Almería

Pepín Guerrero, torero de Arte

  • Empadronamiento. Nació en La Almedina, creció en Tánger y Sevilla y se asentó en Madrid como oficial administrativo de ENASA-Pegaso. Casado con Guadalupe Ponce Cuesta, tiene tres hijos

Pepín Guerrero, torero de Arte

Pepín Guerrero, torero de Arte / D.A. (Almería)

Tras los meses estivales en su segundo domicilio de Valdemanco, sierra Norte de Madrid y tradicional enclave ganadero, acude puntual a la cita al Café Coimbra, lugar de tertulia y encuentros amistosos en el Paseo. Cumplidos los 78, exhibe las hechuras de quien ha vestido el traje de luces durante décadas. Y es que el toreo -como el sacerdocio y la docencia, dicen- imprime carácter hasta el fin, dentro y fuera de los ruedos. Y José Guerrero Hita, Pepín Guerrero en los carteles y en el trato diario, ha sido y es torero de arte. Torero de exquisito gusto con el capote y dominador con la muleta, al que los imponderables que rigen la Fiesta (económicos, de apoderamiento o golpe de fortuna) le impidió romper en la figura del escalafón a que estaba llamado por nacimiento y ambiente familiar.

En más ocasiones de las deseadas, resulta harto complicada la tarea de reducir a una página la semblanza humana y artística de buen número de biografías. A fuerza de comprimir se pierden en el camino matices que enriquecerían el relato. Es el caso de nuestro protagonista, alejado ya del gesto preocupado en el patio de cuadrillas previo al paseíllo.

ENTORNO FAMILIAR

A la muy taurina cinco de la tarde del martes 17 de septiembre de 1935, Francisca Hita Rodríguez –20 años y raíces en Laujar- dio a luz un bebé al que inscribieron con los nombres de José, Juan y Joaquín. Era el primer parto de feliz término de los ocho que tuvo en su corta existencia de 34 años. El primogénito, Pepín, nació en el domicilio del abuelo paterno de la calle La Estrella, en La Almedina, y creció en casa de la otra abuela y de su tía. Quedó huérfano a la edad de 13 años, viviendo ya en Sevilla.

El abuelo, todo un personaje en el barrio, el Muelle y locales de ocio de la ciudad, fue amigo de cantaores, toreros y jarana. Capitán de la Marina Mercante, propietario de las balandras “Guerrero” y “Luis Matutano”, dedicadas al transporte de todo tipo de mercancías por el Mediterráneo (en ellas estuvo embarcado su hijo). Perteneciente al consorcio de buques del Puerto, era dueño también de barcazas de las que arrimaban barriles al costado de los barcos extranjeros exportadores de uva; práctico del Puerto y capataz. Poseía, además, acciones de la mina “Aquí está el oro”, en Rodalquilar. Amasó una sustanciosa fortuna, pero como los “dineros del sacristán”, lo mismo que vienen se van.

El padre de Pepín, José Guerrero Montoya “Guerrerito”, no logró destacar pese a su probada afición. Muy buena planta y finura, pero de valor andaba justito. La economía familiar le permitió asistir a tentaderos y capeas en el campo salmantino y placearse antes de debutar en la capital en la que creó fundadas expectativas. La mansedumbre del becerro en suerte frustró su presentación el 2 de junio de 1929, con José Serrano, Chico de la Corona y José Luis de la Rosa. En Almería repitió en ocho ocasiones, retirándose en 1940 en un festival a beneficio de los banderilleros Cuqui, Ciérvana y Juan Leal (padre). En 1930 se había presentado con caballos en Alcoy, alternando con Clásico y Aldeano.

El otro referente de nuestro hombre sería su padrino Andrés Mérida, casado con su guapísima tía Isabel. Natural de Málaga, alcanzó notoria fama de novillero. Tomó la alternativa en La Maestranza (30/IV/1930) de manos de Chicuelo y Cagancho de testigo. Ya afincado en Almería su estrella declinó paulatinamente. En 1935 renuncia al doctorado y regresa al escalafón inferior. El Cossío lo define como torero de depuradísimo estilo, aunque de trayectoria desigual. Al fallecer, su viuda marcha a trabajar a Melilla (aquí hizo Pepín su primera comunión), Tánger y Casablanca.

Pepín Guerrero. Cartel, 1952 Pepín Guerrero. Cartel, 1952

Pepín Guerrero. Cartel, 1952 / D.A. (Almería)

ESPONTÁNEO Y SEVILLA

El día de Navidad de 1950 Pepín saltó al ruedo de la plaza de Vílches y le enjaretó dos pases a un novillo de Dolores Azpiroz (lidiaban Paquito Calvo y Miguel Montenegro). Sabiendo el padre las dificultades a superar, cortó de raíz su vocación quinceañera. Lo recogió de Comisaría (entonces en Obispo Orberá) y le facturó raudo a Tánger con la tía Isabel. Pero fue en vano la medida. Al campo no se le ponen puertas y el mozalbete repitió de espontáneo en el coso tangerino.

Éste supo de la exitosa “hazaña” por la prensa (le pusieron seguidamente en una becerrada benéfica siendo ya alumno de la Escuela taurina de la ciudad internacional) y se lo llevó con él a Sevilla. Desde ese momento contó con el estímulo paterno, debutando en un festival en La Maestranza en junio de 1952 y anunciándose en los carteles “natural de Alcalá de Guadaira”. En Marchena debutó con caballos en junio de 1957 encartelado con José Trincheira y Juan García Mondeño.

Los más sonados triunfos los obtiene en Pamplona, Logroño, Zamora, Melilla y en la capital hispalense, con corte de orejas y rabo incluido. En Almería se presenta junto a Antoñito Vera y Pepín Cruz de sobresaliente (24/08/1952), curiosamente con el mismo hierro de su tarde de espontáneo. Repite en la Feria de 1953 y, a pesar de lo ilidiable del encierro, este juicio premonitorio le merece al prestigioso crítico Volapie. En seis ocasiones actuó en la capital y una séptima y última (16/09/1962) en Laujar:

Aquí hay un torero, pero un torero de mucha clase, de inmensas posibilidades, que de no malograrse puede llegar a la cúspide… Hay gracia y soltura en sus lances de capa, en los que se aprecia un temple y un mando nada comunes… hay conocimiento, dominio e inspiración en su muleta… hay en él un banderillero fácil, inteligente, que llena el ruedo de gracia y de emoción…”

Lamentablemente, no alcanzó la cúspide por lo injusto de un negocio taurino en el que no siempre triunfan los mejores. Llegó a torear más de trescientos festejos con y sin picadores, destacando el año 1961 con 60 corridas; amén de una docena de tardes en Francia y festivales en Ginebra y Puerto Rico. Falto de los suficientes contratos, Pepín Guerrero cambió el oro por la plata y se recicló en excelente banderillero. Prueba de su destreza y arrojo fueron los muchos años a las órdenes de, entre otros, Gregorio Lalanda, Parrita (hijo), Paco Alcalde, Sánchez Cubero (hermano del Yiyo), José Luis Bote o Javier Vázquez.

ENASA-PEGASO

Definitivamente, al finalizar el Servicio Militar en Sevilla fija su residencia en Madrid y Alcalá de Henares. En 1966 matrimonia con Guadalupe Ponce Cuesta (sobrina del humorista Miguel Gila), de cuyo matrimonio nacen tres hijos. Tres años después ingresa en la cadena de montaje de los célebres camiones “Pegaso” fabricados por la Empresa Nacional de Automóviles; hizo el Bachillerato y rápidamente, en méritos a su aplicación laboral, ascendió a oficial de 1ª administrativo hasta jubilarse en 1993.

Por la tarde toreaba en plazas cercanas o, con permiso, más alejadas. Presidente y fundador de la peña taurina “Grupo Pegaso”, fue igualmente profesor de la Escuela taurina de Torrejón de Ardoz. Pepín Guerrero Hita disfruta hoy, en Almería, de una merecidísima jubilación y escucha gozoso los tres pasodobles a él dedicados.

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