Cuatro premios otorga este año Diario de Almería a personas de la provincia que destacan por su trayectoria, su vida ejemplar, su proyección internacional o su arte en el ámbito de la cultura. Los galardonados recogerán la merecida distinción en una gala que tendrá lugar el próximo día 11 de noviembre. Para el jurado ha sido difícil decidir a quiénes entregar el preciado reconocimiento en esta ocasión en la que además este periódico celebra su 14 Aniversario, pues son muchos los merecedores en las distintas categorías.

El premio con justificación en la “Proyección Internacional de Almería” se honra esta ocasión con su otorgamiento al hostelero José Mª Rossell Recasens por su enorme gestión empresarial, en el sector turístico de esta provincia, en la que instaló su hogar y el centro de su actividad negocial hace ya décadas. Un premio muy merecido porque Rossell no solo fue uno de los pioneros más creativos y exitosos en el turismo almeriense, sino que tuvo la agudeza e inteligencia de visionar el futuro de una tierra como era aquella Almería aldeana de los años sesenta aún sin infraestructura, alcantarillados, ni agua corriente y en la que, con cincuenta años menos que hoy, ya ideó comprarse una burra para pasear por las playas a los escasos visitantes. Fue un visionario de aquella novedosa actividad que hoy conocemos como Turismo, o sea el viajar por placer, cuando hasta entonces solo se viajaba para guerrear, buscar trabajo o reiniciar la vida en otro lugar, pero no por el gusto de conocer otra gente, otra cocina, otra cultura o ambiente.

Rossell fue un visionario de la actividad de viajar en los 60, lo que hoy se conoce como Turismo

El Jurado otorga el premio del Diario de Almería por “Una vida ejemplar” al médico almeriense Ramón Fernández Miranda, dermatólogo y académico, filántropo y humanista con un incalculable catálogo o historial curricular tanto en obras como en amores y desvelos por el bienestar de sus conciudadanos almerienses. Por la consulta del doctor Fernández Miranda han pasado durante los últimos cuarenta años más de cien mil almerienses, mientras que llegaban noticias reiteradas sobre su colaboración con la Delegación de Salud, la OMS y la UNESCO o la Distinción ALAL de la Asociación de Enfermos de Lupus de Almería, etc.

Ramon Fernández Miranda, dermatólogo

Menos conocida, aunque no menos loable, ha sido su dedicación académica para impartir más de 60 cursos o decenas de ponencias técnicas además de múltiples publicaciones en revistas y libros de la especialidad. En definitiva que ha desplegado una dedicación profesional tan ejemplar como incansable, porque mientras tuviera un paciente que atender no cerraba su consulta, que cada día abría al alba y mientras regaban las calles. Una consagración vital y entrega vocacional que solo son capaces de aguantar aquellos galenos que han priorizado la filantropía por encima del utilitarismo, o sea ese tipo de doctores ejemplares que han interiorizado y hecho suyo aquel sueño íntimo y secreto de Hipócrates de poder, a fuerza de tesón, vencer a la enfermedad por rebelde que fuere y, si falta hiciera, salvar algún día de la misma muerte a todos quienes se pueda, sin distinción.

Por la consulta del doctor han pasado en los últimos 40 años más de 100.000 almerienses

El jurado de Diario de Almería ha entendido que la sociedad almeriense está en deuda con este sabio y médico virtuoso, que ha sabido sumar a su pericia médica, una sobriedad y templanza filantrópica, más tributarias del humanismo altruista que del narcisismo rampante al uso.

El "Premio Sociedad o a una vida ejemplar” se ha otorgado al actual Obispo de Getafe, Excmo. y Rvdmo. Ginés Ramón García Beltrán, atendiendo así al clamoroso reconocimiento de su incansable y brillante labor pastoral que han glosado las comunidades católicas más proactivas de la provincia. Se reconoce una trayectoria rebosante de implicación institucional, social y religiosa de la Iglesia, siempre atenta y cercana en el devenir eclesial de las comunidades católicas provinciales, que hoy ha merecido el unánime acuerdo de éstas, para ser distinguido como ejemplo y faro del mundo católico moderno y proactivo.

Ginés García Beltrán, obispo de Getafe

El obispo García Beltrán nació el 3 de octubre de 1961, se crió en Húercal-Overa (Almería), y tras licenciarse en la Facultad de Teología de Granada, fue ordenado sacerdote el 20 de septiembre de 1985 y seguidamente obtuvo el doctorado en 1986, en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma en Derecho Canónico especializado en Derecho Matrimonial así como en la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

El obispo tiene una trayectoria rebosante de implicación social, institucional y religiosa

Vuelto a su tierra, fue primero párroco de Santa María de Mojácar y luego vicerrector y director espiritual en los Seminarios Menor y Mayor además de profesor de Religión en diferentes institutos y capellán de las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús y capellán de las Religiosas de la Divina Infantita y consiliario del Movimiento de Profesores Cristianos, además de Delegado episcopal del colegio San Ildefonso, Promotor de Justicia en el proceso de los mártires de Almería y Delegado episcopal del Sínodo Diocesano. Con tan fructuoso currículo sacerdotal, en 1996 se le designó vicario general y moderador de Curia así como canónigo doctoral en la Catedral de Almería durante cinco años.

Laura Diepstraten

Y el “Premio a la Cultura” se le ha concedido a la poeta compositora y cantante almeriense, Laura Diepstraten, quien ha ganado, con solo 14 años, la primera edición del International Low Vision Song Contest, el nuevo festival de Eurovisión para artistas ciegos. Se alzó con el triunfó con la canción “Otra visión” escrita, interpretada y cantada por la gran artista.

Con solo 14 años, Laura Diepstraten ha ganado la primera edición Low Vision Song Contest

Su canción premiada en Eurovisiòn cautivó tanto por su música como por su letra y su forma de cantarla, desnuda de arreglos técnicos, solo con su voz y su piano, sin dejar de sorprender la fuerza limpia de su mensaje poético, cuya estrofa principal canta que “Hay que soñar, volar, imaginar para poder observar lo que otros pueden ver con solo mirar”.