Perder lo barato les puede salir muy caro

Los manteros se suelen situar en el Paseo Marítimo cada noche Una persona es la que se encarga de vigilar por si viene la policía para dar el aviso y recoger a tiempo la mercancía

Algunos de los improvisados puestos que se pueden ver en las noches de verano a lo largo del Paseo Marítimo de la ciudad.
Algunos de los improvisados puestos que se pueden ver en las noches de verano a lo largo del Paseo Marítimo de la ciudad.
Cristina Ortega

10 de agosto 2015 - 01:00

Cuando cae la tarde y los últimos rezagados recogen sus toallas para irse de la playa, los manteros extienden sus telas blancas sobre las losas del suelo del Paseo Marítimo. Colocan cuidadosamente bolsos, cinturones, zapatillas deportivas, sombreros, pulseras, collares, relojes y hasta fundas de móviles si se tercia. El ya casi extinguido 'top manta' en el que se vendían los últimos éxitos musicales y las películas grabadas de forma destrangis en los cines, han dejado paso a artículos de imitación en los que se puede leer Amporio Armani, en lugar de Emporio Armani, Roy-Bon, en lugar de Ray-Ban o D&C en lugar de D&G. Pero también hay productos que pueden pasar perfectamente como verdaderos, sobre todo camisetas de marcas como Adidas o Nike.

Artículos a bajo precio que llaman la atención de multitud de personas que disfrutan a orillas del mar de una agradable brisa mientras que dan un paseo y se toman unas cervezas o un helado. Difícil resistirse a la tentación de comprar algo o de hacerse una típica trenza de cuero, o incluso algunos que se atreven a trenzarse todo el pelo. Además, si algo le gusta a la gente en este país es el regateo. Lo que siempre se puede ver en mercadillos se hace también y con mayor ímpetu en este tipo de puestos.

Los controles policiales que se despliegan a lo largo del Paseo Marítimo tanto con patrullas a pie como en turismos que pasan lentamente por la vía no impiden a los manteros montar su pequeño negocio. Ellos tienen su propio dispositivo contra la policía. Se trata de un entramado en el que se ayudan unos a otros para que la huida sea lo más rápida y eficiente posible.

Se suelen colocar desde la playa de El Palmeral en adelante, hacia la zona de bares y cafeterías. Siempre hay alguien que se sitúa en los extremos del área donde estás los puestos y avisan por teléfono móvil de la llegada de la policía. Así tienen tiempo suficiente de recoger la mercancía y echársela a la espalda para tirarla a la arena y esconderla debajo del muro del paseo o para irse a las calles colindantes y refugiarse allí mientras pasa el peligro. También hay quienes protegen sus productos metiéndolos en un coche y que deciden marcharse para evitar problemas.

La mayoría son de raza negra, muchos en situación irregular, que llegaron a España cuando había trabajo, sobre todo con el boom de la construcción. Con estos puestos consiguen dinero para mantenerse, pero corren un gran riesgo, porque si la policía les requisa la mercancía tienen que pagarla a quien se la facilita, lo que en muchas ocasiones no pueden hacer y sufren las consecuencias.

Lejos de desaparecer, el fenómeno 'top manta' evoluciona con el paso de los años. Aunque se trate de una venta irregular de productos, por el momento no parece ser un mal para nadie. A altas horas de la madrugada ya es momento de que recojan sus mantas.

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