La Plaza busca una nueva generación de clientes en su desafío vespertino

Cogieron las maletas rumbo al mercado provisional hace ocho años, como quien dice, en la búsqueda de un mejor futuro que consolidara sus negocios, con propósitos e ideas claras que se habían fraguado una década antes. El tiempo pasa rápido y, a veces, llega a acomodar, pero mañana, de nuevo, la Plaza se desafía así misma en la búsqueda de esa clientela de los nuevos tiempos que garantice su supervivencia. Ha costado, y de hecho lo hará de manera tímida -con menos vendedores de los esperados como avanzadilla-, si bien todo está dispuesto para que mañana el Mercado Central empiece a funcionar también en horario vespertino.

La actividad comercial por las tardes fue uno de los compromisos acordados entre los vendedores de la Plaza y el Ayuntamiento de Almería antes de abordar las obras de rehabilitación que, con una inversión superior a 14 millones de euros y una reforma que acaba de recibir el Premio Arco de Arquitectura, devolvieron a la ciudad una infraestructura modernizada a la que aún le falta el paso de una gestión también renovada. El nuevo horario a estrenar este jueves, desde las 8:00 hasta las 15:00 horas y desde las 17;00 hasta las 20:30 horas, es desde luego ese esperado salto, que se ha hecho rogar. Dos han sido los motivos principales, el retraso en la instalación del supermercado en la planta sótano y, sobre todo, la división de los propios comerciantes.

La asociación que los representaba se evaporó por conflictos acumulados ya en el mercado provisional de carretera de Ronda y tampoco el Ayuntamiento ha sabido, o ha podido, hallar la fórmula de la unión para adentrar en esos nuevos tiempos a la Plaza en su totalidad. No todos los vendedores están conformes con la apertura vespertina, y eso que pagan religiosamente al Consistorio tasas con precios superiores al de otros mercados minoristas por las prestación de servicios vespertinos.

Mañana, de hecho, cuando la Plaza abra por primera vez sus puertas por las tardes, lo hará de forma tímida. Solo una decena de puestos, en su mayoría de verduras y carnes, considera que es un riesgo que deben asumir en pro de superar la clientela envejecida que va desapareciendo y en pro de conquistar a unas familias consumidoras más jóvenes, caracterizadas por la incorporación de la mujer al mundo laboral a la que le es dificultoso realizar sus compras en horario de mañana. A excepción de las pescaderías, que ninguna abrirá, se les suma otros puestos (5) que abrirán este primer jueves y días puntuales en función de sus posibilidades y con miras a obtener cierta rentabilidad durante la campaña de Navidad. Luego, como dicen, "Dios, sabrá..."

Se espera que estos primeros puestos abiertos remolquen a la mayoría que ya ha comunicado de antemano que no abrirán por las tardes (57 en total). Motivos, al igual que los que secundan la medida, también tienen. Los mostradores de la Plaza son pequeños negocios familiares, atendidos por matrimonios, hermanos, padres e hijos... Su jornada laboral comienza a las seis de la mañana e incluso a las cuatro, tardan dos horas en montar y otras dos en desmontar, por lo que el nuevo horario les supondría subir una jornada de 12 horas hasta 18. A ello, agregan cada uno sus circunstancias: repartos domiciliarios por las tardes, hijos a los que atender o compras de género, más la imposibilidad -o la duda sobre el margen de beneficio vespertino- como para contratar a un dependiente.