Crónicas desde la ciudad

Plaza Pavía (III): María Enciso y Fermín Estrella

  • El entorno de la Plaza Pavía ha sido (y es) cuna de laboriosas y honradas generaciones. Y de personajes cuya fama traspasó el ámbito provincial, caso (hoy) de María Enciso y Fermín Estrella

Fermín con sus hijas

Fermín con sus hijas

Vivo en ti contemplando / tu presencia. / Siempre sola y lejana, / tierra mía. / Por la dura injusticia, / traspasada…

La estrofa pertenece a un soneto publicado en “De mar a mar” por María Pérez Enciso y ha sido musicada por Sensi Falán, quien lo ofició en primicia en una singular cena/recital en el Baraka Almedina, al pie de la Alcazaba. La exquisita cantautora de La Chanca nos cautivó con una interpretación plena de sensibilidad. Emoción a flor de piel que la propia María habría soñado para un pentagrama de su palabra escrita.

Escritora de la Generación del 27, la desarraigada mujer falleció prematuramente en México DF, en cuyo Panteón Español está enterrada. De soledad y tristeza, bebiendo el cáliz amargo del exilio, siempre recordando a una patria chica que prácticamente la borró de su memoria. Afortunadamente, dos puntuales iniciativas abogaron por su recuperación, caso de la biografía de Arturo Medina (Diputación, 1987) y quien esto firma con el monográfico “Una poeta en el olvido” (IEA, 2012).

La pasada semana nos dejó Paco Montoya, la voz de Pescadería. El último radiofonista artesano

En diciembre de1903 tuvo lugar el matrimonio de Francisco Pérez, maquinista naval, y Dolores Enciso, perteneciente a la burguesía local. La joven pareja se instaló en la calle San Ildefonso y ahí nació Mª de los Dolores el 31 de marzo de 1908. A ella le siguieron Francisco y Guillermo.

Viviendo en la casa materna de c/. Pedro Jover, en 1923 ingresó en la Escuela Normal de Maestras y en el curso siguiente se matriculó en la Normal de Barcelona, donde concluyó la carrera de Magisterio. María frecuentó la Residencia de Estudiantes de Ríos Rosas; cenáculo intelectual en el que cimentó su vasta cultura y admiró a la poetisa chilena Gabriela Mistral. Se casó con el empresario Francisco del Olmo; matrimonio fallido tras nacer en 1937 Rosa, su única hija y de la que no se separaría hasta el final. En Cataluña militó en UGT y PSUC, en el que utilizó el seudónimo de “Rosario del Olmo” el tiempo en que fue responsable del gabinete de Prensa Extranjero comunista. Junto a una representante de CNT-FAI, dirigió por tales fechase el Institut d` Adaptació Professional de la Dona.

Siempre huyendo

Ante la inminente toma de Barcelona por las tropas franquistas, en enero de 1939 ganó la frontera francesa por Cerbére en calidad de delegada de Evacuación. Tras los horrores de la guerra el drama personal irá en aumento, debiendo huir por Europa llevando de la mano a su hijita. El doloroso encargo consistió en la recogida de niños españoles hacinados en miserables condicione en distintos campos de refugiados para ser entregados en adopción a familias belgas. En tan hermosa tarea se hallaba cuando la Alemania fascista ocupó Bélgica. Y vuelta al nomadeo. Pasaron a Francia y de aquí a Inglaterra. El proyecto humanitario quedaba truncado y sólo entonces buscó su propio bienestar y libertad en el exilio americano.

María Enciso, biografía María Enciso, biografía

María Enciso, biografía

En un convoy marítimo arribó a Barranquilla. Y de allí a Bogotá, donde residió casi un lustro acogida (1940) por la colonia de expatriados españoles y ejerció el periodismo aprendido en Barcelona,. En la capital bogotana colaboró en Sábado, Revista de las Indias y Tiempo, abordando temas “serios” y columnas livianas; o de moda femenina en el semanario Paquita del Jueves (Méjico) y Diario de la Marina (La Habana). En Colombia publicó sus dos primeros libros: Europa fugitiva (en el que narra su azarosa etapa) y Cristal de las Horas. En 1945 se afincó en México DF., donde ejerció de maestra y redactora de El Nacional y Las Españas y editó el poemario “De mar a mar”, amén del ensayo “Raíz al viento”. Diagnosticada de apendicitis, una mala praxis quirúrgica llevó a la tumba a Mª de los Dolores Pérez Enciso en marzo de 1949, mes en el que cumplía 41 años de edad

De la plaza Pavía a Argentina

En el nº 9 de la Plaza Pavía un placa de la AA.VV. Caco Histórico y Ayuntamiento recuerda al ilustre vecino Fermín Estrella Gutiérrez: “Una casita que hoy está ocupada -en palabras suyas- por una modesta panadería”; propiedad de su abuela María, donde nació el 28-X-1900. Y evocaba su cuna: “Aquella plaza, cuadrada y con una fuente redonda en el centro, llena de agua casi hasta el borde y algunas piedras en el fondo. De la construcción de mampostería que surgía en el medio de la fuente, salía un caño del que manaba un agua pura y cristalina“. Fermín, el padre, vicecónsul de Ecuador y Cuba, decidió emigrar a América al quebrar financieramente. Junto a su esposa Dolores, abuela y cuatro hermanos, zarparon en abril de1910 rumbo a Argentina en el trasatlántico “Atlanta”.

Allí estudió Magisterio y “de maestro he llegado a viceministro de Educación en Buenos Aires y vocal de Instrucción. Me jubilé como profesor titular en Filosofía y Letras… Al margen de esto he publicado cuarenta libros (poesía, cuentos, viajes, memorias, ensayo, historia literaria y discursos)”, manifestaba con motivo de su segunda visita a Almería. Fundador y presidente de la Sociedad de Escritores Argentinos, vicepresidente de la Academia Argentina de las Letras, embajador literario; miembro correspondiente de la Academia de las Letras de México, Honduras y Venezuela, enamorado de España y añorante de su Almería… Todo un personaje al que no se le ha hecho justicia. Por no tener, ni una calle tiene, ni (salvo Claro cristal de Luna) se han reeditado sus libros.

En enero-marzo se cumplen 70 y 29 años del fallecimiento de María Pérez Enciso y Fermín Estrella

Amigo de Neruda y Borges, a principios de 1929 regresa a España, siendo atendido y agasajado en Madrid por encumbrados literatos, incluida, presumiblemente, Carmen de Burgos. Realiza una visita relámpago a la ciudad y el 3 de marzo un grupo de amigos lo agasajó con un banquete íntimo: “A nuestro paisano, el joven escritor, poeta de mérito y profesor de Literatura”. Tras la lectura de unas cuartillas de Azorín, el homenajeado pronunció un emotivo discurso henchido de nostalgia. A final de mes partió de Vigo hacia Río de la Plata.

Su segunda y última visita tuvo lugar en noviembre de 1974. El miércoles día 6 dictó una conferencia en la Casa de Cultura Villaespesa (“La Almería de principios de siglo”); repitiéndola al día siguiente en el Casino Cultural. Acompañado por su esposa, el momento más satisfactorio para ambos coincidió con la comida campestre organizada por simpatizantes y familia –con música flamenca a cargo del guitarrista Manolo de las Arenas- en el Marchal de Enix, solar de sus abuelos maternos. Antes de partir, a modo de despedida eterna nos dejó sus reflexiones y consejos de almeriense herido por la distancia. Falleció en Buenos Aires el 18 de febrero de 1990:

Cuidad que la vieja Almería no muera del todo. Salvad los lugares y las casas que aún quedan en pie de una Almería que el llamado “progreso” va destruyendo de prisa, inexorablemente. Salvad el alma de Almería… Me voy a ir y siento un frío de muerte al pensar que te vas a quedar lejos en el horizonte. El niño que llorara sin causa en tu Plaza de Pavía, te llevará más dolorosamente aún en su corazón. Campana de la Vela, sacudiendo amargamente la noche. Silencio de tus calles. Calor, hondo calor, de lágrimas...

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