Almería

Pueblos del interior en peligro de extinción

  • 51 municipios almerienses están por debajo de los 1.000 habitantes

  • La falta de trabajo y de servicios básicos hace que los jóvenes se vayan

Pueblos del interior en peligro de extinción

Pueblos del interior en peligro de extinción

A las doce de la mañana y con un sol que hace justicia, no se vislumbra ni un alma por las calles. Soledad, eso es lo que se respira en la mayoría de los municipios del interior almeriense, y en concreto en Benitagla. El Instituto Nacional de Estadística (INE) confirma que un total de 51 pueblos de Almería están en "peligro de extinción" por tener menos de 1.000 habitantes, esas cifras representan el 49,04% del total, y Benitagla se sitúa en primera posición con sólo 69 ciudadanos.

"En invierno somos la mitad, nos quedamos unas treinta personas. Ahora es cuando más vida hay en el pueblo", comenta Manuel Sánchez, un benitaglero de nacimiento. Paseando por sus plazas y parques todo está igual, vacío. Junto a la iglesia se concentran cinco ancianos y al preguntarle por la juventud del pueblo, uno de ellos con aire bromista afirma: "yo soy el más joven de aquí".

Hace décadas que estos vecinos no escuchan el revoloteo de los niños jugando ni oyen una risotada de un bebé autóctono. La despoblación del interior de Almería es una cruda realidad que aumenta considerablemente cada año. El alcalde, Juan Padilla, explica que "no hay trabajo estable, ni empresas por eso la gente joven se va a las ciudades a buscarse la vida".

Almería es una de las provincias más afectadas por la crisis rural, donde la agricultura tradicional ha caído en picado y la falta de trabajo ha hecho que los jóvenes se busquen empleo en las ciudades. Trinidad Jiménez, alcaldesa de Tahal, aclara que "lleva años dándose una bajada de población paulatina porque se le está dando demasiada importancia al mundo urbano". Este pueblo ha bajado de casi 400 habitantes en 2015 a 362 el pasado año, en el colegio municipal tan sólo hay 7 niños.

Los pueblos del interior tienen un handicap en cuanto a comunicación intercomarcal porque sólo poseen un autobús para ir a la capital, pero no hay transporte público para conectar los distintos municipios. "Skoda se ha dado cuenta de este problema y se ha ofrecido a ayudarnos con un coche que conecte el interior. Si queremos ir a comprar, por ejemplo, los vecinos tienen que acudir a familiares o gente que tenga coche para acercarlos a Olula del Río, que está a unos 26 kilómetros de aquí", declara la edil.

Añade que tienen varios proyectos de repoblación entre los que destaca el ofrecimiento de "un local a muy bajo coste para que los emprendedores monten una tienda y una nave "para que los empresarios vengan y monten un vivero. Buscar trabajo es la mejor manera de que venga gente y se instale en los pueblos", ratifica.

En Alsodux se vive una situación idéntica, Manuel Cuadra, regidor del municipio sostiene que sólo les dan ayudas de trabajo temporal. "Pedimos empleos estables, como por ejemplo un invernadero, porque todo lo que nos dan es: pan para hoy y hambre para mañana", afirma. El primer edil alerta con enfado: "Estamos en peligro de extinción, pero además en muy poco tiempo. La administración debe concienciarse de que se están perdiendo pueblos milenarios, en los que hay muy buenos valores. No se fijan en los municipios rurales, solo ayudan y promocionan las costas y las ciudades".

Para Castro de Filabres el problema reside en que "las ciudades están absorbiendo a los pueblos y se deben estudiar soluciones desde la Junta", afirma el alcalde Francisco Martínez. A lo que añade que "existe un gran problema con el agua y no se hacen inversiones en las infraestructuras adecuadas". Este municipio es el cuarto más afectado, su población ha caído un 5,44% en el último año quedándose con un total de 139 ciudadanos.

Un total de 36 pueblos almerienses, lo que representa cerca del 35% de los municipios totales, tienen menos de 500 habitantes. Estos sitios se encuentra en una grave situación por riesgo de desaparición total. En general todos piden más ayudas e inversiones, creación de empleo y gente emprendedora con niños, para que los ayuden a repoblar.

A pesar de este hecho, la población almeriense en su totalidad no ha dejado de crecer desde mediados del siglo XX hasta día de hoy. Andrés Sánchez Picón, catedrático de historia económica de la Universidad de Almería, explica que el "existe un gran contraste entre la zona del interior y el litoral, este último ha vivido un fortísimo crecimiento gracias a la agricultura intensiva y el turismo".

"La despoblación del interior tiene que ver con la crisis rural y la pérdida de la agricultura tradicional. Hubo un gran éxodo en los años 60 donde casi todos se fueron a la zona del litoral. Otra causa es la gran emigración que hubo en la provincia, sobre todo se fueron a Barcelona y Francia o Bélgica. A esto se le junta que la mayoría de sus habitantes son ancianos y que Almería se nutre del turismo de sol y playa o de la agricultura intensiva, por lo que el interior no posee unas condiciones climatológicas favorables para ambas actividades", explica el catedrático. Para mejorar esta situación "deben mejorar la accesibilidad y garantizar unos servicios mínimos como: instalar bancos, tener colegios, centros de salud y desarrollar oportunidades económicas como por ejemplo proyectos de turismo rural o de agricultura ecológica", sentencia el experto. Son pueblos milenarios llenos de historia, pero ausentes de personas.

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