos femeninos a nivel internacional y nacional, teníamos referentes femeninos con muy buenos resultados, lo cual era importante en los inicios de este deporte. En el tema familiar, me escondía de mi padre porque sabía que, al principio, no lo aceptaría. Sin embargo, mi madre me cubría cuando llegaba a casa con el pelo mojado de haberme duchado en el club. Siempre, las personas que me han rodeado me han respetado.

R. G. F.: Sin duda, fuiste protagonista relevante en los albores de la halterofilia en España. ¿Cómo recuerdas tu época de halterófila brillantísima?

Pepi: Son recuerdos buenos, considerando que nunca salía de Almería. He viajado muchísimo y, sin haber practicado este deporte, no creo que hubiera conocido tantos países y culturas distintas. También he tenido la experiencia de conocer a otros deportistas de renombre, tanto en mi deporte como en otros, e intercambiar experiencias vividas.

R. G. F.: En el año 1994 fuiste incorporada a un grupo de élite que la Federación Española de Halterofilia formó en Madrid... ¿Cómo se dio esa opción de entrar en el grupo? ¿Y qué obtuviste de tu esfuerzo, compañeras y entrenadores?

Pepi: En el año 1991, el que era en su momento el seleccionador del CAR de Madrid, José Badillo, se puso en contacto con mi madre para comunicarle que me quería para formar parte de la selección, pero en ese momento no me dejó ir porque no había terminado los estudios. En el año 1994, entró un seleccionador nuevo, Gabriel González, quien al verme en un campeonato de España decidió que formara parte de la selección. Esta vez, mi madre sí me dejó ir ya que había terminado la formación profesional. En el nuevo ciclo del CAR éramos un total de 24 chicos y chicas, donde cada uno de nosotros entrenábamos muy fuerte para quedarnos en el equipo. La unión que teníamos como equipo era muy buena; nos cuidábamos unos a otros, ya que dentro del equipo había menores de edad. Los entrenadores nos ayudaban y también nos exigían disciplina, lo normal en un alto rendimiento. De ahí los resultados que hemos tenido, cada uno de nosotros alcanzó los objetivos marcados, tanto a nivel individual como por equipos. El alto rendimiento no es fácil; sacrificas muchas cosas para estar en lo más alto, como perder tiempo con la familia por estar entrenando o compitiendo. Todo tiene su lado menos bonito, como las lesiones que aparecen en el camino y que a veces hacen que ese sacrificio para cumplir objetivos se nuble. Pero, haciendo un balance general, mereció la pena estar al máximo nivel. El deporte es disciplina, constancia, educación y sacrificio, y nos enseña a ser fuertes ante las adversidades que luego se nos pueden presentar en la vida.

R. G. F.: De 1994 a 2003 fuiste campeona de España absoluta y también seleccionada para nueve campeonatos de Europa absolutos. Igualmente de 1996 a 2002 competiste en seis ediciones de los campeonatos del Mundo absolutos. ¿De todos tus éxitos, con qué logros te quedas? ¿Te acuerdas de alguna competición o algún campeonato que haya sido especial para ti?

Pepi: Podría elegir una sola competición como la más destacada, pero el Mundial Junior fue un poco frustrante para mí; no me salió tan bien como tenía pensado, se me escapó la arrancada y el total. Obtuve un bronce en dos tiempos, pero por parte de todo el equipo femenino fuimos campeonas del mundo por equipos. Esto está escrito en la historia y aún no se ha vuelto a repetir. La más importante para mí a título personal, después de obtener bronces en varias ocasiones en el Europeo Absoluto, fue cuando conseguí 3 platas y mi mejor marca para luchar por los Juegos Olímpicos. El Mundial de 1999 fue súper importante, ya que se decidía, según el resultado de los atletas participantes, la obtención de plazas para la Olimpiada. Se consiguieron dos plazas femeninas y quedé décima del mundo en mi categoría, siendo esta marca el pase para ir a Sídney 2000.

Pepi Pérez y Cecilio Leal, levantadores de pesas olímpicos.
Pepi Pérez y Cecilio Leal, levantadores de pesas olímpicos. / Rubén García Felices

R. G. F.: Viviste en primera persona el estreno femenino de la halterofilia en las Olimpiadas, en Sídney 2000. ¿Cómo fue la experiencia de tu participación en estos Juegos Olímpicos?

Pepi: Fue una experiencia increíble debutar en las Olimpiadas, compartir y sentir el movimiento olímpico con mis compañeros Mónica Carrión y Jon Tejedor (que en paz descanse). No se puede explicar con palabras todo lo que vivimos en la villa olímpica. Conocimos a muchos deportistas profesionales a los que solo tienes acceso a través de la televisión. ¡Una pasada! La sala de calentamiento y, más aún, la tarima de competición. Subirse para realizar el primer levantamiento con una cantidad de focos pendientes de ti... ¡piel de gallina! No llegué en mis mejores condiciones físicas; tenía una lesión de cadera, bursitis, que me impedía trabajar bien la fuerza de la pierna. Sin embargo, el resultado y el objetivo principal era traer el primer diploma olímpico, ya que las medallas estaban lejos, pero sí hacer historia. Así fue: séptima, primer diploma femenino para España en nuestro deporte.

R. G. F.: En tu larga trayectoria deportiva, ¿has tenido que saltar alguna que otra barrera por el hecho de ser mujer?

Pepi: Nunca me han afectado los comentarios fuera de lugar por parte de algunas personas que no entendían que las mujeres podían levantar pesas, tonterías como que "vas a parecer un hombre". Con el tiempo, viendo los logros, cambiaban de opinión, te daban la enhorabuena y te respetaban.

R. G. F.: ¿Cuáles han sido las mayores complicaciones que has vivido durante tu carrera deportiva?

Pepi: La lesión de hombro, pero sobre todo la bursitis de cadera, fue la más dolorosa y frustrante, ya que me impedía dar mi 100% en los entrenamientos.

R. G. F.: A los 26 años, con la mira puesta en participar en unas segundas olimpiadas, y con un palmarés hasta la fecha inigualable, decidiste retirarte de la competición. ¿Qué te llevó a esa dura decisión? ¿Cuáles fueron los motivos?

Pepi: Después de la olimpiada, hubo un cambio en la federación de entrenadores, lo que me llevó a dejar la selección porque no estaba de acuerdo. También valoré la distancia y el tiempo que había perdido al lado de mi familia, lo cual me hizo regresar a casa, aunque seguía entrenando y compitiendo. Al volver a casa, me planteé buscar trabajo en mi profesión y comencé a trabajar para estar más tranquila, ya que esa era una de mis preocupaciones. Tomé la decisión por estos dos motivos. Ya llevaba desde los 9 años en la halterofilia y necesitaba un descanso tanto físico como mental.

R. G. F.: Años después de retirarte vuelves a competir una y otra vez y así hasta que cumples los 40 años, cuando te proclamas campeona universal en el Campeonato Mundial de Halterofilia Máster de Barcelona 2018. ¿Ese título tuvo una dedicatoria especial?

Pepi: A todas las personas que me apoyaron durante mi carrera deportiva, a mi familia y, sobre todo, al responsable que me empujó a volver a mi deporte: José Luis Muñoz. Con nuevos proyectos para nuestro club, me tocaba subirme a la tarima para fomentarlos. Se dijo que si ganaba, tendría que empezar a entrenar y ganar medallas. Ese era el trato. Ahora mismo, está activo como atleta y entrenador. Esa fue mi última competición, con el objetivo cumplido y un récord del mundo máster en arrancada. Me costó una lesión, ya que bajé muchísimo de peso para ganarlo.

R. G. F.: Estando acostumbrada a victorias y triunfos, a récords y grandes resultados. ¿Cómo te motivas hoy en día?

Pepi: Mi motivación es ayudar a mis atletas en su camino hacia el alto rendimiento y transmitirles mis conocimientos como atleta en todos los niveles.

R. G. F.: ¿Y qué haces en la actualidad, además de entrenar a deportistas en el Club de Halterofilia Huércal de Almería?

Pepi: Trabajo con personas con discapacidad en un centro ocupacional en la zona del Poniente.

R. G. F.: ¿Cuáles han sido tus mayores aprendizajes en la vida?

Pepi: Disciplina, constancia y sacrificio son las claves para alcanzar tus sueños. Sobre todo, es importante ser humilde y nunca olvidar de dónde venimos.

R. G. F.: Para terminar, ha sido un placer charlar contigo y que hayas sacado un pequeño hueco en tu agenda para mi entrevista. Informo a los lectores del Diario de Almería que, desde el pasado viernes y hasta el 14 de julio, en el Museo de Arte de Almería - Espacio 2, se podrán ver dos retratos fotográficos tomados a Pepi Pérez en mi exposición "Almerienses olímpicos y paralímpicos", un homenaje que hago a trece deportistas olímpicos y paralímpicos de nuestra provincia.

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