Un jurado popular juzga a partir de este lunes a un hombre condenado previamente por maltrato que se enfrenta a penas que suman 26 años y cuatro meses de prisión como presunto autor de la muerte de su expareja, que murió tras recibir numerosos golpes en el rostro con una piedra de hormigón.

Fuentes judiciales han informado a EFE de que la vista oral que presidirá uno de los magistrados de la Sección Tercera de la Audiencia de Almería se desarrollará hasta el próximo día 23 de octubre, según el calendario establecido para las declaraciones y práctica de pruebas periciales y documentales. La calificación del fiscal, consultada por EFE, señala que el acusado tenía impuesta una orden de alejamiento de 500 metros respecto de la víctima por un delito de maltrato.

El acusado fue novio de la víctima entre 2017 y agosto de 2020, momento en el que se puso fin a la relación debido al maltrato y durante este tiempo este la instó a no trabajar y a quedarse en casa "movido por los celos". A pesar de la orden de alejamiento, entre abril de 2021 y el momento de la muerte de la víctima, habría intentado forzar encuentros para retomar la relación, con "total desprecio a la resolución judicial impuesta" y para "coartar la tranquilidad emocional" de la mujer.

Según el fiscal, acudió de manera continuada a los domicilios y casas en los que la víctima trabajaba y la esperaba para acecharla a la salida del trabajo, por lo que ella tuvo que cambiar el recorrido que hacía de forma habitual, "perturbando el desarrollo diario de su vida cotidiana, así como el de las compatriotas que trabajaban con ella".

Múltiples e incesantes golpes

El 5 de junio el acusado la habría esperado en el inicio de la calle Pintor Rosales de Roquetas de Mar, donde presuntamente había llegado con una piedra de hormigón de cinco kilos para "causarle una muerte cierta". Así, entre las 23:45 horas de dicho día y las 00:16 horas del siguiente, se habría encontrado con la víctima, habría sacado esta piedra que llevaba oculta en una chaqueta negra de forma "súbita e inesperada" y, sin que la mujer pudiese defenderse, le habría propinado "múltiples e incesantes fuertes golpes en el rostro". Todo ello para, asegura el fiscal, aumentar de manera intencionada y "desproporcionada" el dolor que sufría la víctima, a la que habría dejado en la vía pública tras lograr hundirle y desfigurarle el rostro.

El Ministerio Público acusa al hombre por un delito de asesinato, otro de quebrantamiento de condena, y otro de coacciones, con las agravantes de parentesco y discriminación por razón de género en el caso del primero. Por el primer delito solicita 25 años de prisión, libertad vigilada durante 10 años y una orden de alejamiento durante 30 años respecto de los tres hijos de la víctima, mientras que por el segundo se enfrenta a un año de cárcel, y a cuatro meses más de prisión por el tercero. Pide, asimismo, que indemnice con un total de 300.000 euros a los hijos de la fallecida.