Almería

En el Poniente se localiza el mayor negocio de la provincia

  • Las zonas más complejas están en Roquetas de Mar, donde están los clubes clandestinos en cortijos

Junto al tráfico de drogas y de armas, la trata de personas, principalmente mujeres explotadas sexualmente, constituye uno de los negocios criminales más lucrativos. En la provincia de Almería este fenómeno delictivo existe y se concentra básicamente en la comarca del Poniente, aunque también se localiza en la zona del Levante e incluso en otros puntos cercanos a la capital que están bajo el punto de mira de la Policía Nacional.

Atrapadas en un burdel de carretera, en un salón de masaje, en una residencia privada, en chabolas y cortijos insalubres entre invernaderos o incluso en inmuebles ocupados de forma ilegal, es la imagen que traslada la Policía sobre los asentamientos de las redes de explotación sexual que operan en la provincia y que desde la creación de la UCRIF en Almería (Unidad contra redes de inmigración y falsedades documentales), en el año 2001, se han logrado reducir a la mínima expresión, como así trasladan desde la Comisaría Provincial.

En la comarca del Poniente se localiza el mayor negocio de la prostitución de la provincia, tanto en clubes regulados como en clandestinos e incluso de prostitución callejera. En Roquetas destaca la prostitución susbsahariana, especialmente en Cortijos de Marín, donde la Policía asegura que es "muy difícil erradicarla por estar muy jerarquizada". En El Ejido, la rusa en bares de copas es la más frecuente. La situación en este municipio cambió completamente a raíz de la Operación Zarpa en el año 2006. Desde entonces, los agentes han llevado a cabo casi 3.000 detenciones, entre proxenetas, chicas que estaban en España de forma irregular y clientes por algún tipo de infracción o delito.

En aquellos años, el municipio era un auténtico "mercadillo de abastos de mujeres" y después de la intervención policial, las redes de explotación sexual se quedaron en la mínima expresión. Se fueron yendo a pisos, que es hacia donde ha derivado el sector, también a establecimientos clandestinos, cocheras, zonas rurales y chabolas que son convertidas en bares, donde las chicas viven en condiciones "muy penosas", según explicaron desde la Comisaría Provincial.

El Levante, especialmente en Vera y Huércal-Overa, también aglutina una importante cantidad de casas de alterne conocidas. La actividad se ejerce sobre todo en clubes de plaza o carretera con mujeres de nacionalidad sudamericana y rumana en su mayoría.

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