Crónicas desde la ciudad

Plaza Pavía (y IV): Relampaguito y Gaspar Vivas

  • Tras los escritores María Pérez Enciso y Fermín Estrella -fallecidos ambos en el exilio-, otros dos ilustres vecinos del barrio surgido en el ensanche obrero del Reducto ocupan el artículo final.

Estatua de Relampaguito frente a la plaza de toros de Almería.

Estatua de Relampaguito frente a la plaza de toros de Almería.

Finiquito el recorrido urbano, histórico y sentimental por el extenso ensanche obrero a Poniente, iniciado a mediado el siglo XIX siguiendo las directrices del arquitecto municipal Joaquín Cabrera y su tipología de casas de una planta, de las llamadas de “puerta y ventana”. Otros dos personajes del barrio nucleado alrededor de la Plaza Pavía ocupan el artículo final. 

Julio Gómez Cañete “Relampaguito” nació el 24-XI-1884 en la calle Encuentro nº 2o, al norte de la populosa plaza. Se trata sin duda del torero almeriense de mayor renombre en el escalafón profesional de todos los tiempos. Iniciada su andadura en una cuadrilla infantil creada por el novillero Francisco Aloy “Caldera”, ascendió a primer espada al retirarse Amador López “Borinqueño”. En 1902 se presentó con picadores en Almería y en 1904 en Madrid. El 28-VIII-1907 recibe la alternativa de manos de Ricardo Torres “Bombita” y Machaquito, lidiando y desorejando a Algarrobito, del marqués de Saltillo. El doctorado lo confirma en Madrid el 24 de octubre del mismo año frente a Gazapito, de Luis Da Gama, con Bombita y Rafael el Gallo de oficiantes. 

Aunque con dos anecdóticas reapariciones posteriores, se retiró formalmente en la Feria agosteña de 1930, lidiando a Solitario, primero del encierro de María Montalvo. En premio a la gran faena realizada fue llevado a hombros hasta su cercano domicilio de c/. Restoy (esa tarde otros dos paisanos figuraban en su cuadrilla: Antonio Ferrer “Pastoret II” y el picador Juan Colomina). De ahí partió el féretro tras su fallecimiento el 28 de octubre de 1947. 

Además de inaugurar las plazas de Berja, Tabernas, Huércal Overa, Guadíx y La Felguera (Oviedo), conceder cuatro alternativas o que obtuviese el segundo rabo otorgado en el coso de la Avda. de Vílches, la afirmación de que Relampaguito ha sido el diestro más emblemático y de mayor proyección nacional viene avalada por cifras contrastables.

Dos peñas a su nombre en la capital y un club en Cartagena; siete pasodobles dedicados, dos descendientes becerristas (Miguel y Julio); Trofeo Municipal “Alcazaba de Oro” y varias temporadas haciendo las américas (Méjico y Uruguay: 37 festejos contratados), Francia, Portugal, Orán y toda la geografía española. 

Con 58 comparecencias, ha sido el almeriense que más veces ha hecho el paseíllo sobre el albero capitalino; mientras que en Madrid lo realizó en 36 ocasiones. Una estatua perpetúa su memoria frente a la puerta principal de la plaza natal tantas veces traspasada en tardes de éxito. Al margen de los ruedos, Julio Gómez Cañete, casado con Amelia Vigar, residió en la alpujarreña Alhama, donde ejerció de empresario agrícola y fue concejal de su ayuntamiento

Himno oficioso de la ciudad 

Es cierto que el “Fandanguillo de Almería” sigue escuchándose, pero el nombre de su autor, Gaspar Vivas Gómez –primo de Relampaguito-, prácticamente se borró de la memoria colectiva. Solo la placa que la AA.VV. Casco Histórico colocó en la casa que habitó en Plaza Pavía y una calle en los alrededores del “Maestro Padilla” testimonian su presencia. 

Aplaudido por la prensa madrileña y catalana (ABC, Blanco y Negro, El Heraldo, La Vanguardia, Radio Barcelona, Radio Ibérica) y ensalzado por tratadistas del género castizo, no gozó del carisma de un José Padilla, aunque fue igual de concienzudo y metódico a la hora de pautar el pentagrama. El permanecer alejado largas temporadas tampoco ayudó a acrecentar su popularidad entre los paisanos. No obstante, al establecerse definitivamente sí que gozó del general respeto de los colegas de por aquel entonces: Rodríguez Clemente, Francisco Gomis, Ortiz de Villajos, Leseduarte, Rafael Barco, Algarra… Prueba de ello es el banquete-homenaje que en el Hotel Simón le brindaron en febrero de 1922 con motivo de uno de sus viajes relámpago a la ciudad. 

Los principios guitarrísticos de Gaspar Vivas fueron flamencos antes de pasar a componer Zarzuela

Autodidacta, como tantos otros cultivadores de la musa popular, su capacidad compositiva se puso de manifiesto en 83 temas registrados en la Sociedad de Varietés y de Autores Españoles: zambras, pasodobles, fandangos, fandanguillos, jotas, cuplés, etc. Tales registros (de 1954 a 2001) fueron muy tardíos puesto que las canciones son de los años treinta; figurando como beneficiarios de sus derechos los herederos de su hermano Juan (con el firmó el Fandanguillo para eludir ciertos inconvenientes con su casa discográfica) y del Maestro Quiroga: Gitanilla Primavera, El último Fandango, El tiempo es oro y Costa del Sol (en colaboración con D. Paco Gomis); La Alcazaba, Gilí, La babuchera mora y La Capuchinera (con Rafael Barco), Gitanillo (la primera que grabó), El hijo del General, Fátima, Copla minera, La Canastera, Sevillana y Campanera, Tus ojitos negros, Percheleras, etc.  

Primeros pasos musicales

Los inicios de Gaspar Vivas fueron netamente flamencos: guitarrista de El Marmolista en sendos mano a mano (finales de 1896) con Canario chico y Juan Breva. La vocación afloró en sus años mozos y a élla no sería ajena el castizo entorno de la Plaza Pavía. Pronto dispuso de una modesta guitarra y a partir de entonces su natural intuición musical hicieron el resto. Solo quedaba arrimarse a los viejos aficionados del barrio para embeberse de todos y cada uno de los estilos jondos. Con ese bagaje alzó el vuelo y vino a aterrizar en Cartagena (entonces en pleno auge minero), recién cumplidos los17 años, a ganarse el sustento como buenamente pudo. Atraído igualmente por el drama y la comedia, asistía al Teatro Principal de la ciudad departamental. Ahí cambió su vida profesional al enrolarse como cantante corista en una compañía de zarzuelas, marchando con ella a Madrid. En la capital se casó con la antequerana Encarnación Gálvez García, de la que no tuvo descendencia.

Inauguración de la placa a Gaspar Vivas. Inauguración de la placa a Gaspar Vivas.

Inauguración de la placa a Gaspar Vivas.

El maestro Calleja supo de sus habilidades y le encargó un tema a ritmo de tangos granadinos para la zarzuela “El chato del Albaicín”. Fue su partida de bautismo en el mundo de las variedades, del cuplé y del vodevil picante, de las zambras y coplas aflamencadas. El libreto de la revista “Música, luz y alegría” resultó su segundo trabajo; no cobró pero a cambio vio publicada su foto, por primera vez en su carrera, en las páginas de El Heraldo. El tercero se lo encomienda el maestro Luna para “El club de las solteras”, revista de notable éxito en los madriles y giras provinciales. Sólidamente instalado, devengados ingresos por derechos teatrales y discográficos y un horizonte profesional despejado, al quedar viuda su madre se la trajo de Almería a su casa madrileña.

En 1913 Dora la Cordobesita estrenó el Fandanguillo –su mayor éxito e himno oficioso de la ciudad- en el teatro Romea de Madrid; refrendándolo en Almería el 27-VI-1913 en el Variedades y al siguiente en el Trianón, de la Plaza Circular. Desde su inauguración fue la sintonía de EAJ 18 Radio Texaco-Almería y de “cantar” las horas en el carrillón de la Casa Consistorial. Primogénito de Gaspar y María del Mar, había nacido el 30-XI-1872 en la c/. Encuentro y falleció en la Plaza Pavía el 15-V-1936.

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