'Puertas al campo' con los Equipos Roca

En Almería hay tres unidades desplegadas, en Níjar, en Vícar y en El Ejido Su misión es investigar, recopilar pruebas, analizar y asesorar

'Puertas al campo' con los Equipos Roca
'Puertas al campo' con los Equipos Roca
María José Uroz

11 de noviembre 2013 - 01:00

No se pueden poner puertas al campo, pero sí se puede mejorar la seguridad de las fincas y explotaciones con la implicación de los propios agricultores, de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, y de la sociedad en general. De esto están convencidos los agentes que componen la recién desplegada Unidad Roca de la Guardia Civil en el término municipal de Vícar. A diario tienen comunicación y contacto con los profesionales del sector para informarles y recopilar datos que puedan llevarles a esclarecer muchos delitos que hoy son uno de los mayores problemas de los que adolece la agricultura, y que mantienen en jaque a muchas familias de la provincia que viven exclusivamente del cultivo bajo plástico o de la ganadería.

La Unidad Roca, de reciente creación tras una batería de medidas aprobadas por el Gobierno Central, está presente actualmente en las dos comarcas con mayor volumen de negocio agrario y ganadero. En total son diez agentes los que se han repartido por Níjar, Vícar y El Ejido y que desde el pasado día 15 de septiembre trabajan en los cometidos de investigación, análisis e información en cuanto a los robos en explotaciones agrícolas y ganaderas.

Como explicó a Diario de Almería Manuel Izquierdo, el jefe de la Unidad Roca de Vícar, "tenemos comunicación diaria con la práctica totalidad de los agricultores de la zona, especialmente con los denunciantes, pero además tenemos encuentros mensuales con las asociaciones y sindicatos para informarles en medidas de prevención para evitar los robos y ponérselo más difícil al ladrón". "La prevención se mueve en cifras abstractas y es imposible saber cuántos robos y delitos se han podido evitar con la presencia de los agentes", como aseguró Izquierdo.

Lo aseguró durante la reunión mantenida con uno de los empresarios de la zona, José Rubio, quien con resignación apuntaba que ya ha perdido la cuenta de las veces que ha sido víctima de un robo en sus invernaderos. Rubio, que lleva más de 30 años en la profesión (heredada junto a su hermano de sus padres) y tiene su vida y ahorros invertidos en más de 90.000 metros de terreno, insiste en que "todo lo que sea incrementar la seguridad es positivo, pero el problema no está realmente en la falta de efectivos, que realizan un trabajo excepcional, sino en la impunidad que existe una vez que los casos llegan a manos de los jueces. No sirve de nada apresar al ladrón, cuando al día siguiente la justicia lo deja en libertad y dispuesto a volver al tajo para dar otro palo. Es algo que los agricultores no entendemos y que además tira por tierra el esfuerzo de los agentes que dedican meses a la investigación".

Como bien dice el refrán, no se pueden poner puertas al campo y esta situación de delincuencia ha provocado que muchos agricultores hayan decidido que la mejor manera de proteger sus pertenencias, maquinarias y productos es dejarlo todo sin barreras, y no tras el débil candado o bombín de una caseta de aperos. Es una solución desesperada, al igual que la decisión de montar guardia por las noches y pasar el sueño a la intemperie para vigilar la explotación, pero el problema es perenne y la realidad es que se ha agravado en los últimos años debido a la crisis.

Robos en el campo ha habido siempre, pero según indicó José Rubio, "ahora hay más, son más dañinos y el perjuicio que pueden ocasionar es aún mayor". No obstante, recuerda que hace muchos años atrás, ni siquiera sus padres ponían cerraduras a sus propiedades, porque la sensación de inseguridad era tan remota como que hoy en día se puedan erradicar los robos en nuestro sector. "Se podrán reducir, pero mientras haya un mercado negro activo, los delincuentes seguirán dedicándose a esto. No todos los agricultores son buenos, ni todos malos, pero el mercado negro en el propio sector funciona, y si funciona es que alguien comprar los productos", testificó Rubio.

Cualquier almacén de aperos alberga cantidades de entre 12.000 y 30.000 euros, entre maquinaria y fitosanitarios. Y como indicaron los propios agentes, los robos y la venta ilegal se suele hacer en la misma noche. En una hora pueden arrasar con todo puesto que siempre actúan en grupo.

stats