El presunto asesino que acabó con la vida de su expareja sentimental en Berja el pasado sábado ingresó ayer por la mañana en la prisión provincial El Acebuche. Tras prestar declaración en el juzgado, el juez decretó prisión comunicada y sin fianza. Según confirmaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía a Diario de Almería, el marroquí de 41 años identificado con las iniciales H. B., está imputado por un presunto delito de asesinato, quebrantamiento de condena y amenazas. Cabe destacar que ya contaba con una condena anterior tras haber sido denunciado por la víctima hace un mes por violencia de género. El juez determinó en un juicio rápido de faltas una orden de alejamiento durante tres meses (acababa el día 21 de octubre) y un arresto domiciliario que cumplió sin contratiempos bajo control policial el pasado día 30 de julio (tres días antes de cometer el crimen).

Tras haber pasado 48 horas detenido en el cuartel de la Guardia Civil, el autor del crimen llegó a los juzgados bajo fuertes medidas de seguridad. Lo hizo en un furgón policial y esposado, a cara descubierta. La Comandancia envió al municipio a la Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC), que tuvo que intervenir para controlar a un grupo de familiares y vecinos que se acercaron hasta el juzgado para increpar al arrestado e intentar llegar hasta él.

Antes del mediodía, la propia Guardia Civil trasladó a H. B. hasta la cárcel de Almería, donde permanecerá hasta el día que se celebre el juicio por el asesinato de Mari Carmen Marín.

Cabe recordar que el autor del crimen fue detenido 24 horas después de cometer los hechos en un cortijo del término municipal de Dalías, donde huyó tras acuchillar a sangre fría a la que había sido su pareja sentimental. Tras la publicación de la fotografía en este periódico, un vecino de la zona lo reconoció y de inmediato alertó a la Guardia Civil, que había establecido un dispositivo de búsqueda en toda la comarca del Poniente.

Según ha trascendido de la investigación, H.B. estaba en posesión de las llaves del domicilio de la fallecida, donde entró para esperarla tras haber maquinado presuntamente cómo iba a acabar con su vida. Mari Carmen Marín llegó a su casa sobre las 06:45 horas de la mañana y allí ya le estaba esperando su verdugo. Fue un vecino del pueblo, que precisamente acompañaba a la víctima esa mañana, quien alertó a la Policía Local al escuchar los gritos. Cuando los agentes llegaron la joven ya había fallecido y se encontraba en medio de un gran charco de sangre. A partir de entonces se activó un fuerte dispositivo policial para localizar al sospechoso. La investigación concluyó con la detención, al día siguiente de haber cometido el crimen.

Numerosas manifestaciones de repulsa y rechazo a cualquier acto de violencia contra la mujer se sucedieron el lunes por toda la provincia de Almería. Ayuntamientos, asociaciones, administraciones públicas... salieron a la calle para guardar silencio y reclamar unión y compromiso a toda la sociedad para acabar con esta lacra social que en lo que va de año ha acabado ya con la vida de dos mujeres en Almería y 34 en España. La delegada del Gobierno andaluz en Almería, Sonia Ferrer, calificaba los hechos de "terrorismo", mientras el presidente de la Diputación Provincial, Gabriel Amat, indicaba que "ojalá no se tengan que convocar más concentraciones por este tipo de sucesos".

Berja despidió el lunes a Mari Carmen Marín en un multitudinario funeral, en el que la familia derramaba lágrimas de dolor, impotencia y rabia contenida. No se explicaban lo ocurrido, pues aseguran que hacía tiempo que la víctima no tenían ningún contacto con el asesino. Pedían explicaciones a la justicia de qué es lo que ha fallado en este caso, porque la fallecida sí había interpuesto una denuncia y el criminal había sido condenado.