Primera persona del verbo vivir

PACO cruz es un embajador de la vida. Donde se encuentre ahora, seguro que reparte saludos, abrazos y todos los sinónimos de la palabra alegría. Recorrerá las calles que ahora lo acojan hasta hacerlas su guarida y es que, siempre se resguardó de los inviernos que tan a menudo, nos reserva el verbo vivir, en la cara más feliz de la vida. Se refugió en las calles de Almería. Porque Curri siempre pensó que la mejor manera de guarecerse de las tormentas de la vida era a la intemperie. Empapándose de sol, y de amigos, y de levantes, y de ponientes. Anegado de conversaciones y risas vivió hasta al final, sin ceder un milímetro a los sinsabores. Sin dejar sabor alguno por probar.

Querido paco. Espero que tengas tiempo de leer este artículo en tu nuevo refugio. Así sabrás que hasta las paredes de la redacción ya te echan de menos. Nadie llega ya a media mañana para inundar la jornada de risas, saludos personalizados y algún regalo. Los programas en el exterior han perdido tu voz y los ágapes su musa.

Quedamos tristes, taciturnos, desnortados. Pero tranquilo. Intentaremos seguir tu senda. La de aquel que, aún jubilado, nunca abandonó las paredes de esta redacción. Ojalá podamos transitar el camino que nos has mostrado: La ruta del amor a la radio, de la pasión por esta profesión.

Monsieur le Curri. Así te he saludado tantas veces. Por eso lo escribo aquí. Para que desde las hemerotecas no deje de repetirse y se convierta asi en un saludo eterno.

Seguro que ya has sido nombrado embajador de la vida en la difícil corte de la muerte. Ya habrás llevado allí tu vitalidad. Ya estarás enrrolado en la tripulación de la radio que allí haya. Y como siempre tendrás una chanza, un chiste y te estarás burlando de una muerte que a esta hora, a deshora, no sabrá qué hacer con tanta vida.