Primera singladura oficial del 'Sea Dream', catamarán para recreo y ocio

La empresa Ola120, propietaria del barco, señala que su objetivo es "vivir experiencias inolvidables y para ello tenemos lo más importante: un Parque Natural único y excepcional"

Primera singladura oficial del 'Sea Dream', catamarán para recreo y ocio
Primera singladura oficial del 'Sea Dream', catamarán para recreo y ocio
Ricardo Alba

08 de septiembre 2014 - 01:00

Antonio Ruiz Sáez, toda la vida en la mar "siempre en la pesca, un trabajo muy duro, meses fuera de casa", es el capitán del catamarán 'Sea Dream', un barco construido en los astilleros de Garrucha que en lugar de uno lleva dos cascos unidos por la cubierta lo que le permite más manga, 6 metros por 15 de eslora, "y lleva prácticamente todo doble: dos motores, dos timones, para navegar tiene más estabilidad. Es un barco para el ocio, de recreo, de entretenimiento. Lleva 610 caballos, potencia más que suficiente". La conversación en la cabina de mando del barco lleva rumbo Sur, 185º, 8 nudos. Es el primer viaje oficial del 'Sea Dream', una singladura que comenzó en Carboneras, hizo puerto en Garrucha y fondeó frente a la costa de Mojácar.

Un capitán, un mecánico y un marinero, completan la tripulación del barco destinado como así lo señalan desde la empresa Ola120, propietaria de la embarcación, "a que esté en funcionamiento a lo largo de todo el año ofertando excursiones por el Parque Natural Marítimo Terrestre Cabo de Gata-Níjar; visitas educativas para centros escolares e incluso su alquiler para eventos, como bodas, cumpleaños, fiestas, pero sobre todo poder conocer los innumerables rincones, playas, calas y lugares vírgenes de la costa almeriense. Nuestro objetivo es que puedan vivirse unas experiencias inolvidables. Tenemos lo más importante a nuestro alcance: un Parque Natural único y excepcional". Todo un privilegio.

Así lo entienden y consideran las personas que se han embarcado en el 'Sea Dream' en el día de su primer viaje oficial por el litoral carbonero-mojaquero-garruchero. Los más pequeños no paran de subir y bajar de una a otra cubierta. En la superior, sin resguardo y a la intemperie, quien más quien menos aprovecha para tostarse un poco más al sol. La cubierta inferior dispone en la popa de una barra, el lugar adecuado para saciar la sed y aliviar el calor. Precisamente por popa, dos embarcaciones de no más de ocho metros con potentes motores, levantan la mar con sus proas. Dejan estelas a su paso y ondean largas melenas femeninas todas rubias, curioso. El oleaje apenas se percibe a bordo del 'Sea Dream'. El barco es cómodo, en sus mesas entablan conversaciones desconocidos de toda la vida pero ocasionales compañeros de singladura por unas horas. Las charlas son ligeras como las prendas de todos y cada uno de los pasajeros. El calor hace mella pese a la brisa, al viento de proa, de proas en este caso.

El capitán y resto de tripulación cuidan permanentemente de cualquier detalle, de que todo esté a gusto del pasaje. Nada puede fallar en el primer viaje oficial del catamarán de impresionante diseño, blanco como algunas gaviotas blancas, no todas porque la suciedad en la lámina de los puertos ensucia al pájaro que se atreve a zambullirse en sus aguas. Pese a la alta temperatura ningún pasajero decide lanzarse al mar una vez el 'Sea Dream' permanece fondeado frente a las costas de Mojácar. La música programada por un DJ ancla en sus asientos a los turistas que disfrutan de una plácida quietud. Los motores ronronean con cadencia inductora al amodorramiento. ¿Por qué hemos de regresar? "Por el tiempo. Esta tarde hemos de estar en Carboneras", indica el capitán, "tenemos que embarcar a un grupo que quiere visitar la zona de Aguamarga hacia San José". Se levan anclas, las máquinas propulsan el barco, los pasajeros regresan a la cubierta superior. Garrucha se divisa al fondo, su puerto, el Castillo, la Chimenea, la

Virgen del Carmen, las playas pinceladas de sombrillas. El 'Sea Dream' finaliza su primer viaje oficial en aguas mediterráneas del Levante almeriense.

stats